RECURSOS, CONTEXTO, VINCULACIÓN PSICOLÓGICA, COMPROMISO CON LA CLASE Y RENDIMIENTO ESTUDIANTIL: HACIA UN MODELO INTEGRADOR 
Francisco Leal Soto
Departamento de Ciencias Sociales, Universidad de Tarapacá Iquique, Chile
Marcos Carmona Halthy
Escuela de Psicología y Filosofía, Universidad de Tarapacá Arica, Chile
Resumen
Algunos modelos desarrollados para explicar rendimiento a través de vinculación psicológica con el trabajo han sido utilizados para explicar rendimiento estudiantil, como los de bienestar y desempeño y de demandas-recursos laborales. Aunque cada uno de estos modelos predice la vinculación psicológica con el estudio, son menos eficaces para predecir el rendimiento. El compromiso de los estudiantes con el aprendizaje ha emergido como una condición del aprendizaje al mismo tiempo que como objetivo educativo. Este constructo proporciona una herramienta heurística para vincular el comportamiento, los afectos y las cogniciones de los estudiantes con sus antecedentes y consecuentes. Aquí examinamos ambos modelos de vinculación psicológica señalando algunas de sus inconsistencias y limitaciones, y proponemos un modelo en que se los integra y se los articula con el compromiso con la clase, proporcionando un marco para sistematizar los antecedentes del compromiso y conectar la vinculación psicológica con el estudio con el rendimiento escolar.
Palabras clave: Compromiso con la clase, vinculación psicológica, bienestar-desempeño, demandas-recursos, rendimiento estudiantil
Abstract
Some models developed to explain achievement through engagement have been used to explain student achievement, as wellbeing-performance and job demand-resources. Although each of these models predicts student engagement, they did not well predict performance. Student engagement with learning has emerged as condition for learning, as well as educational goal. This construct give us a heuristic to link behaviors, feels and cognitions of students with its antecedents and consequents. Here, we look into these two models, pointing some inconsistencies and limitations, and put forth a new one integrating both with classroom engagement, providing a frame to systematize involvement antecedents and connect student engagement with student achievement.
Keywords: Classroom engagement, wellbeing-performance, demand-resources, student achievement
La participación y el involucramiento activo de los estudiantes en las actividades de aprendizaje en la clase, o compromiso con la clase (Skinner, Kindermann y Furrer, 2009), se manifiesta en acciones concretas y observables por el profesor, como escuchar, preguntar, buscar información, seguir indicaciones y realizar las actividades; pero también implica cierto tipo de actividades cognitivas, como uso de estrategias activas y metacognición, y cierto tipo de estados afectivos, como entusiasmo y disfrute (Fredricks, Blumenfeld y Paris, 2004; Fredricks et al, 2011). El compromiso con la clase es un constructo que se ha elaborado a partir de diversas tradiciones conceptuales y de investigación que enfatizan una u otra de estas dimensiones, por lo que se superpone con otros constructos psicológicos mejor estudiados cada uno por separado, como comportamiento en la tarea, actitudes, intereses y valores, metas, motivación y autorregulación; no obstante, considera simultáneamente estas tres dimensiones en su interacción dinámica recíproca y con el ambiente, lo que constituye al constructo en un aporte específico, ya que proporciona una herramienta heurística inclusiva y multidimensional que permite vincular el comportamiento, los afectos y las cogniciones de los estudiantes en su proceso escolar con sus antecedentes y consecuentes (Fredricks et al, 2004).
El constructo ha sido desarrollado y estudiado en diversos niveles, a veces sin explicitar de cuál se trata; o incorporando varios niveles simultáneos sin distinguir entre ellos. Así, podría estarse hablando de compromiso en general con el aprendizaje, o compromiso con la escuela, o con una materia específica, o de varios de ellos a la vez, lo que se refleja en los instrumentos de medición (Wang, Bergin y Bergin, 2014). Esto es un problema, pues el compromiso puede tener significados y se expresa de formas diferentes en estos distintos niveles, y debería medirse de maneras adecuadas a cada nivel, lo que no necesariamente ocurre. Por ejemplo, el compromiso con la escuela puede significar que un estudiante se identifica con su escuela, que asiste con regularidad, que valora la escuela o sus compañeros, o que participa en actividades extracurriculares; ello puede tener poco que ver con realizar las actividades de clase que propone el profesor, o esforzarse en realizar un ejercicio propuesto en una guía de trabajo, situaciones que reflejan compromiso con la clase. Es más, un estudiante podría estar comprometido con la escuela pero no con la clase, o viceversa; incluso, podría interesarse en una clase, por ejemplo ciencias, y no en otra, por ejemplo, lenguaje. De allí la importancia de precisar que, en lo sucesivo, nos abocaremos al compromiso con la clase (con el aprendizaje, académico), en la situación específica de interacción entre profesor y estudiantes en el aula, que es el nivel en que la acción del profesor es directa e inmediata, y, por lo tanto, el nivel óptimo para una eventual intervención. En este trabajo intentaremos proponer un modelo que sitúe el compromiso con la clase entre sus antecedentes más generales y el rendimiento, resultado específico de una situación escolar. Para ello, recurriremos a dos modelos previos, uno que parte de las expectativas de autoeficacia y otro que enfatiza la interacción de las demandas y recursos de la situación.
La autoeficacia se considera el componente predictivo de una interacción dinámica entre factores personales, factores contextuales, y bienestar psicológico de los estudiantes. En esta dirección, el modelo heurístico de desempeño y bienestar psicológico de los estudiantes (figura 1; Bresó y Salanova, 2009), conjuga dicha interacción incorporando el rendimiento académico de los estudiantes en un doble sentido: como antecedente (rendimiento pasado) y como resultado (desempeño futuro) de un proceso que se inicia en las creencias de autoeficacia del estudiante, las que influyen en la percepción de su contexto (obstáculos y facilitadores), y en el bienestar o malestar psicológico experimentado por ellos.
En contextos universitarios, Salanova, Lorente y Vera (2009) han descrito tres categorías de obstaculizadores y facilitadores: de tipo organizacional, de tipo social y de tipo personal. En el caso de los obstaculizadores organizacionales, encontramos la sobrecarga de tareas, escasez de textos en la biblioteca e inapropiado espacio para estudiar; como social, aparece el retraso en la hora de llegada e inasistencia de profesores o la excesiva competencia entre compañeros; a nivel personal, se describe la falta de planificación y distribución del tiempo o la ansiedad anticipatoria frente a los exámenes. Entre los facilitadores organizacionales se incluyen acceso al laboratorio de computación, actividades prácticas en grupos pequeños de estudiantes y adecuada ventilación e iluminación de las salas de clase; entre los sociales, el apoyo de la familia y los amigos, buenas relaciones con los profesores y retroalimentación de profesores o compañeros; y entre los personales, tener recursos económicos, características personales (p.e., responsabilidad y optimismo) y vivir en la ciudad donde se estudia.

Figura 1. Modelo heurístico de desempeño y bienestar de los estudiantes. Fuente: Bresó y Salanova, 2009.
El que se incluyan algunas variables personales entre los obstáculos y facilitadores (tanto extraindividuales –por ej., el lugar de residencia– como intraindividuales –por ej., la ansiedad y el optimismo– es una inconsistencia, pues los mismos autores definen los obstáculos y los facilitadores en términos situacionales o contextuales, por contraposición a las demandas y recursos, que serían más bien genéricos a una actividad (Bresó y Salanova, 2009).
La investigación en torno al modelo muestra una relación significativa entre obstáculos y facilitadores percibidos por los estudiantes y su rendimiento académico, mediados por la vinculación psicológica. Es decir, aquellos estudiantes que perciben menos obstáculos y más facilitadores, se muestran vigorosos y dedicados en sus tareas, y esto se traduce en un mayor rendimiento académico futuro (Bresó, 2008). Estos resultados confirman hallazgos previos en ambientes laborales, que indican que los factores personales y ambientales positivos favorecen la aparición de vinculación psicológica y de conductas específicas de rendimiento (Salanova, Agut y Peiró, 2005). Por otra parte, el rol de la autoeficacia como antecedente del rendimiento académico y sus precursores está claramente establecido (p.e. Bandura, 2001; Bresó, 2008; Salanova, Martínez, Bresó, Loorens y Grau, 2005; Salanova, Bresó y Schaufeli, 2005).
Entre las implicancias prácticas que ofrece el modelo, se ha demostrado la posibilidad de promover la autoeficacia a través de una intervención deliberada (p.e., Bresó, 2008; Luthans, Avey, Avolio, Norman y Combs, 2006), lo mismo que para la vinculación psicológica (p.e., Salanova y Schaufeli, 2009); se constituyen, por tanto, en posibilidades de acción para mejorar rendimiento en contextos escolares.
Un problema en este modelo es que la vinculación psicológica se propone como resultado de (una o más) variables contextuales, los facilitadores del desempeño. Es decir, un aspecto estable (la vinculación psicológica) es dependiente de factores variables, situados y específicos (los facilitadores). Esto es una inconsistencia, pues si se asume que la vinculación psicológica es resultado de facilitadores que pueden variar, la vinculación psicológica tendería a ser tan variable como estos, más que una característica estable.
Por otra parte, el paso directo desde el desgaste y la vinculación psicológica hasta el rendimiento académico no considera aquellas situaciones que pudieran darse en la sala de clases, produciéndose un salto desde el nivel de las intenciones o disposiciones hasta el comportamiento efectivo. Broonen (2010) da cuenta de un conjunto de evidencias que muestran que las intenciones o disposiciones no necesariamente se concretan en comportamientos que las realicen o permitan alcanzar los objetivos; concluye que se puede predecir bastante bien estas intenciones o disposiciones a partir de las variables predictoras distales, como las actitudes o las normas subjetivas, pero que la proporción de varianza explicada en el resultado efectivo a partir de estas variables es mucho menor. Como Kuhl (2002) lo ha expresado, una persona puede tener toda la intención y estar muy motivada para hacer algo, y, a pesar de ello, no concretarlo.
El modelo de demandas y recursos laborales (DRL; Demerouti, Bakker, Nachreiner y Schaufeli, 2001) propone que, con independencia del tipo de ocupación, las características del ambiente de trabajo pueden tener consecuencias sobre la salud psicosocial y pueden dividirse en dos categorías denominadas demandas laborales y recursos laborales (Figura 2). La primera categoría –demandas laborales– tiene un carácter negativo, y hace referencia a aquellos aspectos del trabajo que requieren un esfuerzo sostenido y conllevan costes físicos y psicológicos, como la presión laboral, sobrecarga laboral o la relación emocionalmente exigente con los clientes. La segunda categoría –recursos laborales– se refiere a los aspectos del trabajo que son funcionales en el logro de metas laborales, reducen las demandas laborales y estimulan el crecimiento y desarrollo personal, como autonomía, retroalimentación por el trabajo realizado o el apoyo social de los compañeros (Bakker y Demerouti, 2007). Las demandas y recursos son factores desencadenantes de dos procesos psicológicos diferenciados: 1) el proceso de deterioro de la salud (en forma de desgaste profesional) y 2) el proceso motivacional (en forma de vinculación psicológica con el trabajo).

Figura 2. Modelo de DRL de la vinculación psicológica. Fuente: Llorens, del Líbano y Salanova, 2009.
El modelo DRL ha sido también aplicado en contextos académicos (Bresó y Salanova, 2009). En líneas generales, se ha encontrado que la sobrecarga de demandas predice los niveles de estrés mientras que la presencia de recursos es el mejor predictor de bienestar (Salanova, Schaufeli, Martínez y Bresó, 2010). Un estudio reciente (Osedach, 2013) puso a prueba un modelo que replica los hallazgos del DRL en una muestra de estudiantes, incluyendo una medida conductual de la vinculación psicológica y la necesidad de cognición como variable moderadora de la relación entre las demandas y la vinculación.
Es de notar que los recursos personales considerados en el modelo son todos de orden psicológico; por esta razón, parece adecuado referirse a ellos como recursos psicológicos en lugar de recursos personales. Por otra parte, el modelo propone como resultado del despliegue de estos la aparición de la vinculación psicológica, que sería el precursor del rendimiento laboral, tal como en el modelo de desempeño y bienestar; y adolece, por lo tanto, del mismo problema: la vinculación podría o no materializarse en un comportamiento comprometido, dependiendo de su interacción con los factores de contexto de la situación específica y otros factores personales distintos a los recursos.
Los dos modelos revisados destacan diferentes aspectos: elementos del contexto situacional como los obstáculos y facilitadores, en el primer caso, y los recursos laborales (organizacionales y sociales) y personales, en el segundo. Asimismo, cada uno tiene algunas limitaciones y/o inconsistencias, y ambos se desplazan desde la vinculación psicológica y el desgaste hacia el desempeño o rendimiento, ignorando la distancia entre las intenciones o disposiciones y las acciones efectivas. Ello se traduce en que, empíricamente, ambos modelos dan cuenta de importante varianza en los constructos de vinculación psicológica y desgaste, pero poco o nada del desempeño o rendimiento. Una de las razones por las cuales esto podría ocurrir es que la forma en que se ha definido y abordado la vinculación psicológica con el trabajo se ha centrado en los aspectos afectivos y cognitivos, descuidando la dimensión conductual. El paso de la motivación y las expectativas (procesos afectivo y cognitivo, respectivamente) a la conducta dirigida, requiere la acción de la voluntad, que incluye la implementación de intenciones y el despliegue de estrategias de control de la acción, entre otras (Gollwitzer, 1999; Keller, 2008; Kuhl, 1985); es decir, parece necesario considerar el compromiso efectivo, el proceso que culmina en la acción realizada, entre la vinculación psicológica y el desempeño.
El constructo compromiso con la clase y el instrumento desarrollado para medirlo (Inventario de Compromiso con la Clase, CEI por sus siglas en inglés; Wang, Bergin y Bergin, 2014) avanzan en este sentido, en el ámbito estudiantil. Compromiso con la clase refiere al involucramiento activo del estudiante en el trabajo de aprendizaje, considerando tanto aspectos afectivos y cognitivos, como su manifestación conductual. Por ejemplo, considera las emociones positivas como diversión y entusiasmo a nivel afectivo, uso de estrategias cognitivas o metacognitivas a nivel cognitivo, y participar en clases o hacer preguntas, a nivel conductual.
En la figura 3, presentamos un modelo que integra el compromiso con la clase entre el rendimiento y la vinculación psicológica (o su opuesto, el desgaste), y pone en relación los modelos de bienestar y desempeño y demandas-recursos, reduciendo sus inconsistencias y superposiciones. Al redefinir los recursos en términos restringidos como psicológicos, se excluyen de esta categoría los personales no psicológicos, que, en el modelo de bienestar y desempeño, son considerados facilitadores, como el lugar de residencia. Al integrar los modelos, tales recursos no psicológicos pueden considerarse como facilitadores contextuales más bien que características intrapersonales; a la inversa, los facilitadores personales intrapsicológicos considerados en el modelo de bienestar y desempeño, como el optimismo, pueden ser reubicados con propiedad en la categoría recursos psicológicos.

Figura 3. Modelo integrado: recursos psicológicos, contexto y compromiso con la clase. Fuente: Elaboración propia.
En el modelo original de bienestar y desempeño, los facilitadores y obstáculos se consideran predecesores directos de la vinculación o el desgaste. Al integrar los modelos, su relación pasa a ser mediada por los recursos psicológicos. De este modo, no son los facilitadores u obstáculos los que anteceden la vinculación o el desgaste, sino los recursos psicológicos que son movilizados en función de tales obstáculos y facilitadores.
La incorporación del compromiso con la clase como antecedente directo del rendimiento, permite dar cuenta de la influencia de factores diferentes de la vinculación y el desgaste que moderan la acción de estos sobre la conducta efectiva en clases, haciéndose cargo del paso de los afectos y cogniciones al comportamiento efectivo, que es, en definitiva, el antecedente directo del rendimiento. Asimismo, permite situar los modelos de bienestar y desempeño y DRL como antecedentes del compromiso con la clase, proveyendo un marco heurístico para el estudio de las variables del que dan cuenta.
Referencias bibliográficas
Bakker, A. B. y E. Demerouti (2007). The job demands-resources model: State of art. Journal of Managerial Psychology, 22, 309-328.
Bandura, A. (2001). Social cognitive theory: An agentic perspective. Annual Review of Psychology, 52, 1-26.
