DEL CORTEJO AL AMOR TECNOLÓGICO: NUEVAS CONEXIONES EN LAS RELACIONES DE PAREJA
Daniela Gallego Restrepo
Laura Cardona Ríos
Lizeth Johana Restrepo Saldarriaga
Manuela Vallejo Calderón
Paula Andrea Cardona González
Sandra Isabel Mejía Zapata
Universidad Católica Luis Amigó. Medellín. Colombia
Resumen
La investigación de tipo cualitativo fenomenológico tuvo como objetivo comprender la influencia que tienen las redes sociales en el cortejo amoroso en personas adultas de la ciudad de Medellín. Se implementó una entrevista a profundidad, administrada a cuatro informantes. La información se sistematizó en Atlas.Ti, permitiendo el análisis de las categorías emergentes. Se identificó que la mediación tecnológica influye notablemente en las manifestaciones amorosas, simplificando el romance a las aplicaciones lo que en ocasiones le da un carácter de superfluo, asimismo la creación de perfiles expone la identidad y posibilita una mercantilización de la imagen. Es concluyente que la tecnología posibilita maneras instantáneas y prácticas para el cortejo, en contraste con épocas de romance manifestado en presencia del otro.
Palabras clave: redes sociales, amor, tecnología, cambio cultural, relaciones interpersonales.
Abstract
The qualitative phenomenological research aimed to understand the influence that social networks have on courtship in adults in the city of Medellin. An in-depth interview was implemented, administered to four informants. The information was systematized in Atlas.ti, allowing the analysis of the emerging categories. It was identified that technological mediation influences lovemaking remarkably, simplifying romance to applications, which sometimes gives it a superfluous character, likewise, the creation of profiles exposes the identity and enables a commodification of the image. It is conclusive that technology enables instant and practical ways for courtship, in contrast to times of romance manifested in the presence of the other.
Key words: social networks, love, technology, cultural change, interpersonal relationships.
Ésa es la materia de la que están hechos los sueños,
y los cuentos de hadas, de una sociedad de consumidores:
Transformarse en un producto deseable y deseado.
Bauman
Introducción
El cortejo es entendido como aquellas pautas que rigen la aproximación desde el contacto inicial de una pareja hasta el momento previo a la unión, Cosse (2007). A partir de esta definición, se entiende el cortejo como el conjunto de todo aquel preámbulo que se da para la conquista de una persona a otra, llevando a cabo estrategias que permitan captar su atención e interés, ya sea con una finalidad casual o formal.
En la actualidad y con la evolución tecnológica las formas de relacionarse se han ido modificando, la influencia que cobra lo afectivo amoroso en la contemporaneidad ha desplazado el contacto cara a cara y las maneras tradicionales de cortejar, a tal punto que el contacto físico ha comenzado a sustituirse y las interacciones han pasado de ser presenciales a virtuales, con una aceptación pasmosa.
En el siglo XXI los dispositivos electrónicos han sido mediadores relacionales, conformándose las interacciones comunicativas de los individuos, en procesos sociales digitalizados (Orozco,2002). Así mismo, las relaciones de pareja han sido transformadas por tales mediaciones tecnológicas, reemplazado las maneras de seducción o cortejo tradicionales, las miradas, las caricias, los besos, las rosas y chocolates, típicas del coqueteo que se dan en presencia del otro; a simbologías establecidas a partir de un “clic”.
Lo anterior incurre en una comunicación instantánea, que se expresa a partir de un anglicismo que se ha universalizado como el ideal y anhelado “like” (“me gusta, me encanta”). No obstante, estas formas de interacción cuerpo-tecnología convierten a los sujetos en consumidores de imágenes novedosas en cuanto al grado de acercamiento en la intimidad de un otro desconocido. Giraldo, L. (2013). En tanto consumo, las frases, stickers, gif y pictogramas (emojis) son infinitos, tratando de manera gráfica aproximarse a una sensación, que establezca lo que se quiere expresar.
De esta manera surge el concepto de amor líquido creado por el sociólogo Zygmunt Bauman (2005), para referirse a las relaciones que se llevan a cabo en la actualidad, en este concepto se nombra las formas de relación contemporáneas como un tanto superficiales e incluso efímeras, evidenciando el miedo al compromiso y generando relaciones líquidas que suelen ser insatisfactorias en su mayoría.
