Annia Almeyda Vázquez
Cuba
Resumen
El presente artículo pretende la socialización de los resultados de la investigación desarrollada en el marco de la tesis de diploma “El imaginario social en torno a la psicología desde la perspectiva de sus estudiantes en el proceso de construcción de su identidad profesional” llevada a cabo en el año 2009. Constituye una síntesis de los resultados obtenidos en la experiencia grupal que se desarrolló en los marcos de la citada investigación en la cual participó un grupo de estudiantes de segundo año de la Facultad de Psicología de la Universidad de la Habana. Consideramos muy importante que los psicólogos y psicólogas comprometidos con la formación de los futuros (as) profesionales de la psicología conozcan qué sienten y piensan sus estudiantes de la psicología como ciencia y profesión, pues tenemos la misión de contribuir a la conformación del sentido identitario hacia la profesión. Nuestro rol es esencial en este proceso por la influencia que ejercemos sobre los estudiantes durante el proceso de formación profesional. Este trabajo va dirigido a todos los que se identifiquen con esta misión. Los resultados de esta investigación pueden constituir antecedentes para futuros proyectos de orientación profesional en tanto dan cuenta de un grupo de problemáticas que enfrentan los estudiantes de psicología durante el proceso de formación profesional; en particular la investigación se realiza con estudiantes del proceso de formación básica de la carrera.
Palabras Claves: Imaginario social en torno a la psicología, proceso de construcción de la identidad profesional del psicólogo.
Abstract
This article intends to socialize the results of research carried out within the framework of the diploma thesis "The social imaginary about psychology from the perspective of students in the process of building their professional identity" held in 2009. It is a summary of the results obtained in the group experience that was developed within the framework of that research which involved a group of second year students from the School of Psychology at the University of Havana. We consider it very important that psychologists involved in the formation of the future psychology professionals know how students feel and what they think of psychology as a science and profession, because our mission is to contribute to the formation of the sense of identity to the profession. Our role is essential in this process because of our influence on students during training. This work is aimed at all those who identify themselves with this mission. The results of this research may provide background for future career guidance projects since they explain issues that psychology students face during training; in particular, the research is conducted with students at the basic training process.
Key Words: Social imaginary around the psychology building process of the professional identity of psychologists.
¿Por qué psicólogos (as)? ¿Cómo llegaron hasta aquí? ¿Qué es para ustedes la psicología? 1
Estas son algunas de las preguntas que se les hacen a los estudiantes que arriban a las aulas de la Facultad de Psicología de la Universidad de la Habana. Es curioso encontrar en un grupo cuya composición oscila alrededor de cien estudiantes de nuevo ingreso, que provienen de diferentes centros e incluso de diferentes provincias del país, respuestas tan similares “para ayudar a las personas”, “para entender a los otros, saber cómo son”, “porque me gusta, es bonita”.2
¿A qué se debe esta homogeneidad de criterios? ¿Cuál es la fuente que nutre estas percepciones de los estudiantes acerca de la psicología y qué los lleva a seleccionar la carrera? ¿Qué relación existe entre el contenido de estas respuestas y las opiniones que acerca de la psicología nos llegan de la sociedad?
¿Cambian las respuestas a las interrogantes iniciales en el paso por la carrera?
Las respuestas a estas preguntas se van complejizando y van adquiriendo un carácter más personalizado en la medida en que se basan en el resultado de análisis personales del por qué psicología “yo me he dado cuenta de que cogí psicología para poder llegar a ser como mi mamá”, “yo llegué aquí realmente para poder entenderme a mí mismo”, “para mi familia es un orgullo que yo estudie en la universidad, yo quiero darles ese placer”.
También surgen otras interrogantes en el transcurso de la carrera ¿Es la psicología lo que esperaba? ¿Por qué dicen que soy diferente? ¿No somos los mismos de antes? ¿En qué hemos cambiado? ¿Qué debo hacer para llegar a ser un buen profesional?
Después de acercarnos a algunas ideas y preguntas que se hacen los estudiantes de psicología a su paso por la carrera, es pertinente que realicemos algunas interrogantes: ¿Tienen los estudiantes de psicología una imagen científica, real y objetiva acerca de su profesión? ¿Poseen estos estudiantes un ideal de psicólogo personalizado que permita la regulación de su comportamiento hacia la consecución de metas de autodesarrollo? ¿Tienen estos estudiantes una imagen de sí como futuros profesionales que sea el resultado de un adecuado autoconocimiento?
Estas constituyeron algunas de las preguntas científicas que afloraron en el proceso de investigación de la tesis de diploma “El imaginario social en torno a la psicología desde la perspectiva de sus estudiantes en el proceso de construcción de su identidad profesional”3 desarrollada en el año 2009 por Annia Almeyda y tutorada por la Dra. Beatriz Marcos Marín. En esta experiencia Kelly Bahamonde, estudiante de cuarto año y coautora de este artículo, se desempeñó como observadora de las dinámicas grupales.
En los marcos de esta tesis de diploma se desarrolló una experiencia grupal que tenía como objetivo potenciar la reflexión colectiva sobre la base de la mirada interior, como vía para el estudio del imaginario social compartido por estos estudiantes, en torno a la psicología como profesión y a sí mismos como futuros profesionales.