Bresó, E. (2008). Well-being and performance in academic settings: The predicting role of self-efficacy (Tesis de Doctorado). Extraído de http://repositori.uji.es/xmlui/handle/10234/29663?show=full
Bresó, E. y M. Salanova (2009). Factores psicosociales y salud en muestras pre-profesionales. En: M. Salanova (dir.), Psicología de la salud ocupacional (pp. 221-243). Madrid: Síntesis.
Broonen, J. P. (2010). Volition and the Theory of Planned Behaviour: How to Fill the Gap between Intention and Performance? En D. M. Dubois (ed.) AIP Conference Proceedings 1303, Ninth International Conference, 315-323. USA: American Institute of Physics.
Demerouti, E., A. B. Bakker, F. Nachreiner y W. B. Schaufeli (2001). The job demands-resources model of burnout. Journal of Applied Psychology, 86, 499-512.
Fredricks, J., W. McColskey, J. Meli, J. Mordica J., B. Montrosse y K. Mooney (2011). Measuring student engagement in upper elementary through high school: a description of 21 instruments. Issues & Answers Report, 098, 1-80.
Fredricks, J. A., P. C. Blumenfeld y A. H. Paris (2004). School engagement: Potential of the concept, state of the evidence. Review of Educational Research, 74(1), 59-109.
Gollwitzer, P. M. (1999). Implementation intentions: Strong effects of simple plans. American Psychologist, 54, 493-503.
Keller, J. (2008). An integrative theory of motivation, volition, and performance. Tech., Inst., Cognition and Learning, 6, 79-104.
Kuhl, J. (1985). Volitional mediators of cognition-behavior consistency: Self-regulatory processes and action versus state orientation. En: J. Kuhl y J. Beckmann (Eds.), Action control: From cognition to behavior (pp. 101-128). Berlin: Springer-Verlag.
_____. (2002). A functional design approach to motivation and self-regulation. En: M. Boeckaerts, P. R. Pintrich, y M. Zeidner (eds.), Handbook of self-regulation (pp. 111-169). San Diego: Academic Press.
Llorens, S., M. del Líbano y M. Salanova (2009). Modelos teóricos de salud ocupacional. En: M. Salanova (dir.), Psicología de la salud ocupacional (pp. 63-90). Madrid: Síntesis.
Luthans, F., J.B. Avey, B.J. Avolio, S.M. Norman y G.M. Combs (2006). Psychological capital development: Toward a micro-intervention. Journal of Organizational Behaviour, 27, 387-393.
Osedach, J. (2013). Using the job demands-resources model to understand student engagement: The impact of resource use on academic outcomes, and the impact of need for cognition on engagement (Tesis de Doctorado). Extraído de la base de datos de ProQuest Dissertations and Theses (publication Number: 3549066).
Salanova, M., S. Agut y J. M. Peiró (2005). Linking organizational resources and work engagement to employee performance and customer loyalty: The mediation of service climate. Journal of Applied Psychology, 90(6), 1217-1227.
Salanova, M., E. Bresó y W. B. Schaufeli (2005). Hacia un modelo espiral de las creencias de eficacia en el estudio del burnout y del engagement. Ansiedad y Estrés, 11, 215-231.
Salanova, M., L. Lorente y M. Vera (2009). Recursos personales: las creencias de eficacia. En: M. Salanova (dir.), Psicología de la salud ocupacional (pp. 149-173). Madrid: Síntesis.
Salanova, M., I. Martínez, E. Bresó, S. Llorens y R. Grau (2005). Bienestar psicológico en estudiantes universitarios: facilitadores y obstaculizadores del desempeño académico. Anales de Psicología, 21(1), 170-180.
Salanova, M. y W. B. Schaufeli (2009). Intervenciones individuales para incrementar el engagement. En: M. Salavona y W. B. Schaufeli, El engagement en el trabajo: cuando el trabajo se convierte en pasión (pp. 169-223). Madrid: Alianza Editorial.
Salanova, M., W. B. Schaufeli, I. Martínez y E. Bresó E. (2010). How obstacles and facilitators predict academic performance: the mediating role of study burnout and engagement. Anxiety, Stress & Coping, 1-18.
Skinner, E. A., T. A. Kindermann y C. J. Furrer C. J. (2009). A motivational perspective on engagement and disaffection: Conceptualization and assess- ment of children’s behavioral and emotional participation in academic activities in the classroom. Educational and Psychological Measurement, 69, 493-525.
Wang, Z., C. Bergin, D. A. Bergin (2014). Measuring engagement in fourth to twelfth grade classrooms: The Classroom Engagement Inventory. School Psychology Quarterly, 29(4), 517535.
VIOLENCIA PSICOLÓGICA EN EL TRABAJO: APROXIMACIONES DESDE LA PERSPECTIVA PSICOSOCIAL 
Nestor Raúl Porras Velásquez
Universidad Nacional de Colombia. Fundación Universitaria los Libertadores
Resumen
El objetivo de este trabajo es analizar la violencia psicológica en el los contextos de trabajo desde la perspectiva psicosocial. El método empleado es el crítico-genealógico de Foucault que permite la reconstrucción de los modos de organización del discurso de la violencia y el control de la subjetividad que se articulan alrededor de qué se dice, cómo se dice y para qué se dice en el ámbito laboral. Los resultados muestran como la lógica del discurso de la violencia instaurado en las organizaciones empresariales se encuentra fuertemente apoyada, tanto por el discurso de la ciencia como por las tecnologías del yo. Las conclusiones señalan que el control y la producción de subjetividades laborales dóciles no solo son posibles sino que incluso se propone como deseable en dichos espacios laborales.
Palabras claves: Psicología del trabajo, violencia psicológica, organizaciones perversas y perspectiva psicosocial.
Abstract
The aim of this paper is to analyze the psychological violence in the contexts of work from the psychosocial perspective. The method used is the critical-genealogical Foucault that allows reconstruction of the modes of organization of the discourse of violence and control of subjectivity that are organized around what is said, how it is said and what is said in the area labor. The results show how the logic of the discourse of violence established in business organizations is strongly supported by both the discourse of science as technologies of the self. The findings indicate that control production and docile labor subjectivities are not only possible but even desirable in these proposed work spaces.
Keywords: Work psychology, psychological violence, perverse organizations and psychosocial perspective.
La violencia laboral es una de las formas de abuso de poder que tiene como finalidad excluir o someter al otro, afectando la dignidad de quien la padece.
Sáenz, P. (2011).
Introducción
En Colombia la violencia, ha adquirido tal prevalencia que incluso, un período histórico lleva dicho nombre (el comprendido entre 1948 y 1958). De igual manera, la violencia ha sido considerada como una de las tantas problemáticas que afectan las relaciones y las percepciones cotidianas de los ciudadanos, y ha sido reconocida como una de las fuentes principales de alteración del orden socioeconómico y político del país.
Existe un gran interés de los investigadores del comportamiento humano por identificar las diferentes expresiones y contextos en los que emerge la violencia, así como el deseo constante de proponer y promover el diseño de estrategias de intervención con el objetivo de generar condiciones que permitan su prevención. Al interior de estas estrategias de intervención, se conjugan posturas teóricas y metodologías de investigación muy variadas, que sin duda alguna, han aportado a enriquecer nuestro marco de análisis e interpretación del fenómeno en cuestión.
Sin embargo, no deja de sorprendernos el hecho de que la violencia psicológica en el lugar de trabajo no sea fácil de identificar pues sus consecuencias pueden negarse o deformarse. Por consiguiente, en el mundo laboral la violencia se manifiesta como un abuso del poder para someter la voluntad de otra persona mediante el uso del maltrato psicológico o de las amenazas de tipo económico o político (Luna, 2003). En consecuencia, se puede afirmar que la violencia laboral es un hecho nuevo, no porque antes no ocurriera, sino porque ahora está siendo estudiada.
De otro lado, como todos sabemos, las relaciones interpersonales que surgen en el contexto laboral competitivo y globalizado, no siempre son de armonía entre los miembros que conforman una organización. Esta situación afecta directamente la productividad y la salud mental de los individuos, grupos y organizaciones. Por esta razón, el objetivo de esta investigación de tipo documental consistió en analizar la violencia psicológica en los contextos de trabajo desde la perspectiva psicosocial.
Método
Se realizó una revisión documental de los artículos relacionados con el tema en cuestión. Se escogieron los artículos de acuerdo con los siguientes criterios: estar publicados en revistas indexadas, dar cuenta de una investigación empírica o teórica, con temáticas relacionadas con la violencia laboral, mobbing, acoso laboral, hostigamiento laboral, entre otras.
Los aspectos que se tuvieron en cuenta para su análisis fueron, en principio, las problemáticas abordadas, el tipo de investigación y los método de recolección y análisis de la información.
Resultados
Respecto a las temáticas estudiadas se encontró lo siguiente:
La violencia laboral
De acuerdo con Guevara (2010), este tema provoca poco interés, en algunas poblaciones como la colombiana, por el hecho de que normalmente somos sujetos pasivos de actos de violencia y no lo notamos porque estamos acostumbrados a determinadas conductas que ya las hallamos como parte integrante del actuar diario y ni nos ofenden ni preocupan. Según Guevara, desde que en el ambiente laboral se producen los primeros síntomas de malestar en el personal, producto de acciones dirigidas en contra de la intimidad, la honra, la imagen o la propia dignidad de la persona humana, debemos estar alertas para evitar que se desarrolle un clima de hostigamiento y de irrespeto por el derecho de los demás.
Para la Organización Mundial de la Salud –OMS– en su Informe sobre Violencia del año 2003, la violencia es el uso deliberado de la fuerza física o el poder,ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona oun grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daño psicológico, trastornos del desarrollo o privaciones y atente contra el derecho a la salud y la vida de la población. Como se puede apreciar, la violencia laboral es un fenómeno de gran amplitud y complejidad. Esto se debe a la multiplicidad de factores y de elementos de orden individual, económico, social y político que allí tienen lugar.
En otras palabras, la violencia laboral es una forma de abuso de poder que tiene por finalidad excluir o someter al otro, puede manifestarse como agresión física, acoso sexual o violencia psicológica, puede presentarse tanto en sentido vertical (ascendente o descendente) como entre pares, puede ejercerse por acción u omisión, afecta la salud y el bienestar de las personas que trabajan, y configura una violación a los derechos humanos y laborales.
Las tres formas de violencia laboral más conocidas son:
- Agresión física: Toda conducta que directa o indirectamente esté dirigida a ocasionar un daño físico sobre el trabajador o la trabajadora.
- Acoso sexual: Toda conducta o comentario reiterado con connotación sexual basado en el poder, no consentido por quién la recibe.
- Acoso psicológico: Situación en la que una persona o grupo de personas ejercen un maltrato modal o verbal, alterno o continuado, recurrente y sostenido en el tiempo sobre un trabajador o trabajadora buscando desestabilizarlo, aislarlo, destruir su reputación, deteriorar su autoestima y disminuir su capacidad laboral para poder degradarlo y eliminarlo del lugar que ocupa.
Para Sáenz (2014), la violencia laboral “atenta contra los derechos humanos, el trabajo digno y la integridad de las personas. Afecta gravemente su salud física y mental, la vida laboral y social y la organización toda. Es una forma de abuso de poder que tiene por finalidad excluir o someter al otro; puede manifestarse como agresión física, acoso sexual o violencia psicológica. Puede presentarse tanto en sentido vertical (ascendente o descendente) como entre pares, y ejercerse por acción u omisión”.
Antecedentes del acoso-hostigamiento laboral
Varios investigadores de la violencia laboral coinciden en señalar que desde los años 80 se viene estudiando el tema del acoso laboral, en Noruega y Suecia donde se realizaron investigaciones desde 1984, lideradas por Heinz Leymann científico sueco que adelantó estudios sobre el acoso moral en el trabajo, quien presentó publicaciones desde 1984 hasta 1996 sobre el tema a partir de los enfoques clínicos de la psicología: epidemiológico, organizacional y administrativo.
Ahora bien, el acoso laboral se puede interpretar como una forma de acoso psicológico, que es esencialmente un menoscabo a “la dignidad humana”. De acuerdo con Leymann definió la palabra mobbing como “el encadenamiento sobre un período de tiempo bastante corto de intentos o acciones hostiles consumadas, expresadas o manifestadas, por una o varias personas, hacia una tercera: el objetivo” (1984, p. 4).
Delimitando el acoso laboral
Este concepto fue desarrollado y promovido en el ámbito laboral por Heinz Leymann en 1984, psiquiatra alemán, que de inicio designó este fenómeno del maltrato psicológico en el entorno laboral como “terror psicológico”. Leymann (1990), definió el acoso psicológico o el mobbing como el terror psicológico laboral en el que una persona, o un grupo de personas, ejerce una violencia psicológica extrema sobre otra persona en el lugar de trabajo de forma sistemática (al menos una vez por semana) y durante un tiempo prolongado (más de 6 meses).
En términos generales, el concepto de acoso psicológico laboral o el mobbing hace referencia a aquella situación en la que una o varias personas ejercen una violencia psicológica extrema, de forma sistemática y recurrente, durante un largo período de tiempo, sobre otra persona en el puesto de trabajo. De acuerdo con las descripciones de los investigadores de este campo. El objetivo en este caso es intimidar, reducir, amedrentar, consumir emocional e intelectualmente a la víctima, con el fin último de echar o eliminarla de la organización. En otras palabras, la expresión “mobbing” hace referencia al acoso laboral utilizado con el significado de forzar a alguien a hacer algo que ella no quiere, acorralarla o presionarla para que tome la decisión de abandonar su trabajo.
Es obvio que el lugar de trabajo, es donde las personas pasan gran parte de su vida, que dicho lugar ofrece también la oportunidad de establecer relaciones interpersonales dentro de una organización socio laboral. Pero, al mismo tiempo, el lugar de trabajo puede convertirse en uno de estos entornos en donde puede manifestarse el acoso psicológico o mobbing.
El acoso laboral-mobbing es un tipo de violencia laboral que se refiere al comportamiento de un individuo que usa su poder y que manipula a los demás para satisfacer su interés. Además, lo hace mediante un hostigamiento sistemático por medio de alusiones, descalificaciones, desconsideraciones hacia la persona víctima de esta situación. Desde luego, no es un fenómeno nuevo, sino que es un fenómeno de la sociedad en general.
El acoso psicológico afecta el clima laboral de la empresa, deteriora la cohesión y la calidad de las relaciones interpersonales y aumenta los accidentes en el lugar del trabajo por descuido, por negligencia o por falta de atención o distracción. De acuerdo con Uribe Prado (2011), la empresa es la responsable de garantizar un ambiente de trabajo saludable y adecuado. Para hacer frente a los casos de acoso psicológico en el lugar de trabajo, es necesario plantear estrategias preventivas y de intervención que requieren la implicación de todos los agentes dentro de la organización. Para este autor, el mobbing es un fenómeno que se presenta de manera sistemática en las dinámicas laborales actuales y se convierte por lo tanto en un enemigo silencioso de las relaciones laborales.
Por su parte, Marie France Hirigoyen define el acoso moral en el trabajo (mobbing) como: “todo comportamiento abusivo que atenta por su repetición y sistematicidad a la dignidad o a la integridad psíquica o física de una persona poniendo en peligro su empleo o degradando el clima de trabajo, supone un comportamiento moral de acoso psicológico” (2008, p. 12).
Para Giraldo (2005), el fenómeno del acoso laboral (mobbing) es una situación disfuncional y frecuente en el contexto organizacional que, además, se perpetúa y es alimentada por la escalada simétrica de violencia que vive Colombia. Para este autor, abordar este fenómeno es una oportunidad para cumplir con la responsabilidad social, disciplinar y empresarial de la psicología organizacional con el fin de mejorar la calidad de vida laboral.
El acoso laboral (mobbing), de acuerdo con lo descrito hasta este momento, se entiende como un fenómeno que trata del abuso emocional y las conductas agresivas y hostiles que se ejercen de manera constante entre compañeros de trabajo y/o desde un superior hacia su subordinado, acompañadas de comunicaciones negativas y poco éticas (González, 2003; Hirigoyen, 2008). Como se puede apreciar en esta definición, la violencia laboral implica la estructura y la cultura organizacional, por lo tanto, la responsabilidad que tiene la empresa, en la generación y promoción de la salud ocupacional y la calidad de vida laboral en general.