Estos factores se gestan en la premura con la que se construyen los vínculos actuales, donde el objeto de deseo se desvanece con rapidez sin una consolidación de lazos significativos, perdiendo la conexión (forma actual para nombrar los vínculos establecidos en la virtualidad); tan rápido como lo que tardaron en aparecer. Asimismo, esta forma de nombrarlos facilita la opción de desconexión o desvinculación con el otro en cualquier momento de la relación, en aras de huir del temido compromiso. La disolución de vínculos aumenta, quizá por el miedo que caracteriza a esta generación la estabilidad confundida con rutina, en tanto conlleva responsabilidades y en ocasiones a la pérdida de libertad generando tensión y conduciéndola a su desvinculación con el Otro, esa felicidad instantánea que aparece con el primer impulso de vinculación.
El propósito de esta investigación, radica en dar una comprensión de los fenómenos que se presentan en las formas de interacción establecidas en las relaciones de pareja mediadas por la tecnología, además darle al público lector interdisciplinario, un panorama de lo encontrado en las investigaciones y estudios actuales en la materia, así como a la sociedad misma en tanto que se podrá contribuir al esclarecimiento de ventajas o desventajas que surgen a raíz de esta ola transformadora en lo vincular.
Metodología
El diseño metodológico de la investigación es cualitativo y de corte fenomenológico, permitiendo una explicación desde la experiencia subjetiva de las personas (Galeano, 2003) implementando la modalidad de historias de vida, además teniendo como principales características; el ser inductivo, basarse en la lógica experiencial de las personas, ser observacional y flexible. Este método permite investigar fenómenos sociales desde la revisión teórica y documental. La investigación es de tipo exploratorio-descriptivo buscando generar conocimiento a través de la experiencia de los participantes. Participantes.
El estudio de caso, se desarrolló con 4 personas mayores de edad de la ciudad de Medellín-Colombia. La muestra estuvo conformada por una pareja: Informante 1 (hombre) de 25 años actualmente estudiante e Informante 2 (mujer) de 22 años también estudiante, quienes tienen una relación hace 9 años aproximadamente, además se entrevistaron dos personas solteras, así: Informante 3 (mujer) de 37 años, actualmente no trabaja y tiene 3 hijos e Informante 4 (hombre) de 37 años, es entrenador físico. Los criterios de inclusión a tener en cuenta fueron que las personas hayan tenido alguna relación de pareja y que estén registrados a alguna red social (Facebook, WhatsApp, Instagram, Tinder, entre otras). Se sugirió que los participantes conserven un nivel de escolaridad mínimo y además que fueran mayores de edad.
Instrumentos
Para Rodríguez Peñuelas, (2008) “Las técnicas o instrumentos, son los medios empleados para recolectar información, entre las que destacan la observación, cuestionario, entrevistas, encuestas, entre otros.” (p.10), es por ello que en el proceso de investigación y teniendo en cuenta la rigurosidad del mismo, se implementó:
Una entrevista a profundidad, la cual sigue el modelo de plática entre iguales, "encuentros reiterados cara a cara entre el investigador y los informantes" (Taylor y Bogdan, 1990. p.101), reuniones orientadas hacia la comprensión de las perspectivas que tienen los entrevistados respecto de sus vidas, experiencias o situaciones, expresados desde sus propias palabras. (Robles, B. 2001). Dichas entrevistas estuvieron fundamentadas en las categorías trabajadas (cortejo, imaginarios, triángulo amoroso, transformación societal y ciber patologías) las cuales permitieron desarrollar de 5 a 7 preguntas por cada una. Las mismas tuvieron una revisión por pares y la respectiva aprobación por una persona experta en relación al tema, en procura de la confiabilidad y validez del instrumento para su aplicación.