A través del presente artículo pretendemos socializar los resultados de esta investigación, pues consideramos que para los (as) que nos desempeñamos como profesores (as) y que tenemos el reto de formar a los futuros (as) profesionales de la psicología, resulta muy importante que conozcamos ¿qué piensan y sienten los estudiantes de la psicología? pues en esta respuesta se ven implicados procesos que constituyen mecanismos base en la conformación y desarrollo del sentido identitario hacia la profesión.
Una mirada a la psicología desde la perspectiva de sus estudiantes
La psicología como ciencia y profesión
“…la psicología es una musa, una mujer joven, muy bella, alta, delgada, rubia de pelo largo y lacio” Esta frase constituye una puerta de entrada para la comprensión de la imagen de la psicología que poseen los estudiantes que participaron en la experiencia.
La psicología es visualizada como una ciencia joven, atractiva y esencialmente femenina, por cuanto los atributos que se utilizan para describirla coinciden con los simbólicos que en torno a la mujer predominan a nivel social. Así, la psicología se asocia a la belleza, a la delicadeza, a la inspiración y a la sensibilidad. Se pone de manifiesto la congruencia entre esta imagen femenina y el predominio de mujeres en el ejercicio de la profesión y en el proceso de formación del psicólogo en la actualidad Calviño, M. (2002). Pero la imagen de la psicología que tienen estos estudiantes es mucho más compleja. El análisis profundo de la información aportada por el grupo durante la experiencia, nos permite afirmar que su esencia puede ser definida a través de tres palabras: contradictoria, difusa y dicotómica.
Carácter contradictorio de la imagen de la psicología
El carácter contradictorio está dado por la confluencia de elementos positivos, ambivalentes y negativos en la imagen que poseen estos estudiantes de la psicología.
Como contenido positivo que se integra a esta imagen podemos destacar los valores como “el humanismo, la solidaridad, el sacrificio y el altruismo” que son asociados a la psicología. Los estudiantes consideran que la esencia de la psicología puede ser explicada desde su perspectiva humanista. “yo siempre quise estudiar psicología para poder ayudar a las personas”, “la psicología es una profesión muy humana”.
La visión de la psicología como una ciencia necesaria para el logro del desarrollo humano, es otro contenido positivo que se integra a la imagen de la psicología que poseen los participantes. En este sentido los estudiantes perciben que la psicología tiene un gran impacto en el desarrollo social a través de los aportes que hace en diferentes contextos. Algunos de los medios donde los estudiantes perciben que la psicología expresa altos niveles de desarrollo son la academia y los centros de investigación, en cuyos contextos se despliega una intensa actividad científica que tributa al análisis y comprensión de muchas de las problemáticas que enfrenta la sociedad. Según la percepción de los participantes, en el ámbito de la empresa el psicólogo ha ido ampliando el terreno de actuación y ha ido demostrando la pertinencia de su presencia para el logro de una mayor eficiencia y eficacia. Otro contexto donde se percibe la importancia de la actividad profesional del psicólogo es en los medios de comunicación, donde se ha visto un incremento creciente de la presencia del psicólogo en espacios de orientación social.
Desde estas miradas, consideran que la psicología es una ciencia joven que está en construcción. Asociado a ello, comparten la opinión de que el desarrollo de la psicología constituye un reto para los profesionales actuales. Entre los desafíos que identifican podemos mencionar el logro de una mayor combinación entre la teoría y la práctica, el avance hacia la integración de los diferentes posicionamientos frente al estudio de la subjetividad y el logro de una mayor respuesta a las demandas sociales. En este sentido, los estudiantes toman conciencia de su responsabilidad como futuros profesionales en el desarrollo de la ciencia. “la psicología no está hecha, le falta mucho por recorrer”, “el desarrollo de la ciencia psicológica depende de lo que nosotros como profesionales seamos capaces de hacer”, “es verdad que si nosotros no hacemos nada la psicología no es nada”.Asociado a ello, experimentan incertidumbres con relación a la capacidad propia para enfrentar estos retos profesionales.
En relación con todos los aspectos ya expuestos, los participantes perciben que la psicología es una profesión atractiva. Este contenido es un elemento que da continuidad al imaginario instituyente con respecto al establecido en el orden social. La imagen expresada por los sujetos se corresponde con los símbolos que a través de los tiempos han sido social y culturalmente atribuidos a la psicología desde el acervo popular. En la sociedad, a juicio de los participantes, predomina una percepción de que la psicología es una profesión muy bonita. Al decir de estos estudiantes, la palabra bonita es el atributo que más se utiliza para referirse a la psicología como profesión. “Cada vez que cojo botella y digo que estoy estudiando psicología todo el mundo me dice: esa es una carrera muy bonita”, “muchas personas me han dicho: a mí me hubiera gustado estudiar psicología, creo que soy un psicólogo frustrado”.
Estos símbolos compartidos constituyen fuentes de identificaciones positivas hacia la profesión. La imagen de la psicología como profesión atractiva y desarrolladora, mediada por valores humanos, constituye un sustento de la autoestima y la autoaceptación de los sujetos, quienes experimentan auto admiración y satisfacción con el hecho de sentirse y definirse ante “los otros” como estudiantes de psicología. Esto fundamenta la implicación afectiva expresada por los participantes hacia la psicología, elemento que constituye un indicador del desarrollo de la motivación profesional en estos estudiantes. “a mí me encanta la psicología”, “mi carrera en estos momentos es lo más importante de mi vida”, “yo estoy enamorada de la psicología”. De este modo, la satisfacción que vivencian los estudiantes ante la imagen positiva de la psicología, constituye una condición necesaria, aunque no suficiente, como antesala del futuro desarrollo del sentido de pertenencia a la profesión.