Aspectos jurídicos
Desde el punto de vista jurídico, en la legislación laboral colombiana, la figura del “acoso laboral”, está regulada por la ley 1010 del 2006 que tiene por objeto: “definir, prevenir, corregir y sancionar las diversas formas de agresión, maltrato, vejámenes, trato desconsiderado y ofensivo, y en general todo ultraje a la dignidad humana que se ejerza sobre quienes realizan sus actividades económicas en el contexto de una relación laboral privada o pública”. En el espíritu de esta ley se reconoce que existen diversas formas de acoso, que emanan de las relaciones laborales. En consecuencia, el acoso laboral no surge de las relaciones de subordinación sino también de las relaciones de coordinación.
El artículo segundo de la ley 1010 del 2006 señala que en la legislación colombiana, “se entenderá el acoso laboral toda conducta persistente y demostrable, ejercida sobre un trabajador por su empleador, un jefe o superior jerárquico inmediato o mediato, un compañero de trabajo o un subalterno, encaminada a infundir miedo, intimidación, terror y angustia, a causar perjuicio laboral, generar desmotivación en el trabajo, o inducir la renuncia del mismo. Se da importancia al término persistente y demostrable”. Es decir, debe ser de carácter público (Motta, 2008).
En pocas palabras, en Colombia el acoso laboral es un tema nuevo. Del que se encuentra poca jurisprudencia y escasa doctrina del derecho laboral. Los psicólogos son pioneros en el estudio de este fenómeno y han demostrado que existe una gran diversidad de formas de maltrato en las relaciones laborales que afectan la salud de los trabajadores. El número creciente de casos divulgados, en los medios de comunicación masiva, han puesto de moda un fenómeno que no es nuevo, pero cuya incidencia y crecimiento en los últimos años es alarmante. Por esta razón, es oportuno abrir un espacio académico para reflexionar más ampliamente sobre este asunto.
En términos generales, se puede entender el acoso laboral como todas aquellas conductas reiteradas provenientes de un superior jerárquico, que tienen el único propósito de desacreditar, menoscabar o desconsiderar a un individuo o individuos, ante su grupo social de trabajo. Por supuesto, no hay una definición unánime ni un concepto totalmente terminado, sino más bien aproximaciones para una construcción conceptual en proceso
Construcción social de la violencia laboral
Más allá de la definición clásica, de la agresión como una conducta que ocasiona daño (físico o psicológico) en un organismo, de manera intencional. Es necesario, no olvidar aquellos casos en que la violencia extrema que habitualmente no se identifica como agresión coincide con la violencia institucional, que describen la tortura como un medio para mantener el orden social y defender el sistema de producción dominante.
Ahora bien, si decimos que agresión es aquella acción que ocasiona daño y que es intencional, considerar que una conducta es agresiva no solo significa describir un hecho, sino implica elaborar un juicio de evaluación con unas determinadas consecuencias. En particular, si una conducta es juzgada como agresiva, se comparte la idea de que debe ser castigada. Si la misma conducta es juzgada como justificable, incluso se puede estar de acuerdo en que se debe permitir. Por lo tanto, lo que tiene consecuencias inmediatas, es el hecho de identificar un comportamiento como agresivo o no agresivo, y el problema no es tanto comprobar que ha sido una acción que ha ocasionado daño como probar su intencionalidad. En esta perspectiva la violencia se reduce a una conducta agresiva.
Sin embargo, hay que tener en cuenta, que los criterios para etiquetar de agresión o violencia un comportamiento no son externos a las personas que los utilizan. En este sentido, los criterios que utiliza por él observados serán diferentes de los que utiliza el agente, y diferentes de los que utiliza el receptor de la agresión. Cada posición construye un relato de la situación y una interpretación de la conducta que no coinciden. En muchos casos no tenemos acceso directo a la situación de agresión, sino que accedemos solo por medio de los relatos de las personas directa o indirectamente implicadas.
La experiencia directa nos hace pensar que no nos cuesta tanto ponernos de acuerdo en qué consideramos un comportamiento agresivo o violento y qué no lo es. Los criterios que utilizamos para “decidir” si un comportamiento lo es o no, son tres: 1) la intención de hacer daño. (No es fácil determinar cuál ha sido la intencionalidad del acto, acción); 2) el daño como hecho real. (Muchas veces el daño no es visible ni es fácil consensuar qué es un daño y qué no lo es); 3) la violación de normas sociales. En síntesis, en una misma situación social o laboral se pueden seguir unas normas y violar otras, de acuerdo con los consensos logrados.
A pesar de este consenso para conceptualizar la violencia, es difícil coincidir a la hora de identificar si un hecho particular es violencia o no, entre otras cosas depende del punto de vista de la persona que etiqueta. El estado de ánimo, el sistema de valores, la empatía con el agresor o con la víctima, etc. son algunos de los muchos factores subjetivos que intervienen en la interpretación del comportamiento humano. Por el momento, es fácilmente comprensible que la conceptualización de la violencia tiene un claro sesgo valorativo. Por definición se presenta como una forma de comportamiento negativo, que tiene que ser reducida o, por lo menos, controlada.
Consecuencias de la violencia psicológica en el contexto laboral
Las consecuencias de la violencia psicológica en el trabajo (acoso hostigamiento, intimidación psicológica) en el trabajo pueden ser de distinta naturaleza y proyectarse sobre ámbitos también muy diferentes, más allá de la empresa. En consecuencia, no solo el trabajador que se convierte en víctima sufre los efectos del acoso, sino que la propia organización, la familia y la sociedad en general se verán afectadas, a corto, mediano o largo plazo (Peralta, 2004).
La violencia psicológica en el trabajo no tiene las mismas consecuencias ni provoca las mismas reacciones en todas las personas, debido fundamentalmente a que las diferencias entre las habilidades, capacidades y recursos de afrontamiento entre ellas pueden ser muy distintas; no obstante, sus consecuencias son devastadoras en la mayor parte de los casos.
Los trabajadores que sufren violencia psicológica en el trabajo pasan por situaciones de ansiedad, es decir por un estado emocional desagradable, caracterizado por la vivencia de temor difuso y por varias sensaciones somáticas activadas por la percepción del riesgo. Se trata de una respuesta adaptativa del organismo ante una amenaza real. En otras palabras, la manera cómo dicho fenómeno afecta la capacidad laboral del trabajador, disminuyendo considerablemente su eficiencia, deteriorando su salud física y mental se traduce en un incremento del deterioro psicológico de los empleados afectados por el acoso laboral (Piñuel, 2001).
Para Hirigoyen (2008), entre las consecuencias específicas de los trabajadores/as sometidos a acoso, aparecen en un principio síntomas muy cercanos al estrés, que se materializan en forma de cansancio, problemas de sueño, migrañas, desarreglos digestivos, etc. También, pueden darse casos en los que en la víctima aparezcan ideas suicidas, las cuales en situaciones extremas pueden ser puestas en práctica. De hecho, no se tienen datos fehacientes de en qué porcentaje de suicidios han intervenido situaciones de mobbing sufridas por las víctimas.
A nivel social, es posible que estos individuos lleguen a ser muy susceptibles e hipersensibles a la crítica, con actitudes de desconfianza y con conductas de aislamiento, evitación, retraimiento o, por otra parte, de agresividad u hostilidad junto con otras manifestaciones de inadaptación social. Son comunes sentimientos de ira y rencor y deseos de venganza sobre el/los agresores.
Si consideramos las consecuencias del acoso psicológico en el trabajo una forma característica de estrés en el plano del desorden de la conducta, la enorme presión emocional y psicológica hace que estas personas, ante la imposibilidad de modificar el estresor, busquen como válvula de escape adicciones diversas así como consumo de analgésicos, estimulantes, etc. Investigaciones realizadas señalan la vinculación entre las actividades laborales o profesionales y esas adicciones, depresiones e incluso conductas suicidas (Luna, 2003).
Conclusiones
En primer lugar, la violencia psicológica en el trabajo puede tener como origen, en última instancia, el uso extralimitado del poder legítimo de dirección que posee la autoridad administrativa y no el uso de la fuerza física. Por la tanto, no es el poder ni las relaciones que de este se derivan sino el empleo del poder lo que produce la violencia laboral. En este sentido, la diferencia entre violencia y poder, en sus manifestaciones en el lugar de trabajo está en ese “uso del poder” cuando se hace de forma organizada, controlada, de acuerdo con los reglamentos y la ley, y no de manera arbitraria, excesiva y extralimitada.
En segundo lugar, la violencia psicológica en el trabajo presenta una gran variedad de formas de expresión, que de acuerdo con los lineamientos de la Organización Internacional del Trabajo –OIT– se refieren particularmente a las coacciones y el acoso psicológico. Para otros autores, la violencia laboral esta más relacionada con el maltrato, las humillaciones, el hostigamiento, para analizar este tema del cotidiano del mundo actual.
En tercer lugar, en las condiciones actuales de trabajo asalariado (empleo), entendidas estas como el conjunto de características psicológicas, sociales, económicas, jurídicas, tecnológicas, etc. en el marco de las cuales se desarrolla la actividad laboral. Emergen nuevas experiencias de trabajo y sobre nuevas formas de relacionamiento laborales, que influyen, decisivamente sobre la vida cotidiana de las personas trabajadoras y sobre la dinámica organizacional. Por esta razón, cualquier estudio que se haga sobre la inserción al “nuevo”, “dinámico” y “cambiante” mercado laboral debe considerar las transformaciones acaecidas en la sociedad en general y en los sistemas de producción en particular.
Finalmente, la violencia o el acoso laboral (mobbing), es apenas una de las manifestaciones actuales de los efectos de las nuevas condiciones de trabajo, sobre la salud mental de los trabajadores. En última instancia, este es el escenario propio de un mercado laboral que desplaza a las personas entre la precariedad laboral y la exclusión social, articulando esta situación al estudio de los riesgos psicosociales del trabajo en el mundo actual.
Referencias bibliográficas
Guevara, L. (2010). Aproximación al estudio de la violencia psicológica en el trabajo, Criterio jurídico Garantista, (2), 2, 170-177.
Giraldo, J. (2005), Perspectiva del acoso laboral en el contexto colombiano. Diversitas, (1), 2, 205-216.
González, J. F. (2003). Mobbing: acoso psicológico en el trabajo. Madrid: Promolibro.
Hirigoyen, M. F. (2008). El acoso moral en el trabajo. Distinguir lo verdadero de lo falso. Buenos Aires: Paidós.
Leymann, H. (1990). Mobbing and Psychological terror at workplace. Violence and Victims, Springer, New York, (4), 2.
Luna, A. (2003). Acoso psicológico en el trabajo (mobbing). Secretaria de Salud Laboral: Madrid.
Peralta. M. C. (2004). El acoso laboral-Mobbing- perspectiva psicológica, Revista de estudios Sociales, 18, 111-122.
Piñuel, I. (2001). Mobbing: cómo sobrevivir al acoso laboral. Barcelona: Sal terra.
Sáenz, P. (2014). Violencia laboral. Entrevista realizada por el equipo de comunicaciones de SADOP. LA TIZA, agosto.
Uribe Prado, J. (2011). Violencia y acoso en el trabajo: mobbing, México: Manual Moderno.
CÍRCULOS DE PAZ Y CONVIVENCIA EN LOS CENTROS EDUCATIVOS 
Zoila Martínez Moncada Fabiola Bernal Acebedo
Fundación Nuestramérica San José, Costa Rica
Resumen
El Círculo de Paz es una práctica restaurativa que reúne personas de todas las edades, bajo un encuadre de construcción conjunta de valores, creando así un espacio social seguro para el diálogo.
El Círculo de Paz hace uso de elementos lúdicos, de disfrute y actividades de reflexión para acercar a las personas, a las generaciones, siendo una propuesta atractiva para niños, niñas y adolescentes. Se promueve el acercamiento de los(as) participantes y el desarrollo de una comunicación alternativa cuya finalidad es construir consensos sobre una temática, situación o conflicto.
El empleo sistemático de los Círculos de Paz en los centros educativos de secundaria, con la participación voluntaria de todas las personas integrantes de la comunidad educativa; personal docente, administrativo, estudiantes, permite desarrollar habilidades comunicativas y comportamientos como la escucha activa, la expresión abierta y respetuosa de sentimientos, creencias y opiniones que constituyen la base para una sana convivencia.
Palabras Claves: Práctica restaurativa, comunidad educativa, violencia escolar, convivencia.
Abstract
Peacemaking Circles, a restorative practice, brings people of all ages together, creating a safe space for dialogue in a framework of shared values.
Peacemaking Circles are open and flexible, offering activities for reflection and also inviting people to enjoy themselves through games and dynamics. Addressing the needs and interests of different generations, they become an appealing process for children and youths. Circle process gives participants the opportunity to come together, engage in an open and honest communication, enabling them to move forward and build a shared vision on an issue or conflict.
A systematic use of Peacemaking Circles in high schools with the voluntary involvement of all of the School Community: teachers, staff members and students, ensures that new communication skills and behaviors such as attentive listening, owning and expressing ones feelings, beliefs and opinions in an open and respectful manner, all of which constitute the basis for community building.
Key Words: Restorative practice, school community, violence in schools, community building.
Resumo
O círculo da paz é uma pratica restauradora que reúne pessoas de todas as idades, no âmbito de um quadro de construção conjunta de valores, criando um espaço seguro e social para o diálogo.
O círculo da paz faz uso de elementos lúcidos, atividades de apropriação e reflexão para trazer pessoas e gerações, sendo uma proposta atraente para meninos, meninas e adolescentes.
Promove a abordagem dos (as) participantes e o desenvolvimento da comunicação alternativa, cujo objetivo é construir um consenso sobre uma questão, situação ou conflito.
A utilização sistemática dos círculos da paz nas escolas de ensino médio, como a participação voluntária de todos os membros da comunidade educativa, pessoal administrativo,de ensino e de estudantes, permite que desenvolver habilidades de comunicação e comportamentos tais como a escuta ativa, aberta e respeitosa de expressão de sentimentos, crenças e opiniões que constituem a base para uma convivência saudável.
Palavras chaves: Pratica restaurativa, comunidade educativa, violência escolar e coexistência.
Introducción
En el presente trabajo se destaca la importante función de los centros educativos de secundaria en el aprendizaje, por parte de los y las estudiantes, de habilidades personales y sociales para la construcción y el disfrute de una sana convivencia. Asimismo se enfatiza el papel importante a desempeñar, por parte del personal docente y administrativo, de ser modelos a emular así como de proporcionar apoyo y acompañamiento en el proceso de crecimiento y desarrollo de los educandos.
La construcción y el disfrute de una sana convivencia en los centros educativos de secundaria requieren la implementación de prácticas que brinden herramientas para el diálogo, la mayor participación, el respeto en las relaciones y la valoración del otro como individuo. La práctica restaurativa conocida como el Círculo de Paz se puede implementar de manera cotidiana en las aulas de secundaria con el objetivo no solo de hacer más agradable el aprendizaje de nuevo material, sino además para fomentar el intercambio de visiones y opiniones, desarrollando la capacidad de escuchar al otro y aprender a ser conciso, claro y respetuoso al hablar.
La dinámica del Círculo de Paz enfatiza la integralidad del ser, promueve la participación haciendo uso de recursos lúdicos y reflexivos, ofreciendo un espacio seguro para el diálogo, bajo un esquema de construcción conjunta de valores, que resulta atractivo tanto para las personas menores de edad como para la interacción entre generaciones.
Abrir espacios de comunicación alternativa en los que las diferencias individuales son consideradas como fortalezas, brinda a las personas adolescentes la oportunidad de ejercitar los cambios y transformaciones propias de esta etapa en el ámbito de su funcionamiento intelectual social y emocional y ofrece a las personas adultas la oportunidad de una interacción enriquecedora.
El Círculo de Paz también es una herramienta útil para abordar conflictos y situaciones complejas ya que se busca comprender las causas subyacentes. Resulta ser entonces una herramienta para el diagnóstico e investigación de las situaciones y conflictos que pudieran surgir en la comunidad, las familias y la comunidad educativa y, la dinámica que se genera a lo interno del Círculo, brinda valiosa información para la mejor comprensión y manejo de dichos problemas y situaciones.
Es necesario señalar que la violencia en los centros educativos no se vive solo entre los y las estudiantes, se presenta también entre las personas adultas que trabajan en la institución: administrativos, docentes, también al interior de cada grupo y de ellos hacia los y las estudiantes y viceversa. Por tal razón se recomienda realizar los Círculos de Paz al interior de cada grupo y entre grupos diferentes.