Se aplicó el CAMIR el cual se fundamenta en las evaluaciones que realiza el sujeto sobre las experiencias de apego pasadas y presentes, y además sobre el funcionamiento familiar. (Balluerka, N., Lacasa, F., Gorostiaga, A., Muela, A., & Pierrehumbert, B.2011). La estructura interna del cuestionario consta de 7 dimensiones, cinco de ellas referidas a las representaciones del apego (Seguridad: disponibilidad y apoyo de las figuras de apego; Preocupación familiar; Interferencia de los padres; Autosuficiencia y rencor contra los padres y Traumatismo infantil) y los dos restantes referidas a las representaciones de la estructura familiar (Valor de la autoridad de los padres y Permisividad parental).
Además, se trabajó una encuesta en Google Forms, consta de 12 preguntas generales sobre el uso de la tecnología como mediador en la relación de pareja, la cual se envió de manera masiva desde las redes sociales de los investigadores, con la finalidad se realizar un sondeo del uso de las mismas y su impacto en el cortejo. Se sugiere sea realizada a personas mayores de edad.
Procedimiento
Para la investigación, inicialmente se realizó un rastreo bibliográfico, teniendo en cuenta diferentes artículos de investigación obtenidos en bases de datos científicas como Dialnet, Redalyc, Ebsco, Google académico, entre otras, basándose en investigaciones de punta que daten de los últimos 10 años entre otras; estas se configuran como la base para la construcción del proyecto.
Tras determinar los interrogantes, propósitos y la problemática de investigación, se realizó el fichaje y la codificación de la información mediante el software Atlas.Ti 6.2, con ello se da lugar a las categorías iniciales, que dan cuenta de la influencia de las redes sociales en las manifestaciones amorosas específicamente en el cortejo amoroso.
Posteriormente se construyó el instrumento, para el caso una entrevista a profundidad semiestructurada, la cual se fundamentó en 5 categorías de análisis que daban cuenta de los fundamentos del cortejo como eje central de la investigación, asimismo de las categorías restantes como: la transformación societal, el triángulo amoroso, los imaginarios y las ciber-patologías.
Para la aplicación de los instrumentos se seleccionaron 4 personas de manera intencional, pactando un encuentro y llevando a cabo la implementación de la entrevista a profundidad y del cuestionario CAMIR, con el fin de reconocer diferentes vivencias y experiencias de estas personas frente a sus relaciones. Teniendo en cuenta los aspectos éticos de la investigación se aplicó el consentimiento informado, previa revisión por parte de la asesora de trabajo de grado.
Después, se da paso a transcribir las entrevistas para realizar la matriz analítica donde se reconocen las categorías emergentes y algunas subcategorías, dicha matriz está basada en la contigüidad, contraste y semejanza de lo obtenido en los resultados.
Finalmente, se analizaron los resultados, triangulando la información teórica obtenida con el trabajo de campo, buscando elementos relevantes a la luz de las diferentes investigaciones en torno al tema, lo que permite comprender la pertinencia del fenómeno de estudio para establecer así, nuevos postulados alrededor de la relación e influencia entre redes sociales, relaciones de pareja y sus manifestaciones amorosas.
Resultados
Cortejo: contraste entre nativos e inmigrantes digitales
Gergen (1973), connota como la sociedad humana es históricamente cambiante y junto con ella los significados que se atribuyen a la realidad, situación a la que él denominó como “construccionismo social”, escenario que se evidencia en la transformación del individuo, no solamente en lo estético sino además sobre todas las dimensiones del mismo, inclusive a esa parte esencial como son las relaciones amorosas y a su evolución.
Al respecto de esos cambios relacionales, y teniendo en cuenta el objeto de esta investigación se abordarán las formas de comunicación modernas, pero relevantemente los actores de las mismas; Prensky (2001) denomina “Nativos Digitales” a quienes han nacido entre los años 80 y 90 o conocidos también como D-GEN por Generación Digital como una forma de caracterizar a quienes se encuentran hiperconectados al mundo en tiempo real, puesto que han nacido y se han formado empleando el lenguaje digital. Son estos los que han enmarcado nuevas pautas en la construcción del vínculo amoroso y han generado grandes cambios en la conformación y en el proceso del cortejo como lo manifiesta un informante, asumiendo estos modos como menos intimidantes y de más fácil acceso “una vez con una novia, me solté más fácil, de pronto para expresar algo, porque soy más bien malo para expresar, entonces no sé si fue porque me daba cosa y como en redes sociales no me ve” (I.4 2020).