En contraste con estos aspectos positivos, en el grupo se expresan contenidos que avizoran la existencia de zonas problémicas que apuntan a una imagen desvalorizada.
La mala remuneración constituye una de las fuentes fundamentales de la desvalorización de la psicología como profesión. Los estudiantes consideran que la profesión del psicólogo no satisface las necesidades económicas de la familia, en tanto el profesional de la psicología recibe una mala remuneración por los servicios que brinda, en contraste con otros contextos y profesiones: “el trabajo del psicólogo es muy mal pagado en comparación con los aportes que hace a la sociedad”, “en otros países el psicólogo recibe altas sumas de dinero como resultado de su trabajo”. En este sentido percibendiferencias entre las distintas esferas de actuación profesional, en cuanto a la gratificación monetaria que recibe el psicólogo por la prestación de sus servicios. Identifican el contexto de la empresa como uno de los más favorecidos y el sector de la educación y la salud como los más afectados.
Otra fuente importante de desvalorización es la visión de la psicología como una profesión poco reconocida a nivel social. Los estudiantes perciben que no se valora como merece la utilidad y la necesidad de la profesión del psicólogo. Según los participantes, la psicología es apreciada en general como una profesión muy bonita pero poco importante, considerándose descontextualizada y alejada de una posición transformadora de la realidad, que no responde a los problemas sociales más emergentes, como es el caso de la educación y la salud. Con ello se observa que el respeto hacia la psicología como profesión está deprimido a nivel social. “la psicología brinda los espacios pero las personas no acuden y muchas veces decimos cosas para cambiar determinadas situaciones y no somos escuchados, supuestamente nos tienen en cuenta pues estamos ahí, en las empresas, en la televisión, pero cuando decimos algo, nos dicen si eso sería bueno, muy bonito pero tiene que salir así, entonces ¿que hacemos ahí? Las personas dicen que la psicología es muy bonita pero no la ven importante. Es percibida a nivel social como una profesión menos importantes que otras que sí resuelven problemas”.
Resulta interesante la actitud expresada por los sujetos ante el análisis de esta problemática. La solución no se visualiza en los rumbos y desafíos de la psicología como profesión, sino en el afuera de esta: “La psicología está esperando a que el pueblo cubano la use y la reconozca”. Con relación a ello, se pone de manifiesto una distorsión en la comprensión de la adecuada relación entre la demanda social y la función de la ciencia; así como una inadecuada comprensión de la responsabilidad como futuros psicólogos de cara a la praxis.
La desvalorización de la profesión también se expresa a través del cuestionamiento del valor práctico de la psicología, que de modo reiterado emerge en la dinámica del grupo. Se pone de manifiesto una mixtura con relación a este aspecto entre el imaginario instituido en el orden social y el instituyente (aquel que está siendo construido por estos estudiantes). En torno a estos elementos compartidos, se expresan miedos e incertidumbres con relación al futuro desempeño como psicólogos. “tengo miedo a quedarme sin trabajo porque la sociedad no demande más de los servicios de la psicología”, “yo tengo miedo a tener que irme del trabajo al sentir que no encuentro un espacio propicio para mi desarrollo, que mi jefe me impida hacer las cosas que creo importantes”.
Estos contenidos, que se expresan a modo de desvalorización de la profesión, están muy relacionados con la imagen que tienen los estudiantes investigados acerca de los psicólogos cubanos que se desempeñan en la práctica en la actualidad. Aunque se percibe a los psicólogos como profesionales esencialmente “capaces, preparados, motivados y humanistas”, se expresa la visión de estos como profesionales en crisis, en tanto no encuentran en el ejercicio de su profesión la fuente de satisfacción de sus necesidades económicas y de reconocimiento social. Como reacción a esta supuesta crisis profesional de los psicólogos, los sujetos visualizan posturas contrarias a “lo esperado”, que ponen en evidencia la ética y el sentido de la responsabilidad social. Así, por ejemplo, los participantes se representan al psicólogo de hoy como una persona “centrada en sí misma” y “de espalda a las demandas sociales”. Se visualizan como finalidades priorizadas por los profesionales de la psicología, la búsqueda de reconocimiento social, de status y satisfacción económica. “hoy prácticamente nadie quiere ir a trabajar para un policlínico porque saben lo que hay allí”, “las personas buscan donde pueden desarrollarse profesionalmente pero que le permita al mismo tiempo satisfacer sus necesidades económicas”.
Asociado a ello, el grupo de estudiantes percibe un creciente interés entre sus coetáneos, por la futura actuación profesional en contextos como la empresa, que reportan un mejor espacio de satisfacción de las necesidades descritas. De modo contrario, perciben el desinterés por espacios de actuación como la salud y la educación, visualizados como menos ventajosos: “cada día cobra más fuerza el papel del psicólogo en la empresa, sin embargo vas a un policlínico y no hay psicólogos y en las escuelas ni hablar”.