El modelo de trabajo en Círculos de Paz que se presenta a continuación, cuya base filosófica es la justicia restaurativa, se basa en la enseñanza de la señora Kay Pranis de Minnesota, Estados Unidos, quien fungió como planificadora de justicia restaurativa en el Departamento de Correcciones de ese estado por muchos años para luego dedicarse a ser capacitadora de Círculos de Paz en los Estados Unidos, Canadá y América Latina.
Kay es una mujer pequeña en estatura pero grande en sabiduría y generosidad, firme en su compromiso para forjar un mundo mejor. A ella nuestro agradecimiento. Con su ejemplo enseña que si se busca aportar a la construcción de una sociedad más justa, equitativa y pacífica, se necesita generar nuevos conocimientos, nuevas prácticas sociales y además compartiéndolas generosamente con otros profesionales y con las comunidades.
El modelo integral de educación y el fomento de la convivencia
Se han realizado esfuerzos de parte de autoridades, instituciones y gremios relacionados con la educación pública y privada por promover un modelo integral de educación que incluya los aspectos afectivos-emotivos, reconociéndoles su influencia en los procesos de aprendizaje, como ejemplo el Programa Convivir del Ministerio de Educación Pública de Costa Rica.
En general el sistema educativo costarricense continúa priorizando la presentación, la repetición de contenidos y la evaluación de estos, antes de concentrar esfuerzos en la formación emocional y social de la persona menor de edad.
No se da aún la debida importancia al aprendizaje de habilidades de comunicación e interacción para la vida cotidiana, ni a la enseñanza y aprendizaje de competencias básicas para la comunicación e interacción social y personal. Además estas habilidades no solo son importantes para los(as) estudiantes sino también para el resto de la comunidad educativa; el personal de la administración y los(as) docentes.
Esta tendencia es grave en todos los niveles de la enseñanza pero es aún más crítica en la etapa de la educación secundaria por dos razones principales. La primera estriba en que la adolescencia es una etapa vital compleja y difícil en la que se lleva a cabo un proceso de construcción de una nueva identidad mediante la redefinición de los límites entre los mismos sujetos y su entorno. Este proceso va acompañado de tensiones dado que se pierden las referencias y la seguridad de la infancia, sin poder contar aún con las de la adultez.
La persona adolescente requiere de un acompañamiento adulto, pero este debe ser diferente del que se brinda al niño(a), acompañamiento que se base en el conocimiento de las características de esta etapa, que permita comprender las nuevas conductas y enfrentarlas con sensibilidad. La persona adulta necesita tomar conciencia de la importancia de su rol como modelo, de la necesidad de desarrollar relaciones cercanas y estrechas con ellos y ellas, reconociendo en la persona menor de edad a un sujeto con derecho a buscar su autonomía e independencia.
La segunda tiene que ver con el hecho de que es en esta etapa vital en la que se gestan cambios y transformaciones cualitativas y cuantitativas en todas las áreas de su desarrollo: en lo cognitivo con la adquisición de un pensamiento abstracto y la posibilidad de manejar problemas complejos; en lo emocional y social con la capacidad de elaborar una identidad “original” con nuevas identificaciones y la necesidad de pertenencia y aceptación; y en lo ético con la capacidad para formarse ideales y pensar en valores.
Un medio ambiente familiar, educativo y social enriquecedor es clave en potenciar las adquisiciones de la persona adolescente. El clima que se desarrolle en estos ámbitos, lo que acontece diariamente en ellos, puede bien ser para su fortalecimiento o bien su perjuicio y limitación. Estos ambientes enriquecedores permiten a la persona menor de edad poner en práctica sus nuevas habilidades cognitivas, emocionales, sociales y éticas posibilitando una mejor relación consigo mismo(a) y con los demás.
La tarea fundamental de los centros educativos, según los criterios actuales de la calidad de los procesos educativos, consiste en una formación para “aprender a vivir”, para “aprender a aprender”, visión de la educación que trasciende aquella en la que el aprendiz es un receptor pasivo de conocimientos y el docente es transmisor del conocimiento y formador desde lo meramente técnico.
Las comunidades educativas de secundaria necesitan convertirse en espacios enriquecedores para que la persona menor de edad pueda descubrir y poner en práctica sus nuevas habilidades, mejorar su nivel de comunicación y relación con sus pares y con las personas adultas. El clima positivo en una comunidad educativa favorece también las relaciones entre el personal adulto que allí labora así como entre ellos y los(as) estudiantes, con lo cual se pueden cumplir mejor los objetivos de educación y formación.
En este tipo de ambiente se puede dar la gestión de la buena convivencia, tal como se describe en el programa del Ministerio de Educación de la República de Chile, en el que se entiende la convivencia como la coexistencia armónica de los miembros de la comunidad educativa, en el que se dan relaciones personales positivas y dentro de un clima institucional que propicia tanto el desarrollo integral de alumnos(as) como el desarrollo de los objetivos educativos y de funcionamiento administrativo.
El Programa Convivir del Ministerio de Educación Pública de Costa Rica tiene el objetivo de promover la convivencia en las comunidades educativas. En este programa se entiende la convivencia como la existencia de relaciones sociales que se basan en el respeto, en las que hay un reconocimiento y disfrute de la diversidad, se promueve la mayor participación de todos(as), produciéndose un clima positivo en el que se fortalece el sentimiento de pertenencia y bienestar.
La convivencia también se enmarca dentro del disfrute de los derechos humanos. De acuerdo al Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas PNUD, la convivencia es una dinámica que se basa en las relaciones de cooperación y confianza entre todos los miembros de la comunidad educativa, fortaleciendo su sentido de pertenencia así como el disfrute de sus derechos y sus oportunidades.
Finalmente según el informe de la UNESCO del año 2011, la convivencia se asocia con la idea de un compartir y convivir con otras personas con la finalidad y la búsqueda de bienestar y protección.
Cuando se trabaja en el fortalecimiento de la convivencia en una comunidad educativa de secundaria se trabaja para lograr que esta se transforme en un espacio enriquecedor para todas las personas, para que se pueda realizar un verdadero aprendizaje para la vida y mejorar las relaciones interpersonales, todo ello en un entorno de disfrute de los derechos humanos. Se puede afirmar que el objetivo último del logro de la convivencia es el logro de un mundo social más solidario y democrático.
La violencia en los centros educativos y sus implicaciones
Sin embargo, en los últimos años, la sociedad costarricense, ha venido observando una serie de manifestaciones de descontento en los centros educativos, específicamente en cuanto a la falta de una convivencia armoniosa en su interior. Se destacan manifestaciones de violencia como las agresiones verbales y físicas, que inciden en la posibilidad de realizar de manera efectiva un proceso de aprendizaje. Un vistazo por los pasillos, las aulas y los alrededores de los colegios lleva a pensar que lo que allí acontece no es más que el reflejo de las vivencias que se dan en las casas, las calles de nuestras comunidades y nuestro país; la falta de diálogo, los problemas de relación.
Este nivel de agresión nos indica que se están afectando negativamente los logros históricos alcanzados por el país: el respeto al estado de derecho, la adhesión a valores democráticos tales como la tolerancia y la aceptación de la diversidad.
De hecho y de acuerdo a datos brindados en el cuarto informe Estado de la Educación, en una encuesta realizada con una muestra nacional de instituciones de secundaria, en el año 2011, de cada mil estudiantes 388 habían sufrido algún acto violento en el último año en el centro educativo, y 92 fueron víctimas frecuentes, es decir que sufrieron agresiones de sus pares una vez por semana como mínimo.
A pesar de estos indicadores de violencia entre jóvenes, la violencia al interior de los centros educativos no puede seguir analizándose solo desde las situaciones que se presentan entre los y las estudiantes. Son múltiples las violencias que se viven en estas instituciones, tal como se identificó en varios estudios realizados por la Fundación Pedagógica Nuestramérica para la Coordinadora Educativa y Cultural del Sistema de Integración Centroamericano - CEC/SICA en los años 2010 y 2012.
Los datos indican que la violencia se da entre los(as) mismos(as) estudiantes, entre los(as) docentes, entre el personal de servicios, pero también entre estudiantes y docentes, entre docentes y personal de servicio, entre estudiantes y guardas, y entre docentes y madres de familia.
Como puede observarse hay una amplia gama de conflictos entre las personas adultas que trabajan en la institución, lo cual plantea la necesidad de promover también procesos para la gestión de la convivencia armónica entre las personas adultas. Cuando se piensa en el rol de modelo de las personas adultas en los centros educativos de secundaria, transformar las relaciones se vuelve una tarea urgente.
Cuando se habla de las implicaciones de la violencia en la dinámica de los centros educativos y su efecto negativo en aspectos como la permanencia de los(as) estudiantes en ellos, estas investigaciones evidenciaron que uno de los factores que favorecen la permanencia de los y las estudiantes de secundaria en los centros educativos es el apoyo que personas adultas les han brindado a lo largo de sus estudios. Si bien el mayor apoyo lo recibieron de sus propios compañeros y compañeras y de sus familias (en especial madres y abuelas) también resaltaron la importancia de otras figuras adultas.
De acuerdo a estos estudios algunos(as) estudiantes mencionaron algunos profesores(as) pero también resaltaron casos de funcionarios/as que poco se reconocen en los centros educativos pero que tienen un contacto directo y de impacto en los y las estudiantes. Es el caso de los guardas o personas que cuidan la puerta y que los saludaban por su propio nombre. Algunos también expresaron su agradecimiento a las personas que cocinaban y les daban el alimento con cariño.
La principal conclusión y el aporte de estas investigaciones para el tema de la violencia en los centros educativos de secundaria, es que si la contención emocional es un factor determinante en la permanencia en los centros educativos de secundaria, la violencia es un factor determinante en la exclusión. En ese sentido es indispensable desarrollar múltiples y variadas estrategias para controlar y eliminar las manifestaciones de violencia sino además trabajar en el logro de una armónica convivencia y con la participación de todas las personas integrantes de la comunidad educativa.
Qué es el Círculo de Paz y en qué consiste
El Círculo de Paz es una herramienta pedagógica flexible, su planificación y ejecución se adapta a las características de diversos grupos así como a los temas a abordar. Hay distintos tipos de círculos de acuerdo a los objetivos que se persiguen, pudiéndose implementar en muy diversas situaciones y ámbitos:
Círculos de Conversación y de Aprendizaje cuyo objetivo es el estudio de un tema que es visto desde las diferentes perspectivas aportadas por los y las participantes. En este tipo de círculo se estimula el análisis y la reflexión individual y conjunta.
Círculos de Celebración son espacios en los que se hace un alto en el camino para efectuar el reconocimiento a la labor de uno de sus integrantes o para celebrar como grupo la realización de una tarea compartida. Estos círculos fortalecen los lazos y vínculos entre las personas y realzan los aportes y logros personales y grupales.
Círculos de Paz que propician el encuentro entre personas o grupos que se encuentran en conflicto. Estos círculos ofrecen un espacio para que las personas participantes puedan explorar los motivos que subyacen a la situación conflictiva y mediante un diálogo e intercambio respetuoso puedan buscar soluciones, encontrar medios para resolver las diferencias y superar el desencuentro.
Cuando un grupo ha experimentado pérdidas o sus miembros han sido afectados por una situación traumática, los Círculos de Sanación brindan un espacio de apoyo. Estos círculos ofrecen un espacio de contención en procesos de pérdida y duelo.
El Círculo de Paz es un espacio estructurado que requiere de una cuidadosa planificación de parte de las dos personas –que pueden ser adultas o menores de edad– que acompañan el proceso. Estas personas hacen uso de una serie de elementos llamados Elementos Estructuras para construir y sostener un ambiente seguro para el diálogo. Los elementos estructurales son:
- Una pieza de diálogo como mediadora única del uso de la palabra
- Los y las participantes acuerdan valores que se convierten en guías que sirven de guía para el comportamiento y las actitudes de los y las participantes
- Se busca, se promueve el consenso en la toma de decisiones
- Se comparten anécdotas personales para enriquecer y profundizar el tema
- Se hace uso de ceremonias de apertura para iniciar el círculo y se termina con una ceremonia de cierre.
- La participación de dos personas que acompañan el círculo, acompañante y co acompañante quienes velan para que se construya y sostenga el ambiente de respeto.
Las personas acompañantes son las encargadas de la planificación de un círculo y para ello cuentan con directrices y sugerencias, luego participan en el círculo velando para que se mantenga un ambiente adecuado para el diálogo. Si bien se estructura un espacio seguro para el diálogo, es importante señalar que este espacio es de gran libertad, ya que la dinámica que se genera en el círculo, la dirección de esta, es responsabilidad de los y las participantes.
Los valores nombrados y consensuados por el grupo dan las pautas para el comportamiento y, mediante el empleo de la pieza de diálogo, se genera una dinámica de escucha y diálogo ya que la persona que tiene la pieza es la única que hace uso de la palabra. Compartir anécdotas personales permite una mayor comprensión y conocimiento del otro, ya que la anécdota provee información que permite ver a las personas desde otras perspectivas, fortaleciendo los vínculos y lazos afectivos entre participantes.
El Círculo de Paz cuenta con una serie de premisas fundamentales que crean un marco de respeto sobre todo en cuanto al reconocimiento de la diversidad y que hacen que el espacio del círculo sea de encuentro y no de confrontación. Se parte de que todas las personas buscan relacionarse de manera positiva y que se comparten valores fundamentales pero al mismo tiempo, se reconocen y respetan las diferencias individuales que son vistas como fortalezas, como aporte.
El Círculo de Paz concibe el conflicto como oportunidad para abordar situaciones difíciles de manera positiva y constructiva, motivando a las personas a participar en un ambiente seguro y de respeto en el cual puedan brindar su visión, escuchar a las demás personas involucradas y juntos buscar soluciones positivas.
Los conflictos generan una energía que puede ser constructiva, si se realiza un proceso adecuado para manejarlos. El conflicto genera situaciones cargadas de gran emotividad y se sabe que las conversaciones pueden tomar cursos difíciles, por lo que la dinámica del círculo busca sentar las bases para construir relaciones que permitan a las personas involucradas encontrar maneras de prevenir y resolver aspectos destructivos de sus conflictos.
En el Círculo de Paz se busca canalizar constructivamente esta energía, promoviendo formas de relación entre las personas que fomenten el respeto a las diferencias y que mejoren las relaciones personales y comunitarias. Los Círculos de Paz son entonces herramientas útiles para abordar conflictos complejos cuyas causas subyacentes se deben abordar para su mejor comprensión y manejo. Este tipo de conflicto requiere de cambios significativos en las relaciones así de soluciones creativas.
Este modelo de Círculo de Paz emplea el concepto antiguo de las primeras naciones, el de la Rueda de la Medicina, modelo en el cual se representa la integralidad del ser en la unión de cuatro dimensiones fundamentales: los aspectos racionales, los aspectos emocionales, los aspectos físicos y los espirituales, reconociéndole a cada uno su importancia para el desarrollo personal, familiar y comunal, promoviendo una visión amplia de la espiritualidad como dimensión importante en la vida.
En la planificación y ejecución de un círculo por parte del acompañante y de la persona co acompañante, se piensa en y se llevan a cabo actividades lúdicas y reflexivas que permiten actualizar la totalidad del ser, que fomentan la creatividad y la espontaneidad en la participación. En este sentido se trata de una experiencia de aprendizaje cuidadosamente planificada pero que posibilita la espontaneidad y creatividad.
El trabajo en el círculo se divide en etapas y fases que los y las participantes van transitando de acuerdo a su propio proceso grupal mientras las personas acompañantes velan por mantener un ambiente adecuado para el desarrollo de la dinámica; para que se mantenga un espacio seguro para el diálogo y la interacción. Es importante enfatizar que las personas participantes son quienes definen la calidad de la dinámica que se genera, la dirección que toma.
El espacio del Círculo de Paz no es confrontativo y por ello se da un tiempo para trabajar en el establecimiento de un ambiente de diálogo y en la construcción de relaciones interpersonales basadas en la confianza. Los y las participantes entran a trabajar el tema, la situación o conflicto solo cuando se haya llegado a establecer un buen nivel de confianza, se hayan normado y construido relaciones de respeto y se tiene la seguridad de contar con un ambiente seguro para el diálogo.
Cómo puede el Círculo de Paz ayudar a crear bases para la convivencia en los centros educativos de secundaria
El Círculo de Paz es una forma particular de trabajo en grupo, una forma activa y participativa de estar con otros. La psicología social en sus investigaciones ha mostrado que el espacio grupal propicia transformaciones subjetivas positivas y que estas pueden ayudar a trascender lo meramente individual para el logro de la construcción de un proyecto con otras personas.