Mientras tanto, otra parte de esta realidad se evidencia para los que no nacieron en esta era tecnológica, aquellos que forzosamente han tenido que inmiscuirse para encajar en la sociedad moderna; los llamados “Inmigrantes Digitales” quienes nacieron en una era pre-digital, es decir, antes de los 90’s, ellos han tenido que aprender a usar la digitalidad, proviniendo de un mundo analógico de información.
Es en esta transición donde las formas de relacionarse han cambiado sustancialmente y el contacto cara a cara otrora ha sido suplido por las interacciones en su mayoría virtuales. Los efectos saltan a la luz, tal vez, la inminencia con que se da este cambio, también tiene incidencia en la fluidez de los vínculos como lo menciona el Informante: “Hay muchas relaciones que sí funcionan, pero hoy en día las relaciones casi no son duraderas y en parte, es por eso, porque hay muchas redes, la persona que no quiera ser fiel, en las redes consigue todo tipo de distracciones” (I.1 2020).
El cortejo para los inmigrantes digitales, estaba fundamentado en una construcción social mediada por la presencia del otro, y con connotaciones románticas, expresadas en manifestaciones tales como: regalar flores, chocolates, cartas a mano, visitas a la cortejada en la sala (hasta no muy altas horas de la noche), grabar cassettes, y construir relaciones para toda la vida. Puede reconocerse en la investigación que aún y con todas las transformaciones esta forma tradicional de amor a pesar que se ha diluido, se rehúsa en algunos asuntos a morir, esto puede identificarse en la narrativa de un participante nativo digital cuando se interpela por el cortejo: “Es como invitar a salir a la otra persona, regalarle flores, chocolates, detalles. Creería yo que es eso” (I.1 2020). Explícitamente aclara que su amor es a la antigua sin importar la influencia de esta nueva sociedad.
Por otro lado, se reconoce en una informante que por su edad (37 años) se clasifica como inmigrante digital, quien expresa mantener el gusto por la forma de conquista antigua, donde el hombre corteja y está al tanto de lo que pase con ella: “Que te caigan, literalmente. Me gusta que me conquisten con sinceridad, que la otra persona se muestre tal y como es. Me gusta que la otra persona esté pendiente de mí, con detalles” (I.3 2020).
Actualmente, muchas de estas prácticas no son aplicadas por los nativos digitales, reemplazando en gran medida el contacto físico por el virtual. Para estas generaciones es más fácil conquistar desde Tinder, stalkear (revisar con detalle las redes sociales de las personas) el Facebook o Instagram de la persona que le llama la atención y siguiendo este concepto se hallan conductas particulares en donde se evidencia la superficialidad de dichos relacionamientos, siendo más efímeros en sí mismos, ya que aunque puede hacerse un perfil muy completo y en muchas ocasiones libreteado de las personas, la sociedad de consumo requiere crear una imagen idealizada y con ciertos estándares de perfección.
“El proceso de conquista es en el que uno quiere atraer, cómo lo digo, como atraer físicamente o con la personalidad que tengas. Para mí es muy importante la apariencia, pienso que debes de oler siempre rico, verte agradable para la otra persona, así sea con tus uñas, teniéndolas organizadas, bonitas, verte siempre impecable y también siendo transparente con la otra persona” (I.2 2020).
Para esta nativa digital (23 años), se evidencia acerca de las formas de conquista actuales, como la atención está mayormente dirigida al aspecto físico, higiene personal y el cuidado del cuerpo; asuntos que, si bien no deben descuidarse, se sitúan con relevancia en la apariencia, en lo visible, pero además en lo inmediato, pasando a un segundo plano asuntos que ameritan un contacto profundo para su reconocimiento.