De forma implícita, los sujetos se aproximan al análisis de cuestiones éticas vinculadas al desempeño del psicólogo cubano en la actualidad. El hecho de dar un mayor valor a la satisfacción de necesidades materiales en detrimento de la preocupación por los problemas que enfrenta la sociedad, es uno de los aspectos que podemos citar como ejemplo de problemas éticos de la práctica del psicólogo, que les preocupan a estos estudiantes. Aunque el conocimiento con relación a la ética profesional del psicólogo se expresa a nivel empírico, careciendo de fundamentación y elaboración personal, emerge como un tema recurrente en las escenas de la práctica pre profesional que traen los participantes al grupo. Este cuestionamiento de la ética se produce a partir de la contradicción que es vivenciada por los sujetos entre los sentidos asociados a la psicología como una profesión humanista y la imagen de los psicólogos actuales como profesionales que “dejan de estar volcados hacia los problemas que afronta la sociedad”.
Carácter difuso de la imagen de la psicología
El carácter difuso de la imagen que tienen los estudiantes acerca de la psicología como ciencia y profesión se expresa en la percepción indefinida de los límites de la profesión. Los participantes poseen una imagen indefinida de los límites de la psicología. Basándose en la toma de conciencia de la necesidad de dar respuestas a problemas sociales, los sujetos sobredimensionan su función, al punto de considerar que debe hacerse cargo de diversidad de problemas que trascienden su alcance como profesión. ¿Dónde está la psicología en la solución de los problemas que tenemos en la educación y la salud?” “¿Qué papel desempeña la psicología cubana en el enfrentamiento a los problemas sociales?”, “creo que no es suficiente lo que hacemos”.
Asociado a ello se expresa cierta indefinición en torno al perfil profesional del psicólogo. Los estudiantes manifiestan en el grupo un insuficiente conocimiento, funciones y tareas concretas que el psicólogo debe realizar en los diferentes contextos de la práctica. Aun cuando poseen una representación general acerca de ello, esta tiene un carácter difuso y poco elaborado. Esto se asocia a la visión de las insuficiencias de espacios curriculares teóricos y prácticos en los que este contenido se aprenda y se compruebe de manera vivencial durante los años básicos de la carrera.
En este sentido los estudiantes se preguntan ¿Por qué esperar a los años superiores para insertarse con fuerza en la práctica? Los estudiantes consideran necesaria la incorporación en el período de formación básica de la carrera, de un ejercicio de práctica pre profesional mucho más sistemático. De esta manera, se hace un llamado a romper con la visión de que el proceso de formación básica debe ser fundamentalmente teórico y luego en los restantes años de la carrera, acercarse al ejercicio de la profesión, desde el desarrollo de prácticas pre profesionales o ejercicios de las asignaturas con un mayor carácter práctico. ¿Será que las asignaturas del ciclo de formación básica no tienen una salida a la práctica? El llamado es a pensarse de manera integral el proceso de formación profesional, donde la teoría y la práctica se conciban desde un inicio, desde su integración.
Otro factor que influye en la indefinición de tales límites es la continuidad que se expresa entre lo instituido y lo instituyente con relación al deber ser del psicólogo. Aunque los estudiantes declaran que rompen con la imagen grandilocuente que se expresa en la sociedad acerca de lo que debe ser el psicólogo: “una persona perfecta”, “el psicólogo debe ser ejemplo en todo”, “el psicólogo debe comportarse como tal en todo momento”, “la psicología es una profesión de 24 horas”, “perfecto, que lo puede todo, que lo sabe todo, que no tiene problemas personales”, en alguna medida esta imagen es expresada por ellos, a modo de estereotipo, a través de la narrativa y en las representaciones. Esto permite comprender por qué los sujetos experimentan incertidumbre, ansiedad, temor, preocupación e inseguridad, como vivencias asociadas a la imagen del futuro desempeño, por cuanto, resulta verdaderamente complejo poder responder a la visión social del psicólogo como “el todo poderoso, el omnipotente, el padre o madre ejemplar, la persona perfecta, carente de problemas”. En especial, esta indefinición del rol se expresa en torno a la relación familia-profesión. A nivel personal, los participantes no tienen claros los límites que diferencia la actuación como psicólogo de otros roles y funciones en la vida. Los vínculos persona-profesión se conciben como algo poco elaborado“¿Hasta qué punto podré aplicar la psicología en mi dinámica familiar, con mi esposo e hijos?” “¿Me aportará la psicología en ese sentido?” “¿En qué momento debo comportarme como psicóloga, madre o esposa?”
La imagen difusa de la profesión se asocia también a la insuficiente comprensión de problemas que atañen a la ciencia psicológica. Por un lado, los sujetos expresan incertidumbres con relación a la supuesta “falta de objetividad” de la psicología como ciencia, en contraste con la objetividad reconocida por ellos de las llamadas ciencias duras como la física, la química, la biología, etc. En este sentido, se cuestiona el valor científico de la profesión, mostrándose inseguridad con relación a los métodos para el estudio de la subjetividad humana: “la psicología es relativa, hay interpretaciones diferentes a un mismo fenómeno y eso nos separa de la objetividad, es poco objetiva”.
La diversidad de enfoques y perspectivas que caracteriza la ciencia psicológica es fuente también de incertidumbres y desorientación: “hay muchas escuelas dentro de la psicología, desde cada una se plantean cosas diferentes, a veces no sabemos qué hacer con todo esto”. Los sujetos se enfrentan con miedo a la diversidad. Acostumbrados a modos reproductivos de aprender, que los caracterizaron en los niveles precedentes de la enseñanza, expresan ahora ansiedad y temor ante el análisis complejo de la realidad que le es demandado y para el cual perciben insuficientes niveles de ayuda a nivel didáctico.