Es decir que la participación en los grupos da la oportunidad de establecer un vínculo con otros y poder construir una pequeña comunidad. En el trabajo grupal las personas participantes brindan aportes individuales positivos que son integrados para lograr una creación colectiva. Así tanto las personas adultas como los y las adolescentes pueden ofrecer y compartir sus conocimientos, logros, experiencias en un ambiente grupal en el que cada expresión individual es escuchada con atención y tomada en cuenta.
El Círculo de Paz ofrece un medio para aprender a dialogar, a escuchar al otro y, lo que es de suma importancia en el logro del autocontrol, a expresar sentimientos, pensamientos y opiniones de manera adecuada. Este medio abre también una oportunidad para el aprendizaje ya que al escuchar a otra persona se abre la posibilidad de ir más allá del propio conocimiento y posicionamiento frente a una situación.
El Círculo de Paz abre un espacio para que las personas reflexionen acera de los valores que son importantes para su vida. Estos valores, nombrados y consensuados, brindan la pauta, dan la guía para el comportamiento y las actitudes durante las sesiones. Es uno de los aspectos más formativos y enriquecedores del Círculo, un ejercicio para lograr el propio monitoreo y regulación de la conducta, así como la posibilidad de sacar un tiempo para pensar en lo que es importante y significativo para la vida.
La participación en un Círculo es una experiencia que permite que surja “lo mejor de uno mismo”, como un laboratorio para aprender y ejercitar las habilidades personales y sociales para relaciones positivas. Al mismo tiempo que enseña, invita a que se actúe de acuerdo a estos valores en los demás ámbitos y momentos de la vida cotidiana, no solo en el aula, en el recreo, fuera de la comunidad educativa, en la familia y la comunidad.
En todo lo anterior se ha estado hablando de nuevos aprendizajes, de logros y avances, de cambios y transformaciones con el fin de prevenir la violencia y lograr crear espacios de convivencia, es decir de procesos individuales y sociales, y por ello es necesario y se recomienda emplear el Círculo de Paz de manera sistemática así como dar un seguimiento a los resultados y acuerdos que se llegaran a dar.
La flexibilidad de los círculos hace posible que se realice con los distintos grupos de la comunidad educativa así como que se puedan retomar situaciones cotidianas, positivas o conflictivas, de la cotidianidad de la comunidad educativa y reflexionar sobre ellas.
El autocontrol, la capacidad de escuchar y hablar de forma respetuosa, la expresión adecuada de sentimientos, pensamientos, creencias y opiniones son habilidades básicas y necesarias para la convivencia que no se logran de una vez por todas sino más bien son producto de una adquisición progresiva.
Experiencias de Círculos de Paz en centros educativos
El Círculo de Paz, como práctica restaurativa, es una herramienta que posibilita la construcción de una cultura de convivencia en los centros educativos y una herramienta que puede ser empleada en distintos momentos del período lectivo. Se comparten experiencias con el Círculo de Paz que se han llevado a cabo en centros educativos de Costa Rica en años recientes.
Desde el año 2004 la Comisión Nacional de Mejoramiento de la Administración de la Justicia del Poder Judicial (CONAMAJ) y la Fundación Pedagógica Nuestramérica han venido desarrollando experiencias de trabajo con la aplicación de prácticas restaurativas y específicamente con Círculos de Diálogo en varios centros educativos de Costa Rica, tanto a nivel de escuelas y colegios públicos de San José, como con centros educativos en las comunidades indígenas de Talamanca y Chirripó.
Como resultado de esta experiencia se observó que las prácticas restaurativas son en lo fundamental un mecanismo de convivencia armónica “entre pares”. Veintiséis estudiantes del Liceo de Amubri de la provincia de Limón participaron del proceso de capacitación en Círculo de Paz seleccionados entre: los integrantes del Gobierno estudiantil, presidentes de sección, y jóvenes del Proyecto de Capacitación en Derechos Humanos y Liderazgo, desarrollado en el centro educativo por Liga internacional de Mujeres por Paz y Libertad (LIMPAL). Se considera que se pudo contar con un grupo muy “chispa”, que accedió con placer al enfoque y metodología restaurativa.
Los Círculos de Paz tienen una importante aplicación en las aulas de la educación secundaria para acordar las normas de convivencia de cada grupo y con este fin se empleó la metodología de Círculos de Paz en centros educativos en el proyecto “Semilleros de Convivencia” por la Fundación Pedagógica Nuestramérica y la Asociación Defensa de los Niños Internacional (DNI).
Estudiantes de algunas escuelas y liceos de San José y Heredia, acordaron normas de convivencia en el aula en torno a los temas que más les preocupaban y que en la mayoría de los casos fueron: la agresión verbal (insultos, apodos, mofas), agresión física, el consumo de drogas, conflictos por las relaciones afectivas, la indisciplina en clase.
Con el apoyo del docente guía revisaban cada semana su cumplimiento y valoraban los ajustes que se debían hacer y, se llegó a crear, en aquellos grupos que lo hicieron con seriedad y perseverancia, un ambiente de control social que se reflejaba hasta en el lenguaje. En un recreo se pudo escuchar a un niño decirle a otro: “Me estas agrediendo verbalmente y eso no está permitido en nuestro grupo”.
Los Círculos de Paz se han empleado también en centros educativos para iniciar y fomentar un diálogo entre docentes de distintos niveles, iniciativa que se llevó a cabo en Desamparados, en el 2004, con docentes del Liceo San Miguel y las escuelas República de Honduras, La Capri y “Dr. Calderón Muñoz”.
La Fundación Pedagógica Nuestramérica aplicó la metodología de Círculos de Diálogo para acercarse a las dificultades que el sistema educativo costarricense enfrenta para satisfacer las necesidades de los y las adolescentes, facilitar su éxito y permanencia en el proceso educativo.
Referencias bibliográficas
Ball, Caldwell and Pranis (2010). Doing Democracy with Circles. Engaging Comunities in Public Planning. St. Paul MN: Living Justice Press.
Bernal Acebedo, Fabiola y Mayela Zúñiga Blanco (2012). “La violencia escolar desde el mundo imaginal”. Un acercamiento desde el imaginario de los actores del proceso educativo. Fundación Pedagógica Nuestramérica- CEC/SICA Costa Rica.
Bernal Acebedo, Fabiola y Georgina Reyes Gallardo (2010). Lo “tuanis” del cole. Estudio sobre imaginarios estudiantiles que favorecen la permanencia de las los adolescentes en el sistema educativo costarricense. Fundación Pedagógica Nuestramérica- CEC/SICA Costa Rica.
Bernal Acebedo, Fabiola y Ana Echeverri Echeverri (2009). Manual para Facilitación de Círculos de Diálogo en Instituciones Educativas. Fundación pedagógica Nuestramérica. Convenio MEP-UNICEF-CONAMAJ. Costa Rica.
Bernal Acebedo, Fabiola, Ana Cecilia Echeverri y Adriana Figueroa Gómez (2007). Manual para facilitadores/as de círculos en comunidades indígenas en Costa Rica. Fundación Pedagógica Nuestramérica -Unicef-Conamaj. Costa Rica.
Bernal Acebedo, Fabiola (2006). La violencia en el ámbito escolar, en: Ayuda Docente. Revista de la Asociación de Profesores de Segunda Enseñanza, APSE. Costa Rica.
___________________ (2006). Semilleros de convivencia. Módulo didáctico. DNI– Costa Rica.
Bernal Acebedo Fabiola, Lucía Castro Mónica (2004). “Engánchate al cole”. Recreando la experiencia. Fundación Pedagógica Nuestramérica Costa Rica.
Cala, Ismael. (2013). El Poder de Escuchar. USA. CA Press.
Congreso de Justicia Restaurativa (1ª: junio 6-9. San José) (2006). Acercamientos hacia la justicia restaurativa en Costa Rica.---San José: Poder Judicial, CONAMAJ.
Jasiner, Graciela (2011). Coordinando Grupos. Una lógica para los pequeños grupos. Buenos Aires: Lugar Editorial.
León-Fuentes, Hannia. La necesidad de abrir espacios de reflexión docente en el centro de educación secundario público. En Revista Umbral. Edición Número XXXVI.
Poder Judicial. Conamaj (2010). En Círculo construimos la protección para nuestra niñez y adolescencia/ CONAMAJ. San José, C.R: CONAMAJ.
Poder Judicial. CONAMAJ (2007). Justicia Restaurativa Acercamientos Teóricos y Prácticos. San José: Impresora.
Pranis, K. (2006). Manual para facilitadores de Círculos. Costa Rica: CONAMAJ. Recuperado de http://www.conamaj.go.cr/images/libros/pdf/011.pdf
Pranis, K (2005). The Little Book of Circle Processes. Intercourse PA: Good Books.
Pranis, Stuart and Wedge (2003). Peacemaking Circles. From Crime to Community. St. Paul MN: Living Justice Press.
Programa Convivir MEP en http:/www.mep.go.cr/programas-y-proyectos/programaconvivir
Stuart, Barry y Pranis, Kay (2006). “Círculos de Paz” en Justicia Restaurativa. Acercamientos teóricos y prácticos. Reflexiones sobre sus características y Principales Resultados. CONAMAJ 2006.
Thalhuber and Thompson. (2007). Building a Home for the Heart. Using Metaphors in Value-Centered Circles. St. Paul MN: Living Justice Press.
Zehr, Howard. (2002). The Little Book of Restaurative Justice. Intercourse PA: Good Books.
TRABALHO E SUBJETIVIDADE NO MODELO DE GESTÃO DA QUALIDADE TOTAL 
Maria Luiza Gava Schmidt
Professora e Supervisora de Estágio do Departamento de Psicologia Experimental e do Trabalho -UNESP/ASSIS/SP.
Sérgio Roberto de Lucca
Professor Assistente da Área de Saúde do Trabalhador do Departamento de Medicina Preventiva e Social da Faculdade de Ciências Médicas da UNICAM
Resumo
O objetivo deste artigo é discutir a influência do modelo de gestão de qualidade total na saúde psíquica dos trabalhadores, uma vez que se trata de uma técnica de gestão multidisciplinar formada por um conjunto de programas aplicados no controle do processo de produção das empresas, para obter bens e serviços pelo menor custo e melhor qualidade, objetivando atender as exigências e a satisfação dos clientes. Para tanto, realizou-se uma pesquisa qualitativa com a análise dos discursos dos trabalhadores de uma empresa agroindustrial que implantou o sistema de gestão de qualidade. Foram entrevistados 68 trabalhadores a partir de um roteiro de entrevista semi estruturada e tomando como referência a Psicodinâmica do Trabalho, na proposta de Christophe Dejours. Da análise categorizada dos discursos dos sujeitos da pesquisa observou-se que a utilização deste modelo enquanto uma ferramenta de poder para a adequação dos trabalhadores contribui para a alienação na relação homem-trabalho por meio da captura da subjetividade. Concebe-se que a análise deste tema é relevante para área da saúde mental, uma vez que essa forma de gestão pode trazer efeitos desfavoráveis à saúde psíquica dos trabalhadores.
Palavras-chave: Qualidade Total, Relações de Poder, Sofrimento Psíquico, Psicodinâmica do Trabalho, Subjetividade.
Abstract
The aim of this paper is to discuss the influence of the model of total quality management in the psychological health of workers, since it is a multidisciplinary management technique consists of a set of programs used to control the production process of companies, for goods and services at lower cost and better quality, aimed at meeting the demands and customer satisfaction. To this end, we carried out a qualitative analysis of the speeches with the employees of an agroindustrial company that implemented the quality management system. 68 workers were interviewed from a semistructured interview guide and with reference to the psychodynamics of work, the proposed Christophe Dejours. The categorical analysis of the speeches of the study found that using this model as a tool of power to the adequacy of workers contributes to the alienation in the relationship between man and work through the capture of subjectivity. It is conceived that the analysis of this issue is relevant to the mental health area, since this form of management can bring adverse effects to the mental health of workers.
Keywords: Total Quality, Power Relations, Psychological Stress, Psychodynamics of Work, Subjctivity
Introdução
O Programa de Qualidade Total ou TQC -Total Quality Control - destacou-se como modelo de gestão organizacional nas últimas décadas do século xx, exigindo mudanças na qualificação dos trabalhadores e crescente intervenção destes nos processos produtivos, com maior participação e envolvimento racional e emocional.
A elaboração do modelo alicerçou-se inicialmente nos princípios de Administração Científica de Taylor (1985), sobretudo os relacionados às técnicas de controle e produtividade. Algumas premissas pautadas no desenvolvimento do potencial mental dos trabalhadores, através de treinamentos contínuos e planejados e na avaliação da “moral” das equipes também serviram de base para a implementação deste método de gestão.
A partir dos anos 70, o mundo capitalista presenciou a crise do padrão de acumulação taylorista/fordista, em vista disto, várias transformações ocorreram no processo produtivo o que intensificou as disputas da concorrência capitalista e aflorou a necessidade de produzir com ênfase na qualidade( em termos de produtos e serviços).
Para atender a nova demanda do mercado foram criadas novas formas de acumulação flexível, o downsizing, novas tecnologias. Tais mudanças surgiram embasadas no modelo japonês – Toyotismo (Antunes, 2009). O qual prescreve ”o primado do êxito, a supervalorização da ação, a obrigação de ser forte, a adaptabilidade permanente, a canalização da energia individual nas atividades coletivas, o desafio permanente” ( Chanlat, 1995,p. 121).
Por conseguinte, a temática da “qualidade total”, tornou-se então compatível com a tendência intrínseca do sistema produtivo. Sob este prisma, para garantir a sobrevivência no mercado, os precursores do TQC, adotaram como princípios: a necessidade de produção e fornecimento de produtos e/ou serviços que atendam concretamente às necessidades dos clientes; ênfase conferida à produtividade e competitividade e redução de custos; o conjunto de procedimentos para identificação de problemas críticos da organização; a melhoria nos métodos e meios; o estabelecimento de planejamento estratégico, através de diretrizes de controle, melhoria contínua, entre outros.
O processo de implementação da qualidade total é organizado mediante o atendimento de requisitos pré estabelecidos pelas normas regulamentadoras ISO (Internacional Standard Organization) para o processo de certificação. A avaliação dos resultados da sua implementação, manutenção e controle acontece em prazos pré-estabelecidos, variando em visitas a organização nos períodos de dois a seis meses, com vistorias feitas pelas auditorias. De acordo com Maranhão, “as auditorias atuam como extraordinários sensores e podem desencadear poderosos atuadores (ações corretivas) do sistema de qualidade, identificando a eliminação das causas dos problemas” (Maranhão, 1994, p. 85).
Dejours & Bégue (2010), descrevem que a qualidade total é um sistema voltado para uma mudança substancial nas práticas do cotidiano de trabalho, com rompimento do “status quo”, no sistema de gestão. Os autores salientam que sua a certificação bem como os critérios, “requisitados para obtenção das certificações exigidas pelo mercado, transformam a qualidade total quando muito em ideal, portanto em uma ficção, em uma condição sine qua non para que o produto ou serviço ingresse no trabalho” ( Dejours e Bègue, 2010, p.51).
Segundo Chanlat (1995, p.124) “este método de gestão, ainda que apresente determinados aspectos muito positivos para as pessoas (valorização, reconhecimento, individualização dos desempenhos etc...) pode ser uma importante fonte de tensão”.
Schmidt (2000), ao analisar os efeitos da adoção deste método de gestão numa empresa do ramo industrial do setor agrobusinness , apontou que a supertensão permanente referida por Chanlat ( 1995), decorre sobretudo dos dispositivos de poder para implementação e manutenção do TQC, como dominação, sujeição, coação, coerção, controle, vigilância, intimidação, entre outros, os quais atuam no sentido do aprisionamento da subjetividade do sujeito ao sistema.
O sistema em questão, que visa ao aperfeiçoamento contínuo da organização, bem como dos trabalhadores que dela fazem parte, promove mudanças bruscas no processo produtivo, tanto em termos de estrutura física (equipamentos, materiais, ambientes de trabalho), como também na estrutura dinâmica da organização (metas, planejamentos, controles, métodos e outros), implicando novas atitudes, posturas, comportamentos, além da concepção das pessoas que integram a organização.
“ O resultado concreto é não apenas uma sobrecarga gigante de trabalho (preenchimento da documentação e consolidação dos dados da “qualidade papel”), mas também um slogan que leva, inevitavelmente, à fraude. Para obtenção da certificação, aprende-se a dissimular o real do trabalho, ou seja, aquilo que aquele que trabalha se dá conta devido à resistência do mundo á maestria técnica” (Dejours e Bèngue, 2010, p.51).
