Editorial
Con este número de Integración Académica en Psicología, abrimos nuestro octavo año de trabajo. Lo hacemos en una situación convulsa, contradictoria y que nos convoca a la unidad. Un espécimen pre-pitecantrópico en el gigante brasileño; un mercenario en Ecuador; la derechización ganando espacio en el continente. Un golpe de Estado en Bolivia –un golpe además xenofóbico, anti-indígena, sanguinario. Asedio intensificado contra Cuba. El neoliberalismo revendiéndose en un modelo de “compra obligatoria”. Una luz que se reenciende en Argentina, que hay que cuidar. Una América Latina que sangra y sufre, pero se alza, como en Chile, con sus generaciones más jóvenes que han dicho “Basta” y han echado a andar. Como en una Colombia que no quiere ser desmantelada en sus mejores sueños, ansias y derechos.
Por eso, hemos querido abrir este número, dedicando el espacio “Reflexiones desde América Latina” para participar activa y comprometidamente en una problemática fundamental para la psicología latinoamericana: la violencia contra la mujer, el feminicidio, las prácticas excluyentes, devaluadoras y asesinas contra la mujer latinoamericana. Una psicología de este continente, para este continente –su independencia, su desarrollo, su soberanía– no puede dejar de accionar con toda fuerza y constructividad a favor de la mujer latinoamericana.
Asimismo, es necesario pensar que no cambiaremos desde la base el sentido de las prácticas profesionales de nuestra psicología, ni la psicología misma, sin una inserción contundente en los procesos de formación de las nuevas generaciones de psicólogos y psicólogas. El trabajo en torno a la formación de los y las profesionales de la psicología es inherente a la condición misma de existencia de ALFEPSI, y debe estar siempre presente en nuestras reflexiones y actuaciones.
A partir de este número, estaremos publicando los trabajos presentados en nuestro VIII Congreso, realizado en la ciudad de Medellín, Colombia. Nuestra revista, nuestro congreso, nuestros intercambios, han de conformar un cuerpo único sólido, fuerte, coherente, que consolide nuestras luchas a favor de la psicología que nuestro continente demanda y merece.