Carácter dicotómico de la imagen de la psicología
Los estudiantes que participan de la experiencia expresan una imagen de la psicología más teórica que práctica. Se pone de manifiesto en el grupo una visión de ruptura entre la teoría y la práctica en la profesión del psicólogo, lo que constituye otra zona de sentido que vislumbra contradicciones en la imagen de la psicología que tienen estos estudiantes.Dicha ruptura se expresa en la percepción que tienen ellos de los espacios de práctica profesional como “contextos enajenados de la teoría”. Este criterio empírico, no se revierte dada la insuficiencia de espacios de práctica pre profesional que contribuyan a otra noción del problema, lo que se expresa a modo de la catarsis de los participantes en el grupo.
La ruptura se expresa también en un sentido inverso. A partir de la experiencia vivida hasta el momento en el proceso de formación profesional básica, los participantes expresan una imagen esencialmente teórica de la psicología, y asociado a esto se revela como línea de sentido, la aplicabilidad de los contenidos aprendidos, en torno a la cual emergen toda una serie de preguntas y preocupaciones: “A mí me da miedo que se pierda la motivación por el estudio de la carrera, me da miedo que nos alejemos del conocimiento y nos volvamos pragmáticos, por eso me fui del policlínico. También tengo miedo de que se hagan muchas investigaciones y que no se puedan llevar a la práctica” “Yo estudiaba en psicología de la salud y me cambié porque me deprimía lo que veía en los policlínicos, no todos, pero muchos psicólogos se vuelven pragmáticos, están ahí en los policlínicos enajenados de la teoría”.
La problemática de la ruptura teoría-práctica, en los momentos de formación básica y especialización durante el proceso de formación profesional (analizado con anterioridad), es un elemento que puede estar afectando el desarrollo de la motivación por el estudio de la carrera. El hecho que los estudiantes se cuestionen la aplicabilidad de los contenidos aprendidos durante el período de formación básica, constituye un factor que atenta contra la identificación positiva con la psicología, en tanto profesión volcada a la práctica y a la solución de problemas. Los estudiantes en este período están ávidos de prácticas que les permitan aplicar todo aquello que van aprendiendo en la carrera.
En torno a esta visión dicotómica teoría-práctica, se expresa como línea de sentido el cuestionamiento del valor práctico de la psicología, asociado anteriormente al problema de la desvalorización de la profesión. Esta línea de sentido emerge en el grupo, a través de la relación que los sujetos establecen a nivel simbólico entre la sociedad, la familia, la profesión y la condición como estudiante de psicología y futuro profesional. Las situaciones representadas a la manera de la multiplicación dramática, presentan una imagen de la familia como demandante a los jóvenes de la aplicación de sus conocimientos lo que es vivenciado por estos como una necesidad de reafirmar el valor práctico de los estudios de la carrera. Esta situación se presenta asociada a sentimientos de sobre exigencia, frustración y minusvalía por la sensación de incapacidad para dar respuesta a estas demandas.
Paradójicamente, se expresa el rechazo de la familia a la psicologización de los espacios de relación por parte de los sujetos, con lo cual se le confiere valor a la profesión en determinados momentos, mientras en otros se desvaloriza. “mis amigos lo mismo me dicen que la psicología es poco creíble que me piden ayuda. Entonces, no entiendo ¿es poco creíble o si les hace falta? “mi novio me dice: por favor deja la psicología afuera aunque sea el fin de semana”.
A su vez son en ocasiones fuentes de conflictos en la interacción con el medio, algunos cambios conceptuales y actitudinales que a lo largo de la carrera se van produciendo en estos estudiantes. “es inevitable que nosotros veamos las cosas diferentes, como a través de unos lentes que no te puedes quitar nunca más, nosotros vamos cambiando en el paso por la carrera y muchas veces estos cambios son rechazados por la familia. Muchas veces las personas no aceptan la visión que tenemos de la vida”.
Resulta importante destacar que, en ocasiones estos cambios que se van produciendo en los estudiantes, son fuentes de conflictos en las relaciones interpersonales que establece este, pues estas modificaciones no se acompañan de una toma de conciencia y de una elaboración por parte de ellos. Es necesario que estos cambios ocurran a la par de un desarrollo de recursos personológicos que le permitan al estudiante una interacción armónica con el medio.
Ideal de psicólogo
Los elementos que definen el ideal de psicólogo compartido por este grupo de estudiantes de psicología son los siguientes: “inteligente-buen profesional-responsable-sincero-competente-especialista-experimentado-solidario-humano-empático-sociable-actualizado-investigador-ético-activo-colaborador-flexible-culto-humilde-respetuoso-dedicado-ejemplo-decidido-seguro-eficaz-con conocimiento teórico-experiencia práctica y motivado”.
Efectivamente todas estas características son necesarias para el buen desempeño profesional del psicólogo. El problema que se vislumbra con relación a la imagen ideal del psicólogo que tienen estos estudiantes, es su carácter romántico y enajenado de la realidad, pues consideran que “para ser un buen profesional” se requiere poseer todas estas cualidades en un alto grado de desarrollo.
Estamos ante la presencia de un ideal de profesional que responde al deber ser, y no al análisis crítico de la actualidad y perspectivas de la profesión, y del sí mismo como futuro profesional. De este modo, en la imagen de la profesión se expresa una amplia brecha, una relación paradojal entre la imagen actual que tienen los estudiantes de la psicología y del psicólogo, y lo que proyectan en su ideal de acuerdo al deber ser.
¿Cómo se ha formado este ideal? ¿Cuáles son las fuentes, su formación y desarrollo?