A busca pela melhoria de produtos e serviços prestados ou oferecidos pelas organizações origina um jogo de competitividade e concorrência, que ocupa um lugar central no meio organizacional. Este movimento, por sua vez, gera conseqüências desfavoráveis nas relações de trabalho e na saúde mental dos trabalhadores. Beneficiário da qualidade total do produto, o trabalhador passa a ser também vítima desse sistema de gestão controlador.
Cria-se assim, o paradoxo, à medida que os princípios da Qualidade Total, para o mundo interior à empresa, é a promessa da satisfação total (produtos, clientes, serviços) ao passo que a obtenção desta se dá em função do próprio sofrimento do trabalhador.
Convém, ainda, sublinhar que as novas relações de poder, engendradas pelo TQC, que culminam no fortalecimento do próprio sistema e otimização da produtividade, são também fontes de alienação dos trabalhadores, pois vislumbram a gestão das subjetividades, através de uma internalização forçada das metas e objetivos da empresa, buscando negar a exploração da força de trabalho e o conflito capital - trabalho ( Nardi e col., 2002).
Permeado pela pressão o que se tem é a emergência do sofrimento psíquico que aos poucos empurra o trabalhador para a desestabilização e fragilização da saúde. Em vista disto, neste artigo pretendemos exemplificar as percepções dos trabalhadores inseridos numa empresa que implantou este modo de gestão, referendando-os na Psicodinâmica do Trabalho na proposta de Christophe Dejours ( 1992).
Nesta perspectiva, os trabalhadores puderam falar e manifestar suas experiências acerca do TQC, bem como apreender a emergência “dos sofrimentos, das angústias, dos receios, dos medos, dos desafios, das engenhosidades diante de dificuldades e imprevistos tão freqüentes, dos prazeres da superação e resolução de problemas aparentemente insolúveis” (Uchida, e col, 2010, p.198).
Os discursos foram classificados em temáticas, apresentadas sucintamente, de modo a contribuir para reflexões e discussões sobre a qualidade total, uma vez que essa forma de gestão pode trazer efeitos desfavoráveis à saúde psíquica dos trabalhadores, sobretudo em decorrência dos variados dispositivos de poder que são engendrados no contexto laboral para que os trabalhadores se adequem ao modelo.
Método
Para retratar a vivência da qualidade total obtivemos por meio da palavra “viva, que nos toca, engajada, subjetiva, vinda de um grupo de trabalhadores” ( Dejours, 1992,p.149) posto que, nos embasamos metodologicamente na Psicodinâmica do Trabalho, a qual “ visa essencialmente a vivência subjetiva, e se interessa pelo: “comentário que inclui concepções subjetivas, hipóteses sobre o porquê e como dá a relação vivência trabalho (Dejours, 1992, p.149).
Utilizando entrevistas individuais semi-estruturadas buscamos nos discursos o valor dos comentários “e, sobretudo, os comentários que são objeto de discussão e de posições contraditórias no grupo. Em outro momento da investigação, por exemplo, identificamos a prevalência da descrição operatória em relação ao comentário” ( Dejours, 1992, p.149). A título de exemplos citaremos alguns comentários que nos indicam as percepções de trabalhadores sobre a vivência cotidiana no modelo de gestão da qualidade total.
O universo recortado abrange trabalhadores de uma empresa do ramo industrial do setor agrobusinness, que passaram pelo processo do TQC. Eles dispõem de diferentes qualificações e ocupações, pertencem ao sexo masculino, com estado civil e tempo de serviço superior a cinco anos. Trata-se de pesquisa qualitativa, uma vez que a temática trabalho-subjetividade, conserva um caráter não mensurável.
Resultados
Sob a égide dos discursos dos trabalhadores sobre a situação de trabalho regida pelo modelo da qualidade total, revelaram-se temas que foram agrupados em categorias de análise e apresentados na sequencia:
Dominação Ideológica do TQC
De acordo com Pagès e col. (1993), a organização tem uma capacidade de influenciar o inconsciente do indivíduo, ligando-o a ela de maneira quase indissolúvel, deixando-o assim sob o seu domínio. Nesse sentido, os autores afirmam que a estrutura inconsciente, os impulsos e o sistema de defesas dos trabalhadores, seriam modelados pela organização, de maneira que estes o reproduziriam, não apenas por “motivos racionais, mas por razões mais profundas, que escapam à sua consciência” (Pagès e col, 1993, p. 144).
Tal processo de influência da organização no inconsciente dos trabalhadores pode tornar-se fonte de angústia e de prazer, o que para esses autores seria um dos aspectos mais importantes do poder da organização.
As políticas de gestão da qualidade total provocam reações positivas e negativas, que acarretam ao mesmo tempo vantagens apreciadas e de dependência. Seus princípios são construídos, ora pela aprovação, ora pela critica: os trabalhadores gostam das mudanças trazidas pela implantação do sistema, mas a temem por não conseguir saber o que vem pela frente.
Neste contexto, nos deparamos com um trabalhador “coisificado”, “cristalizado”, que repete um discurso ideológico a serviço da organização, transformando-se num instrumento do próprio sistema, do qual ele não se dá conta, em função da “alienação psicológica”. Essa expressão foi utilizada por Pagès e col.(1993), para explicar que o indivíduo é ao mesmo tempo efeito e condição para a empresa funcionar. Posto que “a organização torna-se objeto de identificação e de amor, fonte de prazer, sendo também aquela que alimenta e fixa a sua angústia, pois ele torna-se dependente dela, no sentido total da palavra, não apenas para a sua existência material, mas também para a integridade de sua própria identidade. (Pagès e col, 1993, p. 147)
A maneira como o TQC é apresentado, pelas bibliografias que tratam do tema, estão imersas num discurso ideológico persuasivo, assim exemplificados: “Trabalhando com qualidade, você terá menores riscos e a maior estabilidade para a sua empresa no mercado. Ela será sólida, pois será saudável e pró-ativa (Maranhão, 1994, p. 4)”. “A meta mais imediata de uma empresa é a sua sobrevivência à competição internacional” (Campos, 1994, p. 21). E, acrescenta: “o controle da qualidade total é um novo modelo gerencial centrado no controle do processo, tendo como meta a satisfação das necessidades das pessoas”. (Campos, 1994, p. 41).
Nas respectivas citações, os autores incitam o “prazer” de investimento no objeto (Qualidade), que serve perfeitamente às finalidades da organização, reproduzindo-se nos discursos dos trabalhadores, como, por exemplo: “É a qualidade do produto que tem na empresa, a certificação abre novos caminhos, divulgação do produto, por exemplo: a ISO” (sic).
Este discurso mostra-nos que a ideologia é tomada como uma verdade, tornando-se “[...] uma entidade anônima que é investida, assim como suas regras, suas políticas, seus princípios, e não mais uma pessoa. Isto garante uma reprodução mais segura da organização, com menor sujeição aos acasos conjunturais das relações interpessoais, e ao mesmo tempo, uma sujeição mais rigorosa do indivíduo” (Pagès e col, 1993, p. 148). Tendo em vista que, a competitividade da empresa bem como sua expansão resultam de um selo de qualidade, a ISO.
Apenas o fato da empresa ter um produto certificado, uma crença é formulada e legitimada pelo trabalhador, como exemplificado no discurso: “Com a certificação o produto é mais bem visto no mercado” (sic). O crédito da verdade não é apenas da ordem prescrita pela ideologia, mas sobretudo da satisfação ideológica à qual o trabalhador adere, reconhecendo-se no sistema.
Outro trabalhador relatou que em sua concepção: “A ISO é um grupo de empresas que procura estabelecer o melhor desempenho dos produtos e da pessoa ... é para a gente ter mais condições de trabalho ... tem equipamentos de proteção do trabalho, sempre teve, mas mudou bastante coisa” (sic)
No relato, percebemos que a satisfação do trabalhador resulta da melhoria das condições de trabalho, um alto estágio da alienação à concepção de que ele crê que o sistema em si pode lhe proporcionar uma vida melhor.
Ao assumir o compromisso com o sistema, os trabalhadores incorporam as metas da empresa, aumentando sobre elas a sua responsabilidade. Assim, um dos nossos entrevistados declarou: “A ISO acho que no meu jeito de entender é o compromisso que nós temos com a qualidade (sic). Esse discurso demonstra como os princípios do TQC vão sendo legitimados de acordo com o que a ideologia prescreve, ou seja, a de que a luta pela sobrevivência da empresa e sua competição internacional é de responsabilidade de cada pessoa da empresa, e “cada um deve comparar os seus itens de controle com os melhores do mundo” (Campos, 1994, p. 21).
Alguns relatos também mostraram que as atitudes, a postura e os comportamentos, bem como a concepção das pessoas que integram a organização precisam ser adaptadas à nova ordem e elucidam a dominação deste modo de gestão: “As pessoas têm que mudar o seu modo de trabalhar, junta as pessoas aos mesmos objetivos, antes cada um trabalhava de sua maneira, hoje os funcionários seguem um lista de parâmetro”(sic).
O sistema modula profundamente o ritmo de trabalho e produz nos trabalhadores um sentimento de satisfação com a tarefa, para ter uma direção a seguir. Isso foi evidenciado nos seguintes relatos: “Hoje os funcionários tem parâmetros para se guiar”; Hoje tem parâmetros, formas de trabalhar, foi passado uma lista de parâmetros, antes chegava para trabalhar e não tinha uma lista de normas, hoje todos fazem a mesma coisa da mesma maneira”(sic).
O resultado disso produz uma imagem nos trabalhadores de aumento da integração grupal: “O pessoal trabalha em conjunto, a equipe está mais unida, integrada” (sic). Observa-se assim que “a qualidade total seria um dispositivo supostamente capaz de suplantar o complicado processo que representa não apenas a mobilização de profissionais gabaritados para fazerem valer sua experiência, bem como as formas de cooperação horizontais e verticais” ( Dejours e Bèngue, 2010, p.49).
Ao fazer referência à alienação psicológica Pagès e col. (1993, p.96) concebem que, “[...] o fenômeno de transmissão e interiorização de idéias não se limita à esfera ideológica dos trabalhadores... é enraizada na vida do indivíduo, ela é o sistema através do qual o indivíduo simboliza o conjunto de suas relações sociais, e é produzida por estes”.
O sistema determina não somente o desenvolvimento das tarefas, mas também como agir com as pessoas: “Depois que entrou a ISO eu mudei o jeito de atender as pessoas...de agir...com a empresa tenho mais compromisso com a situação, tenho interesse em produzir mais e com mais qualidade (sic).
Uma série de mudanças pôde ser percebida na relação chefia/subordinado, sendo as mais expressivas: o aumento do diálogo entre chefia e subordinado, o reconhecimento do subordinado pelo chefe, em função da tarefa bem executada, bem como uma falta de reconhecimento com relação ao salário e benefícios dos subordinados.
Não nos surpreende encontrar tais resultados, pois na nova estrutura produzida pelo TQC, o poder não é mais tido na rede de relações hierárquicas, ele está engendrado em todos os trabalhadores da empresa. Conforme exemplificado no seguinte discurso: “antes tinha um chefe geral para comandar tudo, hoje tem engenheiro, gerente, supervisores, é um grande conjunto trabalhando com o mesmo objetivo”(sic).
Existe, por parte de outro entrevistado, uma percepção de que sua postura de chefia mudou: “mudei a forma de pensar sobre a relação chefia-subordinado antes considerava que a relação bastava no autoritarismo, hoje está na base da conquista” (sic). Este discurso revela que esta forma de gestão é extremamente persuasiva, sua estratégia busca cativar o subordinado e as táticas utilizadas são o diálogo e o elogio.
Mecanismos de aumento da comunicação entre chefia e subordinados podem ser utilizados também para passar informações sobre o andamento da eficiência e eficácia organizacional: “A chefia , a parte da comunicação, fala mais com o funcionário, explica mais” (sic).
A comunicação, que aparece de forma mais fluida entre chefia e subordinado, pode ser também associada à necessidade de uma manutenção dos princípios do sistema, visto que, para a grande maioria dos funcionários, o chefe passou a esclarecer mais as dúvidas, explicar mais as tarefas, estar mais presente. Quanto menos se manifesta esse poder de dominação, mais eficaz ele é; sua intervenção tem, sobretudo, um valor que se expressa também pelo elogio.
Sabendo que esta instância dispõe de mecanismos de persuasão, não há mais limites para fazê-lo. Porém, esse sistema é mais interno do que externo ao indivíduo: quanto mais elogiado o trabalhador for, com relação a uma atividade, maior será sua necessidade de melhorá-la para aumentar os elogios. Isto funciona por autocontrole, os controladores (chefias) criam de fato uma submissão espontânea.
A indução para trabalhar bem
Nesta forma de gestão, os trabalhadores seguem os padrões pré-estabelecidos no Manual da Qualidade, nele estão normatizados os parâmetros pelos quais deverão se guiar, sendo induzidos a trabalhar bem, sem falhas. Como expresso por um trabalhador: “As pessoas têm que mudar o seu modo de trabalhar... os funcionários seguem uma lista de parâmetros... hoje todos fazem a mesma coisa da mesma maneira”(sic).
O problema é que a ideologia de perfeição poderá tornar-se fonte de sofrimento no trabalho, devido a obrigação em desenvolver todos os parâmetros propostos para evitar a queda de qualidade: “A empresa tem que produzir bastante e ter uma boa qualidade, depois que pega o certificado tem que trabalhar para não perder o certificado” (sic).
A dominação desse sistema padronizado sobre o inconsciente tem diferentes aspectos, destacando-se a identificação, o sentimento de culpa e o sentimento narcisista de fracasso.
A identificação ocorre quando os trabalhadores procuram fazer adequadamente as tarefas, para a empresa não perder o certificado. Por conseguinte, o trabalhador vai se identificando com o modelo padronizado suscitado pelo sistema, e as exigências deste tornam-se inconscientes, de modo que eles se encontram então sob domínio de outros dois sentimentos: a culpa e o sentimento narcisista de fracasso.
Os trabalhadores são os responsáveis pelo bom andamento dos programas: se a empresa não mantiver a certificação e não conseguir a competitividade almejada, é porque eles não se dedicaram efetivamente aos programas, advindo o sentimento de culpa.
Assim sendo “o medo de fracassar, de falhar, e de perder o amor do objeto amado está sempre presente. Esses medos coexistem com a culpabilidade. Esta não se origina no fato de ter realizado um ato contrário à sua consciência ou às exigências do Superego, mas do de não estar à altura das exigências da organização e do ideal que procura atingir” (Pagès e col, 1993, p. 159).
Dejours (1999) define o “real trabalho” como o “savou-faire”, que, de modo geral, seria domínio. Segundo o autor, o sofrimento e a angústia poderão surgir do medo de ser incompetente, de não estar à altura ou de não ser capaz.
No TQC , a busca constante pela perfeição acaba por gerar a angústia, que por sua vez surge da não adequação dos padrões. Segundo o discurso de um dos entrevistados: “Se o produto não tiver qualidade ele não é vendido, não é reconhecido... se o produto estiver bom é certeza que o cliente vai aceitar” (sic). Essa imagem de incompetência é consolidada ideologicamente pela organização. Isto é, ela propõe conscientemente a imagem do produto ideal e consolida ser valor e modelo para os trabalhadores. Estes mantêm-se responsáveis pela produção, pelo seu sucesso e expansão.
Busca e negação do reconhecimento
Vencidos os obstáculos de domínio das tarefas, cujo resultado é obtido em geral, “[...] à custa de esforços que exigem total concentração da personalidade e da inteligência de quem trabalha” (Dejours, 1999, p. 34), os trabalhadores buscam o reconhecimento por este trabalho realizado. De acordo com este autor, quando os trabalhadores não têm esperança de que o reconhecimento ocorra, ou seja, se houver uma negação do reconhecimento, surge um sofrimento muito perigoso para a saúde mental.
Embora os sujeitos da pesquisa tenham demonstrado que percebem um aumento da valorização da empresa pelos esforços e resultados do trabalho, este parece não atender satisfatoriamente a todos os trabalhadores. Eis um dos discursos: “Acho que o chefe tem que se empenhar mais na questão de reconhecimento”(sic).
Mesmo a empresa tendo implantado esquemas de recompensa, benefícios sociais, participação nos lucros, os trabalhadores não consideram isso como reconhecimento; eles querem algo mais, talvez confiança, como foi possível observar na fala de um dos entrevistados: “Falta reconhecimento do serviço, chefia confiar mais”(sic).