El reconocimiento de las nuevas formas de interacción amorosa pasa además por el visibilizar cambios históricos y progresivos que se tiene sobre el papel de la mujer y el otorgamiento de derechos, que asimismo incide en las formas de conquista; esto se expresa en dos de los participantes (inmigrantes) refiriéndose al cortejo, “Antes era más difícil el encuentro y la disponibilidad, ahora las mujeres son más fáciles ya no se dejan cortejar y el amor es más rápido” (I.3 2020). “Los tiempos han cambiado, ya el hombre no es el que tiene que llegar a eso, ya la mujer decide” (I.4 2020). Sin embargo, pareciera que cuando se cae en los excesos, es decir va más allá del ejercicio pleno de derechos para las mujeres, la noción de fácil también podría llegar a ser para el caso un sinónimo de superficial y efímero.
Triángulo amoroso: Sociedad, virtualidad y pareja
La digitalización del amor crea la posibilidad de una comunicación casi permanente, pero a su vez permea de inseguridades y demandas de atención constante (llamadas, mensajes, publicaciones, entre otros) a la pareja; igualmente la sociedad se mantiene expectante y exige mantener públicas las relaciones. Dichas demandas tienen un influjo casi obligatorio para manifestar el amor público que reafirme el compromiso y al mismo tiempo permita que terceros interactúen en su relación, determinado una situación triangular, pero a la vez algunos imaginarios, que logran sostener el vínculo. Al respecto se establece que “La diferencia entre una relación construida virtualmente a una física es que en la virtual se tienen expectativas frente a la otra persona, dura más el tiempo del cortejo porque tú estás idealizando a esa otro. En la red social se mantiene ese sueño de cómo será cuando lo bese, cuando lo mire.” (I.3 2020).
Por otro lado, la digitalidad permite otras maneras, no solo en los sistemas de comunicación sino también en términos de manifestaciones afectivas, sexuales y emocionales, llevando las relaciones a la mediación tecnológica para expresarlas, sea mediante la mensajería instantánea y/o redes sociales; expandiendo los límites de lo privado a lo público, como lo expresa el participante: “Yo digo que estos mensajes ayudan a fortalecer la relación, las fotos; igual todas las fotos que yo pongo en redes, en WhatsApp siempre son con mi pareja, entonces doy a saber que tengo una relación” (I.4 2020).
Ahora bien, dichas tecnologías incrementan la necesidad y posibilidad de conocer el mundo de las relaciones del otro y a su vez la opción de vigilancia y control sobre las mismas, lo que permite la construcción de hábitos que vinculan la intimidad y la comunicación a una idealización sobre el otro que no responde a la realidad. Así lo afirma la informante “En redes sociales, uno no ve nada, en redes sociales todo es muy bonito, de frente todo es muy distinto” (I.4 2020). Lo que permite reconocer la aparente fragilidad de algunos vínculos, que más allá de apreciables y exitosos en una red, encubren las problemáticas que subyacen a toda relación.
Lo evidente es que supeditar la relación amorosa a la virtualidad, permite intuir una aparente intimidad, que rehúye de fondo al compromiso, en aras de diversificar esa búsqueda del objeto amado, en una gama innumerable de posibilidades como lo afirma Bauman (2005):
“El compromiso a largo plazo es una trampa, que el empeño de “relacionarse” debe evitar a toda costa al comprometerse, se debe recordar que tal vez esté cerrándole la puerta a otras posibilidades amorosas, a otras personas que podrían ser más satisfactorias y gratificantes para usted, así que mantenga entonces todas sus puertas abiertas” (p.11).
Si bien la tendencia romántica hoy en día está guiada por las condiciones antes mencionadas, parece que para algunas personas todavía la forma “antigua” de vinculación amorosa evoca el romanticismo de antaño que era más cálido, más cercano, como lo afirma el informante en su narrativa respecto a las relaciones mediadas por la virtualidad: “No funcionan, eso no se le puede llamar relación, es que una relación es compartir; no solamente palabras, falta ese calor, veo algo como ficticio” (I.4 2020).