Como fuentes fundamentales de la construcción de este ideal de psicólogo, en la dinámica de grupo se expresan dos núcleos centrales: la influencia macro social y la influencia del proceso de formación profesional. Y en torno a estas esferas de influencia, sus líneas de sentido.
Con respecto a la influencia ejercida por la sociedad en la imagen compartida por los participantes, de lo que debería ser un psicólogo, consideran que “el psicólogo es parte de la sociedad y esta tiene una imagen de lo que debe ser un buen psicólogo y a partir de esa imagen juzga y valora el aporte que puede hacer un profesional a la sociedad y si uno no llega a eso es castigado”.5 “Hay muchas características del ideal de psicólogo que están pautadas socialmente y deben ser introyectadas por nosotros. Poco a poco uno debe ir conformando sus propias características en función de lo que la gente acepta y demanda”. Como se observa la insuficiente distancia con relación al “deber ser” y la asunción formal de este, afecta la construcción de un sentido identitario como futuros psicólogos, por cuanto la asimilación pasiva y despersonalizada de las normas y patrones sociales, anula la individualidad, corriéndose el riesgo de que la profesión se convierte en un modo de estar y no de ser.
Con relación a la formación profesional como fuente del proceso de construcción del ideal de psicólogo, los sujetos no expresan un nivel profundo de criticidad. No obstante, afloran ciertas contradicciones como líneas de sentido importantes relacionadas con: la actitud ante el estudio, el conocimiento del código de ética, el modelo de profesional que les es dado por medio de los vínculos que establecen con el profesorado durante el transcurso de la carrera.
En contraste veremos que, uno los elementos integrantes de la imagen que tienen de sí mismos estos estudiantes de psicología, es la insuficiente responsabilidad ante el estudio. Siendo la responsabilidad considerada como uno de los aspectos más importantes del ideal de psicólogo que es compartido por ellos.
De modo semejante, la lectura se visualiza como un medio fundamental para lograr un acercamiento paulatino al conocimiento de la ciencia en tanto “Al leer uno se va transformando, pues vas asimilando las características que se describen como importantes para el desempeño profesional”, mientras que en general estos estudiantes manifiestan poseer dificultades en las habilidades asociadas a la lectura con lo cual no se consideran buenos lectores y se privan de tales influencias.
Por otra parte, estos estudiantes le otorgan un gran valor al conocimiento del código de ética “pues en él se describen todos los comportamientos y características deseables en el desempeño del psicólogo”. Sin embargo, como se ha planteado antes, en el plan de estudio actual de la carrera de psicología no existe una asignatura de la ética del psicólogo, por lo que este contenido es abordado de manera parcial a través de varias asignaturas, lo cual aunque acerca al estudiante a su conocimiento, no constituye una vía suficientemente efectiva para la formación de un ideal consciente que responda a las exigencias morales del ejercicio de la profesión.
Resulta interesante como los estudiantes expresan una imagen positiva acerca de los modelos profesionales aportados por el profesorado. No obstante,las descripciones hechas acerca de los estilos de interacción con estos modelos, privilegian el vínculo académico, desde una perspectiva teórica-investigativa, más que práctica. Lo anterior, vinculado a la insuficiencia de espacios enriquecedores de práctica pre profesional, al parecer afecta la adecuada visualización del rol del psicólogo en la práctica y la formación de un ideal construido sobre esta base.
Todas las dificultades explicadas anteriormente se relacionan con otra línea de sentido importante que aflora con relación a la problemática de la construcción del ideal de psicólogo. Estamos haciendo referencia al déficit, identificado por los propios sujetos, con relación al desarrollo de una “cultura de autorreflexión”. Esta limitación impide que los estudiantes posean un conocimiento profundo del sí mismo con relación a la futura profesión, y como consecuencia no se ha producido la formación de un ideal personalizado que guíe el autodesarrollo por derroteros congruentes con las necesidades reales.
¿Cómo somos? La imagen de sí mismos como futuros profesionales de la psicología
La imagen compartida por los miembros del grupo en torno a “cómo somos” es ambivalente, pues integra tanto elementos positivos como negativos. Sin embargo, se expresa un predominio de elementos positivos: “sociable, solidaria, humana, critica, dedicada, flexible, culta, motivada, ética, observadora, inteligente, capaz, sensible, empática, y natural”. Estos contenidos aparecen a modo de cliché, es decir su expresión no está mediada por una elaboración personal que permita la fundamentación de la presencia de esas cualidades en ellos.
No obstante, estos estudiantes logran identificar en sí mismos algunas dificultades personales implicadas en el proceso de formación profesional y futuro desempeño como psicólogo: la insuficiente responsabilidad ante el estudio, insuficiencias de métodos para aprender a aprender, limitaciones para la comunicación, para la interpretación de la realidad, etc.
Resulta interesante el hecho de que en la imagen del cómo somos, los contenidos negativos solo se refieren a elementos instrumentales, didácticos y operativos que se expresan en el proceso de formación profesional, mientras que se quedan a la zaga las cualidades personales implicadas en el ejercicio de rol de psicólogo. Esto es lógico si tenemos en cuenta que, estas características son identificadas por ellos como resultado de la retroalimentaciónque reciben de los otros: compañeros de estudio y profesores, con relación a su desempeño en la actividad de estudio y no como resultado del desarrollo de una cultura de autorreflexión, que les permita integrar a la imagen de sí mismos aquellas cualidades personales implicadas en el ejercicio profesional del psicólogo.