Para Dejours (1999, p.34) quando o reconhecimento é negado, há a emergência de um sofrimento que é perigoso para a saúde mental, devido à “desestabilização do referencial em que se apóia a identidade”.
Inflação da carga psíquica no TQC
O TQC padroniza, controla e direciona o conteúdo das tarefas e das relações humanas no trabalho, como verbaliza o trabalhador: “Está exigindo mais fisicamente como mentalmente”(sic). Nesse discurso, percebemos que o trabalhador é de certa maneira, “despossuído de seu corpo físico e nervoso, domesticado e forçado a agir conforme a vontade do outro” (Dejours, 1994, p. 27).
Observamos também que os trabalhadores são mediatizados pelos técnicos especializados, inspetores, gerentes e auditores da qualidade. Essa mediação, nas palavras de Dejours, substituiria o livre-arbítrio do trabalhador pela do empregador. Isso pode ser verificado no seguinte relato: Antes não tinha um engenheiro acompanhando o trabalho, de primeiro eu não pensava em fazer o serviço, antes só pensava em produção, hoje penso em qualidade (sic).
O TQC tem como meta centralizar a atenção dos trabalhadores para a manutenção dos padrões da qualidade: “Passei a prestar mais atenção nas coisas, passei a fazer as coisas melhor, tenho tentado fazer o melhor possível [...]” (sic).
Nota-se que a carga psíquica é intensa por causa das exigências causadoras de medo:
“ [...]muitas empresas fecham porque seus produtos não são de qualidade”); “Sempre tenho medo de perder o emprego. Todo ano, fim de safra, corta funcionário”(sic).
O medo aflora também das constantes mudanças que ocorrem na empresa, pois “os dispositivos de mudança deixam os indivíduos muito dependentes da empresa, visto que esta pode amoldar de maneira ‘arbitrária’ sua trajetória profissional e, portanto, social” (Pagès e col , 1993, p. 122).
O medo de perder o certificado cria o medo precedente de perder o emprego, como nos relatou um trabalhador: “Se a empresa perder o certificado fica ruim se o cara perder o emprego aqui está morto”(sic).
Assim, “os sacrifícios, a ambição, o sucesso, os grandes princípios...tudo isto se torna um engano, uma ilusão, pois aquele que acredita nisso, longe de estar salvo, se encontra vazio de sua substância, como morto. É preciso que tenha necessidade de acreditar, pois mesmo sabendo que é um engano, ele continua fazendo de conta que ainda acredita (Pagès e col., 1993, p. 139)
Estudo e carreira
A implantação do TQC traz uma nova obrigação na vida dos trabalhadores, a obrigação de subir, termo que foi utilizado por Pagès et al.(1993), para mostrar que, na empresa, o indivíduo é constantemente condenado a vencer. E, de acordo com esses autores, o fazer carreira oferece uma ilusão de poder, pois ilude a realidade do trabalhador e lhe serve de máscara. Eis um relato que exemplifica isto:”Voltei a estudar.....injeção de ânimo... estou fazendo tudo para uma promoção”(sic).
Pagès e col (1993) descrevem também que a carreira provoca a alucinação do desejo, mas não sua satisfação; provoca uma alucinação do poder, sem nunca desvendá-lo, reproduzindo assim efeito de poder nos próprios indivíduos. Um dos entrevistados disse: “Gostaria de ser técnico em mecânica, mas para isso precisa estudar, vejo a possibilidade de ascensão profissional. Hoje todas as pessoas mais velhas da empresa voltaram a estudar. É que eles estão pensando no futuro”(sic).
Ao abordar o tema sobre o “poder da ilusão” Pagès e col. (1993) denominaram de “apropriação derivada do poder” a “obrigação de subir”. Isto pode ser exemplificado no seguinte discurso: “Para mim hoje a ISO obriga a estudar mais para que você possa atender toda expectativa que ela pede, chega uma hora que o indivíduo sente que tem que estudar mais, senão fica pra trás”(sic).
Os trabalhadores percebem que, para fazer carreira, há a necessidade de estudar, como demonstrado num dos discursos: “Pretendo subir de cargo, pretendo estudar mais, tenho só a 5º série”(sic). Sobre isso, Pagés e col. ( 1993) assinalam que “é perseguindo o poder que o ativamos”, assim o estudo é um processo do qual se utilizam para obter o poder.
Há também um “investimento da ambição no jogo da carreira”, que pode ser identificada mediante alguns relatos: “Voltei a estudar, com o estudo pretendo ter um cargo melhor, hoje sem estudo a pessoa não é nada”(sic).
Dejours (1999) chama a atenção para o uso do tempo fora do trabalho, salientando que a maioria de nós é obrigada a reciclar-se continuamente. Se levarmos em conta essa “obrigação de estudar” imposta pelo sistema, vemos que isto é mais uma estratégia destinada a manter os trabalhadores dominados, que pode gerar um esgotamento profissional e deste poderiam decorrer patologias, como, por exemplo, alterações músculo-esqueléticas e outras.
A necessidade de fazer carreira não existe sozinha, ela se concretiza com a ambição. “Espero que cada vez melhore mais profissionalmente, mas para que isso ocorra tem que ter estudo”(sic). Essa possibilidade de sucesso dá uma abertura para que o trabalhador também seja reconhecido; dessa forma, “o sucesso, a ambição, fazer carreira vão se tornar para o indivíduo os valores essenciais, pois são eles que podem preencher esta angustia do vazio: para ser reconhecido é preciso vencer” (Pagès e col, 1993, p. 135).
Percebemos que no TQC o trabalhador é “condenado a vencer”, a carreira parece ser o elemento central da relação entre o trabalhador e o sistema. Há uma transformação do desejo em necessidade e o trabalhador “tem o sentimento de estar preso, sugado, de não poder fazer outra coisa senão subir, de não poder mais parar, com risco de recuar” (Pagès e col, 1993, p. 133).
A força do TQC consiste em transformar o estudo em necessidade para o trabalhador subir, ele não tem escolha, ele é realmente levado a isso. Eis um relato que exemplifica o exposto: “A ISO abriu espaço para os funcionários, minha maior expectativa é ser um auditor líder, ele tem uma ampla visão de todo sistema, para isso tem que estudar...Acho que a ISO vai qualificar as pessoas e as pessoas vão aprender bastante com isso”(sic).
A nosso ver, a “alucinação do desejo” correlaciona a necessidade de estudo com o sucesso e, engendra a percepção de que para sobreviver nesse sistema é preciso reproduzir o discurso ideológico, de forma que fazer qualidade significa também fazer carreira. Movidos pelo temor de “não chegar lá”, os indivíduos voltam a estudar.
O seu próprio tempo se modela de acordo com o sistema, é o sujeito que dá o ritmo a sua existência no emprego. “A carreira leva assim os empregados a se encarregar eles mesmos, de um lado, da contradição entre uma carga de trabalho opressiva, uma tensão permanente, pressões importantes; de outro, de seus desejos de liberdade e autonomia. (Pagès e col, 1993, p. 133). A garantia do emprego está no estudo, não importa o curso que faça, o importante para empresa é que ele estude.
De um modo geral, os sujeitos orientam-se pelo imaginário, no sentido literário do termo, o que reforça sua dependência e submissão à organização; isso ocorre porque há uma introjeção da organização pelo ego, ou seja, “o indivíduo reproduz nele o modelo da organização, ele se estrutura em função deste modelo” (Pagès e col 1993, p. 135). Na opinião dos autores, a necessidade de reconhecimento será satisfeita quando ele se reconhecer na empresa. Ou seja, “quando ele não for mais ele mesmo”.
Aprendizado por adestramento
As práticas discursivas do TQC não são apenas modo de fabricação de discurso. Elas ganham corpo nos conjuntos de procedimentos, e nos tipos de difusão e transmissão, basicamente através do treinamento e educação, que ao mesmo tempo o impõem e o mantêm.
A transmissão dos princípios do TQC está ligada a um conjunto complexo, de modificações nos processos de produção, relações sociais e nas políticas administrativas da organização que o implanta.
É preciso admitir que a inclusão do sujeito no sistema se dá pelo aprendizado - instrumento que permite analisar o saber, ou seja, se os princípios definidos foram assimilados, se as exigências estão sendo delineadas.
Esse modelo imposto vai se constituindo em “estatuto de verdade”, a partir da leitura da apostila e do Manual da Qualidade, o que nos foi revelado pelo seguinte discurso: “Os funcionários têm que acompanhar o manual” (sic).
Para Pagès e col. (1990, p. 75) “os ... valores são consignados nos manuais que podem ser considerados como a escritura sagrada e que se concretizam num conjunto de práticas rituais utilizadas pela hierarquia da organização ...”
Nesse sentido, as leis do manual regem e ordenam os modos de trabalhar. A verdade é então mensurável, contestável e visível. A busca do novo é a busca de uma aprendizagem que assegura essa verdade e a legitima.
Foucault, em Teorias e Instituição Penais, afirma que “nenhum poder, em compressão, se exerce sem a extração, a apropriação, a distribuição ou a retenção de um saber” (Foucault, 1979, p. 19).
Assim, vemos que o trabalhador, “para manter seu lugar, conservar seu cargo, sua posição, seu salário, suas vantagens e não comprometer seu futuro e até sua carreira, ele precisa aceitar ‘colaborar’” (Dejours, 1999, p. 73).
Da censura estabelecida nesse sistema, pode-se dizer que o sujeito aprende segundo um modelo padronizado, no qual ele vai sendo adestrado, assujeitando-os cada vez mais à organização. E caso haja oposição ao discurso ideológico, é caracterizado uma insubordinação, não estar na batalha, significando exclusão e eliminação do grupo, como apontaram os entrevistados: “Funcionário antigo que resiste à mudança é demitido;As pessoas hoje procuram produzir mais, sinto que as pessoas estão mais responsáveis pelo que fazem, hoje a pessoa faz por si, tem mais comprometimento com o que faz” (sic).
Vigilante vigiado
Ao reforçar suas práticas, o TQC faz dos trabalhadores sujeitos e objetos de seu controle.Coloca-se inevitavelmente a manutenção e sobretudo a sobrevivência do sistema em suas mãos. Essa faceta de ameaça faz circular sem dúvida uma superestrutura de vigilância.No primeiro ponto, temos um trabalhador vigilante sobre si mesmo, ou seja, nesse sistema, o indivíduo aprende a observar e descrever seu próprio comportamento, configurando o “autocontrole”.Alguns relatos explicam como o sistema rege esse “autocontrole”: Antes, ninguém se preocupava, procuro trabalhar cada vez melhor, aumentou a responsabilidade, o comprometimento com a empresa.
O segundo ponto de vigilância é a vigilância coletiva, ou seja, a convivência com o sistema leva os trabalhadores a se vigiarem constantemente.A gente vê um colega fazendo alguma coisa errada, a gente fala com ele, se ele concorda bem, senão concordar é o chefe que vê.
O sistema está codificado em regras, bem precisas, as quais estão certamente mantidas e regidas por todo um conjunto de obrigações que são impostas aos trabalhadores.
Assim, a equipe de trabalho não deve ser apenas uma teia de relações interpessoais, e sim um mecanismo do próprio controle.Conforme verbalizado por um dos entrevistados:Nos treinamentos da qualidade foi passado que era importante um avaliar o outro.
Nesse sentido, organiza-se um espaço imediato de poder, o que acarreta um efeito que aumenta as dificuldades de relacionamento profissional com os colegas do setor, falta de confiança, lealdade e cooperação grupal.
Podemos ver, no exemplo precedente, um terceiro ponto de vigilância que se instala nesse sistema, isto é, aquele exercido pela auditoria. A pessoa tem que estar preparada o técnico de qualidade avisa quando vai ter a auditoria. Segue o manual, é feito sobre o serviço que a pessoa faz.
Outra frase mostra o peso que o trabalhador carrega para preservar o sistema Sempre eles vem verificar se a empresa está cumprindo os padrões.Este discurso traduz de maneira expressiva como o trabalhador se vê sob vigilância. Essa vigilância exercida pelo sistema age tanto pelo exterior como através da “doutrinação”.
O termo “doutrinação” foi empregado por Pagès e col.(1993), para explicar a função da ideologia e das práticas ideológicas que reforçam a imagem positiva do papel da empresa.
Desse modo, fica claro que um dos meios para se manter a vigilância é a doutrinação e sem essa legitimação do sistema, seus princípios não seriam reforçados e vigiados.
Tomemos como exemplo uma das frase que mostra como a influência ideológica age sobre o indivíduo.As pessoas trabalham com mais responsabilidade pensando no certificado elas cumprem o manual e corrigem o que tem errado.
O quarto efeito da vigilância é o selo da certificação, como disse um dos entrevistados.A certificação abre novos caminhos, a divulgação do produto por exemplo a ISO.Mediante esse selo, o próprio consumidor constitui-se num vigilante, de sorte que a busca do melhor produto é por todos almejada.
Considerações finais
O TQC caracteriza-se pelos princípios da “produção perfeita” e padronizada e seduz a empresa a adotá-lo. O mercado interno e externo, por sua vez, passa a ser o disparador para adoção deste modelo, à medida que incita por meio de seus princípios o da sobrevivência da empresa. Esta sendo assim capturada, deposita nos seus trabalhadores a força opressiva do trabalho, tornando-os responsáveis pelo próprio sistema.
O conteúdo de trabalho no TQC impõe comportamentos estereotipados, levando os trabalhadores à submissão e, consequentemente, à sua sujeição ao sistema, comprometendo o equilíbrio psíquico dos trabalhadores, posto que, há a incitação de desejos que, não sendo realizados, torturam psiquicamente aqueles que não o alcançam.
Quando os trabalhadores têm seus desejos inconscientes reprimidos, de tal modo que não possam encontrar meios simbólicos e imaginários de expressão, estão condenados à repetição, corroborando o desequilíbrio psíquico. Os indicadores para a emergência desse equilíbrio parecem estar acoplados às exigências de padrões, condutas e incorporação de valores estabelecidos pelos programas. Sem a padronização, não há a qualidade total desejada, mas o excesso de padrões diminui a capacidade de o indivíduo criar.
As estratégias defensivas utilizadas pelos trabalhadores para enfrentar esse sofrimento trazido pela falta de um trabalho livre frente à padronização, são os macetes. Como exemplo disto: para a manutenção de um determinado padrão, deve-se manter um volume X. Ao longo da experiência e tempo de trabalho, o grupo conseguir estabelecer um conjunto de macetes, que, acumulados, podem mudar os padrões de X para Y, sem que haja alterações na qualidade do produto, passando despercebido pela auditoria.
Esse conjunto de macetes não está escrito, pois é o trabalho real e não prescrito pela organização. Ele é criado pelos trabalhadores, acumulado e partilhado pelo grupo e isto mantém o sistema funcionando do jeito deles.
Essa manipulação indiscriminada dos critérios de qualidade no terreno do trabalho – e seu emaranhamento com as práticas fraudulentas necessárias para satisfação das “normas ISO” –acaba por provocar a confusão no conceito mesmo de qualidade ( Dejours &Bégue, 2010,p.52).
É provável que uma grande parte das organizações que implantam o TQC desconheçam a possibilidade de seus efeitos sobre a saúde mental dos trabalhadores. Sobretudo, porque esse sistema sustenta o princípio da satisfação total dos trabalhadores, sobressaindo a imagem positiva do modelo ofertado sem outras consequências.
A nova realidade construída é validada coletivamente, indicando que mesmo o sujeito não concordando com o sistema, ele é obrigado a respeitar as condições que lhe são impostas, aumentando frustrações internas, ocasionando perturbações ao seu funcionamento mental.
Dessa maneira, percebemos que as estratégias defensivas nos programas de qualidade total parecem estar acopladas às ideologias defensivas que constituem o domínio da alienação no trabalho. Isso ocorreria porque o sujeito passa a perceber o outro e o mundo que o cerca, negando sua própria percepção, baseando-se em regras grupais pré-fabricadas.
Os trabalhadores não podem mais ser sujeitos de seu comportamento, não há um livre funcionamento da tarefa, o processo de trabalho é delineado por padrões pré-estabelecidos no Manual de Qualidade; isso torna o trabalho fatigante, pois não há descarga de energia psíquica, ocasionando um acúmulo de energia que é consequentemente uma fonte de tensão. Posto que, “ o conflito que opõe o desejo do trabalhador à realidade do trabalho coloca face a face, o projeto espontâneo do trabalhador e a organização do trabalho, que limita a realização desse projeto e prescreve um modo operatório preciso (Dejours, 1994, p. 26).