De lo sexual a la cosificación, aspectos de la virtualidad
“Cuando se convierte la sexualidad en un producto de consumo se desecha el elemento vinculante y, por ende, las relaciones duraderas; a pesar de ello, los sujetos no pierden la necesidad de establecer vínculos, de ahí que se configuren nuevas formas de interacción aceptadas a nivel sociocultural dentro de contextos como el virtual, que, si bien no pueden desligarse del canon de consumismo, conceden espacios para la generación de sexualidades alternativas” (Braidotti, 2004, p.6)
Desde lo planteado por el autor se puede evidenciar que, a diferencia de épocas pasadas, donde era impensable un acercamiento sexual a distancia, hoy en día es totalmente posible esto desde la virtualidad. La tecnología y en especial las aplicaciones han facilitado los encuentros con fines sexuales, fomentando las relaciones basadas en lo sexualizado, dejando de lado las prácticas amorosas como parte del romance. La tecnología, permite libertad en cuanto al manejo de contenido, sin embargo, sigue exponiendo las expectativas y demandas sociales en cualquier tipo de relación, aunque se puede ver con mayor influencia en las de pareja, donde se espera el éxito, la felicidad y en general la evidencia de que todo va bien. En esta radiografía que asiente lo virtual, se requiere de publicaciones que permitan visualizar el control y poder en la relación, que permita a la sociedad ver cómo se conforman como pareja y qué pautas tradicionales cumplen o no para su aceptación social.
En la actualidad, los géneros -no solo el femenino ni el masculino- hacen uso abierto de asuntos como la sexualidad, la seducción, y el sexo ocasional (lo que antes solía ser más atribuible a lo masculino), en gran parte por la influencia generada por la accesibilidad amplia a contenido social, propiciado por lo virtual, se ve reforzado por los cánones y exigencias creadas culturalmente, generando estándares de comportamiento y determinando patrones en el actuar de las personas. Tal apertura y equiparación de oportunidades, además ha propiciado que la feminidad sea mostrada con una corporalidad segmentada, es decir, dividiéndose en imágenes de rostros, labios o piernas, con el fin de satisfacer al consumidor; mientras tanto, el hombre es representado por una imagen integral, con un cuerpo completo que cumple un rol de poder, haciendo a la mujer objeto de sumisión, en palabras de un entrevistado frente al uso de la virtualidad y las elecciones posibles “escogiendo el ganado, es como escoger ropa” (I.4, 2020).
Amor reconfigurado y sus cambios en la relación de pareja
Las transformaciones societales siempre se han evidenciado desde el paso histórico con el recorrido del amor antiguo y el amor actual, dando lugar a su reconfiguración. La contemporaneidad evidencia diferentes cambios en las relaciones de parejas como lo son las nuevas formas de cortejo, los escenarios sociales y las nuevas formas de familia, al respecto refiere Bauman (2012) (citado en Rubio 2015), que hoy en día se evidencian tres cambios profundos en aspectos centrales: 1) el ideario del compromiso familiar moderno (el matrimonio); 2) El tiempo del compromiso (hasta que la muerte nos separe); 3) la familia nuclear (la célula de la sociedad y la institución socializadora por excelencia y dadora de los valores).
Uno de los informantes, expresa su pensamiento frente a los cambios en la concepción de unión o familia respecto a la influencia de la tecnología,
“Yo creo que antes era más fácil que una relación durará más que hoy, por esas mismas cosas; las mujeres o los hombres no respetan, uno se pone a mirar relaciones, por ejemplo, la de los papás. Las cosas duraban más sin las redes sociales, así mucha gente diga que no, ahora es como el relajo, lo pasajero. Estas han hecho que por ejemplo si usted es una pelada muy linda y le tiran más de un like en las redes sociales, como se ve todo (es pública) empiezan a reclamarte (historia sobre celos).” (I.4. 2020).
Lo anterior permite que ahora las personas, teniendo en cuenta la futilidad con que se establecen los vínculos, en su relación de pareja, escasamente piensen en el matrimonio y los compromisos que este acarrea tales como: concebir hijos o formar un hogar; en la actualidad la mayoría de las relaciones que se sostienen a partir de un “like”, (me gusta en cualquier publicación de la red social facebook), suelen ser en muchos casos pasajeras, efímeras y líquidas.