Este sentido del “nosotros”, expresa cierta confusión de límites entre la imagen de sí como futuro profesional y el ideal de psicólogo ya explicado. Al definirse de cara a la futura profesión, los sujetos refieren argumentos relativos a la imagen del deber ser, más que elementos basados en un análisis profundo de sí mismos como personas y actuales estudiantes de la carrera de psicología. Esto supone un déficit en la autorreflexión en torno a los elementos que los distinguen y los diferencian de otros grupos de profesionales en formación.
Resulta imprescindible no perder de vista la relación entre lo individual y lo colectivo en la construcción de estos imaginarios. Siendo coherentes con esta idea, consideramos pertinente explorar las zonas problémicas que aparecen en torno a esta relación y que nos dan cuenta de la manera singular en que los participantes subjetivan la imagen colectiva en la construcción de la mismidad como futuros profesionales.
El pobre desarrollo que poseen de una cultura de autorreflexión, subyace a las imágenes colectivas expresadas por los sujetos en torno a sí mismos como futuros profesionales. Se pone de manifiesto la existencia de un conocimiento de sí poco objetivo, en tanto se visualizan dificultades en la capacidad de identificar en sí mismos características que constituyen limitantes y potencialidades para el futuro desempeño como psicólogos.
Estas dificultades son fuentes de inseguridad, expresada en los temores, ansiedades que experimentan estos estudiantes con relación a su futuro desempeño como profesionales. De esta manera, se pone de manifiesto, a través del insuficiente respeto y confianza hacia sí como futuros profesionales, la existencia de ciertas dificultades en el desarrollo de la autoestima. Estos estudiantes cuestionan su valor, eficacia e idoneidad como futuros psicólogos y expresan sentimientos de minusvalía asociados a la imagen de sí mismos en la relación con el rol de psicólogo. “No sé si podré llegar algún día a ser realmente una buena psicóloga, creo que me falta mucho”.
Otro factor que afecta la estimación de estos estudiantes con relación al rol de psicólogo, está asociado a las incertidumbres que experimentan en relación con los contenidos de la desvalorización de la profesión. ¿Me ayudarás a ser una buena profesional? ¿Podré serle útil a la sociedad? ¿Podré llegar a ser una buena profesional?
En contraste se puede afirmar que de manera general se expresa una autoestima positiva como estudiantes de psicología, lo cual se haya asociado al carácter atractivo, necesario y humano, como contenido de la imagen que tienen estos estudiantes de la psicología.
En aras de entender la magnitud de estos problemas en términos del malestar psicológico que les genera a estos estudiantes de psicología, nos podemos remontar a algunos de los contenidos abordados. Las demandas que le son hechas al estudiante en el ámbito familiar, el conocimiento de algunos problemas que enfrenta la psicología, la toma de conciencia de los desafíos que para el ejercicio profesional del psicólogo implican estos problemas, la existencia de un ideal sobredimensionado, etc. son contenidos que atentan contra la confianza y seguridad de estos estudiantes si consideramos que, estamos hablando de sujetos que poseen un insuficiente desarrollo del autoconocimiento, por lo que carecen de insuficientes recursos personológicos para elaborar tales cuestiones. Muestra del impacto de estos problemas en estos estudiantes de psicología son los miedos que experimentan en relación con su formación y futuro desempeño profesional. Una estudiante expresa las siguientes palabras “Siento mucho miedo, tengo mucho temor por lo que me depara el futuro, el camino es muy fuerte y tengo miedo de no poder” “yo tengo medio de no llegar a la gente que las personas se queden igual”.
A pesar de las dificultades expresadas en el autoconocimiento y la autoestima, los estudiantes logran la identificación de zonas problémicas susceptibles a cambio en la imagen de sí mismos como futuros profesionales, entre las que podemos mencionar: necesidad de potenciar el desarrollo de la autocomprensión, de cara a identificar las limitaciones y potencialidades para el futuro desempeño profesional; necesidad de identificar las fuentes de seguridad y confianza en sí mismos; necesidad de potenciar el desarrollo de habilidades implicadas en la actividad de estudio inseguridad, la vinculación a espacios prácticos y la búsqueda activa de talleres o espacios encaminados al desarrollo personal. Antes esto los estudiantes reconocen la necesidad de introducir cambios a su persona, de cara al desarrollo profesional
Resulta importante destacar la preocupación de los estudiantes para llevar a vías de efecto tales propósitos, por cuanto expresan la insuficiente presencia de espacios curriculares y extracurriculares organizados que tributen en estos sentidos.
Hacia una integración de los resultados
La síntesis de los resultados que hemos presentado hasta el momento, nos permite concluir que la imagen de la psicología que poseen los estudiantes que participaron de la experiencia, expresa un carácter contradictorio, difuso y dicotómico. Constituyen fuentes de identificaciones positivas con la psicología, los valores humanistas atribuidos a esta, su visión como una profesión atractiva y como una ciencia joven y en construcción. Paradójicamente, se expresan elementos que apuntan a la desvalorización de la profesión, como son, por ejemplo: la insuficiente remuneración, la percepción de un limitado reconocimiento social y el cuestionamiento de la ética profesional del psicólogo. Asimismo, la imagen de los sujetos expresa una indefinición con relación a los límites de la profesión y el perfil profesional del psicólogo; así como una insuficiente comprensión de ciertos problemas que atañen a la visión de la psicología como ciencia. Por otra parte, la imagen de la psicología compartida por la muestra de sujetos, revela cierta dicotomía entre la teoría y la práctica. Se privilegia la función teórica de la ciencia, en detrimento de su valor práctico, que se cuestiona y expresa a modo de incertidumbre.
La investigación arroja la existencia de una brecha entre la imagen que tienen los estudiantes de la psicología y del psicólogo en la actualidad, y el ideal de psicólogo, que se configura a imagen y semejanza del deber ser. La imagen ideal del psicólogo se expresa a modo de idealización; se trata de un ideal romántico y despersonalizado formado a espaladas de la práctica, desde una concepción academicista de la ciencia psicológica y el déficit de una cultura de autorreflexión.
Asociado a ello, la investigación reporta la existencia de una imagen colectiva de sí mismos ambivalente, con un predominio de elementos positivos que aparecen a modo de cliché con una insuficiente elaboración personal. Aunque son identificadas algunas dificultades personales implicadas en el proceso de formación profesional y futuro desempeño como psicólogo, estas se limitan a elementos instrumentales, didácticos y operativos que se expresan en el proceso de formación profesional, mientras que se quedan a la zaga las cualidades personales implicadas en el ejercicio de rol de psicólogo. Esta imagen colectiva del “nosotros” está insuficiente sustentada en un proceso profundo de autoconocimiento conscientemente orientado a la práctica de formación profesional.
Asociado a ello, se evidencian afectaciones en los procesos autorreferenciales: autoconocimiento, autoestima, autoaceptación y proyección del cambio Estas insuficiencias, reflejan afectaciones en los proceso de autoestima, autoaceptación y proyección del cambio, procesos que intervienen en la formación de la identidad profesional del psicólogo.
¿Por qué este imaginario y no otro? ¿Cómo se forma este imaginario? ¿Cuáles son las fuentes de las que se nutre este imaginario en torno a la profesión? Partiendo de la comprensión del objeto investigado desde una perspectiva compleja, hemos intentado caracterizarlo a la luz de la relación dialéctica que se establece entre la sociedad, la familia, la profesión y el proceso de formación profesional.
En el grupo de estudiantes investigado la familia aparece como un agente mediador, especialmente importante, en la relación entre el sí mismo y la profesión. La familia emerge como la fuente fundamental de seguridad y confianza para enfrentar los desafíos que depara su proceso de formación profesional; mientras el desarrollo de la mirada interior, la confianza en sí y la autodeterminación se quedan a la zaga.
La formación profesional es otro agente de socialización importante en la construcción del imaginario en torno a la profesión. El proceso de formación profesional en el que participan los sujetos de la experiencia, ejerce influencias que condicionan rupturas con el imaginario instituido, de cara a la reconceptualización y enriquecimiento del imaginario instituyente hacia una perspectiva científica. Sin embargo, se quedan a nivel de la declaratoria y el deseo la visión de la psicología como una ciencia plural, que puede ser analizada desde múltiples dimensiones; la representación de la psicología aplicada a multiplicidad de esferas de actuación y la percepción de la psicología como una herramienta, un modo de vivir, de ser y pensar.
La investigación aporta datos de interés acerca de puntos neurálgicos del proceso de formación profesional que merecen atención, por el impacto que estos ejercen en los imaginarios sociales que participan del proceso de construcción de la identidad profesional del psicólogo.
Con especial énfasis se presentan aspectos que merecen atención de cara al perfeccionamiento de la formación profesional del psicólogo.
- Conocimiento de los límites de la psicología como ciencia y profesión.
- Comprensión del perfil profesional del psicólogo.
- Integración de las funciones teóricas y prácticas de la psicología como ciencia y profesión.
- Avanzar hacia una noción más flexible del diseño curricular, eliminando las escisiones entre el período de formación básica y el de ejercicio de la profesión, en cuanto a su salida a la práctica.
- Intensificar la formación ética durante el proceso de formación profesional.
- Fortalecer la formación y desarrollo de habilidades profesionales que preparen al estudiante para la intervención en la práctica.
- Desarrollar espacios curriculares y extracurriculares para la potenciación del desarrollo personal de los estudiantes de cara al futuro desempeño como psicólogos.
Desde el compromiso con la formación profesional del psicólogo, a partir de estos resultados estamos trabajando hacia el diseño e implementación de programas de orientación profesional que tengan un impacto en la conformación del sentido identitario hacia la profesión, dirigidos a los estudiantes de psicología.
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Notas
1. Todo el trabajo se realizó en la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana, Cuba.
2. Todos los fragmentos que aparecerán en el texto en letra cursiva son ideas aportadas por estudiantes de segundo año de la Facultad de Psicología de la Universidad de la Habana que participaron en una experiencia grupal en los marcos de la tesis de diploma. Almeyda, A. (2009). “El imaginario social en torno a la psicología desde la perspectiva de sus estudiantes en el proceso de construcción de su identidad profesional”.
3. Para conocer en detalles la experiencia grupal que se desarrolló en la cual se sustenta el contenido del presente artículo puede remitirse al reporte oficial de la investigación. Tesis de diploma: Almeyda, A. (2009). “El imaginario social en torno a la psicología desde la perspectiva de sus estudiantes en el proceso de construcción de su identidad profesional”.
4. Es entendida por estos estudiantes como la aplicación sistemática de los contenidos que van aprendiendo en la carrera y que le permiten explicar determinados fenómenos que se expresan en sus contextos de actuación.