Por otro lado, cabe mencionar que esta era provee una nueva estructura social: la sociedad red, cuyo eje central es la revolución en las tecnologías de la información, las cuales están transformando el mundo en redes globales, en comunidades virtuales de comunicación, razón por la cual la sociedad está modificándose, por lo tanto las nuevas tecnologías causan un impacto transversal; situación que sin lugar a duda ha impactado las relaciones de pareja, con mayor influencia en situaciones como la comunicación, que pasa a ser mediada por un dispositivo electrónico (celular, tablet o P.C.), como expresa el Informante: “Al no tener la persona de frente, entra uno a decir como más cosas, no sé, cómo a darle toda la parla (discurso) por decirlo así”, para las nuevas generación se hace más “fácil” hablar con otra persona si no se está de frente y las redes sociales facilitan su comunicación (I.1 2020).
Si bien se reconoce un cambio sustancial en varios aspectos que rodean y permean las relaciones de pareja actuales, se encuentran también personas que optan por lo tradicional y esencialmente por el acercamiento cara a cara, reconociendo el “talón de Aquiles” en la tecnología, lo que se evidencia en la narrativa de la informante “Hay algunas relaciones que todavía son normales, que se tiene que conquistar, que se encuentran o se tienen que ver; la tecnología activa muchas cosas negativas como por ejemplo los celos, o la publicación de todo. Publicidad-privacidad”. (I.3 2020).
Discusión
De acuerdo a los resultados, se procedió a evaluar e interpretar las implicaciones de las redes sociales en las relaciones de pareja y la conformación del vínculo creado sin rostros, mediado por internet, la experiencia global de la tecnología, sin duda ha resignificado la sensibilidad y el romance en la creación del cortejo y el vínculo amoroso, sin ir más allá de los patrones del lenguaje impuesto por la virtualidad, como lo menciona Elías (1999) puede llevarse a cabo la "cosificación" de procesos y la invisibilización de relaciones. (Citado en Sabido y Adriana, 2015)
La investigación permite reconocer las transformaciones sociales que se han dado en el relacionamiento, tanto en inmigrantes como en nativos digitales, siendo los últimos, herederos generacionales de la conformación del vínculo amoroso permeado por la virtualidad, pero además por la des-conexión, como un asunto de pragmatismo y fragilidad de los mismos, equiparablemente a lo propuesto por Bauman (2017), cuando evoca la noción de retrotopía dando cuenta de la idealización del pasado en aras de un presente poco promisoria para el cortejo mediado por el romance.
Si bien existe un cambio sustancial en las relaciones de pareja debido al desarrollo tecnológico, no se podría tomar como una consecuencia, sino más bien como una variación o una transformación donde las relaciones evolucionan y se ven permeadas por cualquier tipo de influencia de las redes sociales, principalmente en las manifestaciones de afecto, las cuales a su vez son mediadas por iconos y simbolismos en red, como los besos, corazones y demás pictogramas (emojis), con la única intención de acortar las distancia, logrando la conexión de las partes y la transmisión del sentimiento amoroso, de deseo, o cualquiera que se suscite, mediante la pantalla.
En contraste a Pérez (2019), para muchos se ha convertido en algo natural expresar aquello que se siente de una manera gráfica e instantánea, por esto, cabe resaltar que aun siendo esta una forma de comunicación “eficaz” para quienes carecen de habilidades sociales, puede posibilitar cierta dualidad, posicionándose como interruptor en el establecimiento del vínculo humano.
Conclusiones
Se evidencia un cambio en la sociedad actual y con ella también en las dinámicas del cortejo amoroso, mediado por la tecnología; su reconfiguración se caracteriza por la fugacidad y fluidez con la que solía presentarse anteriormente.
La revolución digital ha logrado grandes avances en las comunicaciones humanas, permitiendo el relacionamiento de individuos sin importar la distancia, creando además espacios y formas de comunicación e interacción; Asimismo ha permitido una transformación en las interacciones sociales, entre ellos, la mediación tecnológica para la conquista, mediante herramienta que se han convertido en imprescindibles para la seducción en el vínculo amoroso.
Las redes sociales suponen una sustitución de la forma de interacción, en tanto el instinto gregario, ha sido una necesidad de lo humano; la virtualidad como alternativa nunca suplirá la fascinación de un encuentro cara a cara y menos aún el contacto físico con el ser amado, salvo excepciones como el aislamiento social, donde la mediación tecnológica incide como sostén del vínculo sumergido en un mundo virtual.
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