Na opinião de Dejours ( 1992 ) dois tipos de comportamentos emergem na relação com o trabalho, sendo estes o comportamento livre e o estereotipado.
A compreensão do autor sobre comportamento livre não é entendida como liberdade metafísica, "... mas um padrão comportamental que contém uma tentativa de transformar a realidade circundante conforme os desejos próprios do sujeito" (Dejours, 1992, p. 26). Assim sendo,, no comportamento livre não haveria prejuízo para o trabalhador. Porém, no comportamento estereotipado haveria uma anulação desse comportamento livre, no qual se desenvolveria o sofrimento de forma muda e invisível.
No TQC, esse comportamento estereotipado parece estar constituído a partir da própria filosofia que orienta, pois esse sistema "... é baseado essencialmente num programa de educação e treinamento através do qual todas as pessoas da empresa devem mudar a sua maneira de pensar" (Campos, 1994, p.149).
Ao moldar os comportamentos, mudando-se a maneira de pensar, mudam-se as atitudes, a forma de agir e os padrões comportamentais são cruelmente definidos com base em uma imposição administrativa.
Uma vez instituída essa forma de modos operatórios, há uma desapropriação do saber, da liberdade e da invenção. Cada trabalhador deverá adaptar-se instintivamente à organização e essa adaptação tem uma dimensão psicológica. De acordo com Dejours, "do choque entre um indivíduo, dotado de uma história personalizada, e a organização do trabalho, portadora de uma injunção despersonalizante, emergem uma vivência e um sofrimento" (Dejours, 1992, p. 43).
A vivência, a nosso ver, aparece no círculo vicioso sinistro da "alienação do desejo", ocasionado pelos programas de controle.O termo “alienação do desejo” foi empregado por Pagés e col (1993), para quem "... consiste em antecipar a satisfação que se poderá sentir obtendo qualquer coisa que se deseja" (Pagès e col, 1993, p. 137-138).
Assim, no TQC a alienação do desejo parece atuar com a finalidade de antecipar a satisfação de desejo, pois, o simples fato de ler a filosofia do TQC já faz com que o sujeito se imagine num futuro brilhante, no qual haverá um atendimento total de todas as suas necessidades.Ainda na opinião deste autores, "o prazer não provém do estado, mas do movimento", o que também foi observado num dos discursos: A ISO ... é algo que rola na frente e a gente vai atrás. Nesse sentido, compreendemos que a satisfação total do sujeito no sistema administrativo do Controle de Qualidade Total não está no que ele é, nem mesmo no que ele tem, mas sim no que ele poderia ter ou ser.
Essa vivência fantasiada aproxima-o cada vez mais do sistema, fazendo-o incorporar os valores ditados pela filosofia. Tal vivência não ocorre de forma real, fazendo emergir um sofrimento, que pode "... ser atribuído ao choque entre uma história individual, portadora de projetos, de esperança e de desejos, e uma organização do trabalho que os ignora" (Dejours,1992, p. 133).
Para Dejours, o sofrimento de natureza mental começa quando “ o homem, no trabalho, já não pode fazer nenhuma modificação na sua tarefa no sentido de torná-la mais conforme às suas necessidades fisiológicas e a seus desejos psicológicos - isso é, quando a relação homem-trabalho é bloqueada. (Dejours, 1992, p. 133).
O trabalho padronizado elucida regras que são incorporadas imediatamente pelos trabalhadores, diminuindo assim a escolha e o livre arranjo das tarefas; bloqueando a sua relação com o trabalho, o conteúdo com a tarefa torna-se vazio, podendo resultar num sofrimento psíquico no trabalho.
Feita essas conceituações, entendemos que a implantação do TQC pode levar o trabalhador à abertura de novas possibilidades de vida pessoal e profissional, mas pode, também, submetê-lo a uma tensão que chega a comprometer imediatamente o equilíbrio de estrutura mental.
Referências bibliográficas
Antunes, R. (2009). O toyotismo e as novas formas de acumulação de capital.In: Antunes, R. Os sentidos do trabalho.Ensaio sobre a afirmação e negação do trabalho. São Paulo: Boitempo, pp.48- 61.
Campos, V.F. (1994).O controle da Qualidade Total. (No estilo Japonês), 2. ed. Rio de Janeiro: Bloch.
Chanlat,J. F. (1995). Modos de gestão, saúde e segurança no trabalho.In:VASCONCELOS,E.D.J (Org). “Recursos Humanos” e subjetividade. Petrópolis/RJ: Vozes.
Dejours, C; Bègue, F. (2010). Suicídio e trabalho: O que fazer? Trad. Franck Soudant. Brasília/DF: Paralelo 15.
Dejours, C. (1999). A Banalização da Injustiça Social. Trad. Luiz Alberto Monjardim. Rio de Janeiro: Fundação Getúlio Vargas.
Dejours, C. (1999). In: Ciccacio, A. M. & Ferreira, L. L. A Violência Invisível. Caros Amigos. S. Paulo, Maio, pp. 16- 17.
Dejours, C. (1992). A Loucura do Trabalho: Estudo da Psicopatologia do Trabalho. Trad. Ana Isabel Paraguay e Lúcia Leal Ferreira. S. Paulo: Oboré.
Dejours, C. et al (1994). Psicodinâmica do Trabalho: Contribuição da Escola Dejouriana à Análise da Relação Prazer, Sofrimento e Trabalho. Coord. Maria Irene Stocco Betiol. S. Paulo: Atlas.
Foucault, M. (1997). Teorias e Instituições Penais. In Resumo dos cursos do College de France 1970 – 1982.
Maranhão, M. (1994). ISO série 9000: Manual de Implementação. 2. ed. Rio de Janeiro: Qualitymark.
Pagès, M; Bonetti, M; Gaulejac,V; (1990). Descendre D. O Poder das Organizações. Trad. Maria Cecília P. Tavares e Sônia Simas Favalti. 2 ed. S. Paulo, Atlas.
Schmidt, M.L. (2002). Análise dos efeitos da adoção dos novos processos de trabalho na condição humana e no cotidiano dos trabalhadores: um estudo de caso.(Dissertação de Mestrado em Psicologia) - . Faculdade de Ciências e Letras, Universidade Estadual Paulista.
Taylor, F. W. (1985). Princípios de Administração Científica. Trad. Arlindo V. Ramos. S. Paulo: Atlas.
Uchida, S; Lancaman,S; Sznelwar, L.I. (2010). Contribuições da psicodinâmica do trabalho para o desenvolvimento de ações transformadoras no processo laboral de trabalho.In: Glina,D.M.R; ROCHA, L.E. (Org) Saúde mental no trabalho. São Paulo. Editora Roca, pp. 191-228.
CIENCIA PSICOPATOLÓGICA Y FORMACIÓN PARA EL PSICÓLOGO 
Flavio Roberto de Carvalho Santos
Universidade Veiga de Almeida, Rio de Janeiro/Brasil
Resumo
Pathos é conceituado como o radical que concebe doença na forma original, principalmente na visão psiquiátrica. Estudar o sofrimento da “alma” tem como objeto os desvios da construção da personalidade, onde cada ser se organiza dentro de uma estrutura psíquica. Psicopatologia é o estudo do sofrimento afetivo, onde há uma expressão da grande dificuldade para lidar com a diversidade, flexibilidade e eficácia no uso dos mecanismos internos. O objetivo é discutir a diferença entre transtornos psiquiátricos e personalidade de base para a formação de psicólogo. O método destaca o DSM V e teóricos como Freud, Reich, Navarro, Bergeret e Escribano. A característica principal da psique é o fenômeno emocional, onde o afeto é movido para fora, a expressão afetiva de um conteúdo construído e armazenado ao longo do crescimento e do desenvolvimento. Problemas no desenvolvimento psíquico dificultam o processo, estabelecem um páthos. Psicopatologia, resposta adaptativa, é um sinal, como o estresse é uma Síndrome Geral de Adaptação. O resultado analítico ressalta que o transtorno focado pela psiquiatria demonstra o sujeito que está com determinado sofrimento, enquanto que na psicologia o sujeito é determinada estrutura para um referido sofrimento. Tal diferença para o formando em psicologia demarca sua conduta diferenciada para intervenção no processo psicoterapêutico.
Palavras-chave: Psicopatologia; formação de psicólogo; phátos
Resumen
Pathos es considerado como el radical que concibe la enfermedad en su forma original, especialmente en la visión psiquiátrica. Estudiando el sufrimiento del “alma” tiene por objeto las desviaciones de la construcción de la personalidad, donde cada ser se organiza dentro de una estructura psíquica. La psicopatología es el estudio del sufrimiento emocional, donde hay una expresión de gran dificultad para atender a la diversidad, la flexibilidad y la eficiencia en el uso de los mecanismos internos. El objetivo es discutir la diferencia entre los trastornos psiquiátricos y de personalidad básica para la formación del psicólogo. El método destaca el DSM V y teóricos como Freud, Reich, Navarro, Bergeret y Escribano. La característica principal de la psique es el fenómeno emocional, donde el afecto se mueve hacia fuera, la expresión afectiva de contenidos construido y almacenado durante el crecimiento y el desarrollo. Los problemas en el desarrollo mental dificultan el proceso, establecer un pathos. Psicopatología, respuesta adaptativa es un signo, ya que el estrés es un síndrome general de adaptación. El resultado del análisis pone de manifiesto que el trastorno se centró, la psiquiatría demuestra el tipo que está con especial sufrimiento, mientras que en la psicología del sujeto se da estructura para el sufrimiento. Esta diferencia para el graduado en psicología demarca su comportamiento diferenciado para la intervención en el proceso psicoterapéutico.
Palabras clave: Psicopatología ; formación psicólogo; pathos
Abstract
Pathos is regarded as the radical who conceives disease in its original form, especially in the psychiatric vision. Studying the suffering of the “soul” has as its object the deviations of the construction of personality, where every being is organized within a psychic structure. Psychopathology is the study of emotional suffering, where there is an expression of great difficulty dealing with diversity, flexibility and efficiency in the use of internal mechanisms. The aim is to discuss the difference between psychiatric disorders and basic personality for the psychologist training. The method highlights the DSM V and theorists such as Freud, Reich, Navarro, Bergeret and Escribano. The main feature of the psyche is the emotional phenomenon, where the affection is moved out, the affective expression of content built and stored during growth and development. Problems in mental development hinder the process, establish a pathos. Psychopathology, adaptive response is a sign, as stress is a General Adaptation Syndrome. The analytical result highlights that the disorder focused psychiatry demonstrates the guy who is with particular suffering, while in psychology the subject is given structure for that suffering. This difference for the graduate in psychology demarcates its differentiated conduct for intervention in the psychotherapeutic process.
Keywords: Psychopathology ; psychologist training ; phatos
Introdução
Abordar um tema tão complexo como a psicopatologia é reconhecer inicialmente que há uma dificuldade para se esgotar o assunto. Inicialmente, foi ‘Psychological pathology’ o termo usado para referir a ‘Psicopatologia’, um termo criado pelo filósofo e jurista inglês Jeremy Bentham, em 1817, ao pensar nas “motivações humanas”, provavelmente por considerar o direito penal como um ramo crucial do direito, em sua particular ligação com “psicologia humana”. Assim, a psicopatologia se refere ao campo dos fenômenos anormais da vida mental (Paim, 1993 apud Angerami-Camon, 2013). Destaca-se que na França, Claude Bernard (1813 – 1879), pela importância da escola psicopatológica francesa, é considerado o nascimento da psicopatologia em seu país por mostrar na fisiologia a continuidade entre os fenômenos normais e patológicos. Também é abordado que foi Esquirol, na França em 1837 e, Griesinger, na Alemanha em 1845, que são considerados os criadores da psicopatologia, como destaca Chenieaux (2012). A psicopatologia é uma ciência, disciplina científica, uma ciência autônoma que estuda a doença mental em vários aspectos. Segundo o autor (Op. Cit.) a ideia de psicopatologia, para Karl Jaspers(1883 - 1969), é que esta estuda o fenômeno psíquico patológico apenas, onde em 1909, insatisfeito com os procedimentos adotados no tratamento de doentes mentais, pesquisa novos rumos para a psiquiatria, apontando a psicopatologia fenomenológica, onde publica em 1913, o compêndio "Psicopatologia Geral", clássico no diagnóstico das doenças mentais e, considerado também, o pai da Psicopatologia.
Esta tentativa e proposta demarcam um esboço e conceito didático das principais psicopatologias com base em autores relevantes na área e que são importantes para a formação da ciência psicológica. Ressalta-se que psicopatologia é o estudo do sofrimento afetivo, de uma expressão da grande dificuldade do sujeito para lidar com a diversidade, flexibilidade e eficácia no uso de diversos mecanismos, sendo esta realidade interna e construída ao longo de uma vida. Para a compreensão deste fenômeno, a valorização do período desenvolvimental desde a vida intrauterina até parte da infância na formação da psique será abordada com grande destaque psicodinâmico, onde teóricos como Freud, Reich, Navarro, Bergeret e Escribano apontam esta etapa da vida como básicas. Tal proposta parece ser um facilitador para a compreensão e intervenção clínica dos profissionais em formação na psicologia. Algumas estruturas de base principais são abordadas como Neuroses, Psiconeurose, Estados Limítrofes e Estados das Psicoses, do ponto de vista histórico psicodinâmico, onde esta teorização, ratificando, parece possibilitar uma visão relativamente completa da estruturação da personalidade. Assim, este trabalho é uma tentativa de fazer uma articulação sobre o tema e sua diferenciação dos transtornos em psiquiatria indicados pelo atual DSM V, diferindo sobre a fenomenologia psicodinâmica da estrutura de personalidade dos sinais e sintomas dos transtornos.
Assim, do ponto de vista da vivência fenomenológica para a psicopatologia, se destaca que:
Quem pretender estudar o psiquismo ligado ao páthos necessita se perguntar sobre os movimentos e alterações desse psiquismo, sobre as suas relações com o mundo e com os outros, as suas manifestações afetivas, perturbações, confusões e desmedidas, as suas maneiras de adoecer, os seus prazeres e sofrimentos e os seus desejos, impulsos, tendências e apetites. (Calderoni, 2009, p.9)
Considerações gerais
Psicopatologia, junção de palavras, deriva de Psico –do grego psyché, a alma, significa borboleta em uma alegoria à imortalidade da alma, pois depois da vida de lagarta transforma-se em pura alegria de viver leve e solta, sendo a alma humana purificada; e Pato –do grego páthos, refere à doença ou sofrimento e, de logia– do grego lógos, referente à palavra, discurso ou tratado, no sentido de estudo. As palavras juntas referem-se ao estudo de um conjunto de sofrimento da alma e têm como objeto os desvios da personalidade, as desordens patológicas da personalidade e do comportamento. Pode-se destacar que cada indivíduo se organiza dentro de uma estrutura psíquica. Neste sentido, alguns pontos naturalmente surgem ligados à psicopatologia, como a etiologia (estudo da causa ou origem), a nosologia (estudo ou tratado explicativo de classificação das doenças), nosografia (descrição das doenças) e a semiologia (estudo dos sinais e os sintomas).
O processo de formação da psique tem inicio na concepção, sendo um processo biopsicológico longo que deve chegar à uma maturação plena em seu processo de vida (Navarro, 1996). A característica principal da psique é o fenômeno emocional, onde o afeto é movido para fora, a expressão afetiva de um conteúdo construído e armazenado ao longo do crescimento e do desenvolvimento. Infelizmente, alguns problemas ocorrem e dificulta este processo que, neste caso, se estabelece um sofrimento, um páthos. Como a função instintiva humana básica é a conservação e preservação da espécie, frente a qualquer dificuldade extremada ou significativa, sempre ocorrerá uma adaptação que pode ser sinalizada pela patologia como resposta inadequada ao fato na tentativa de manter a vida. Do ponto de vista da teoria reichiana, a palavra ‘organismo’ é denominada dinamicamente pela junção somática e psíquica. Então, quando este organismo não consegue lidar com as dificuldades vividas e esgota as “adaptações patológicas” como sinalização de pedido de socorro, este sucumbe, adoece mais gravemente e morre. Uma patologia é uma resposta adaptativa e que é um sinal, assim como o próprio estresse é uma Síndrome Geral de Adaptação, como definido por Selye em 1936 (Moreira e Mello Fº, 1992). Uma grande e importante dificuldade destacada nos casos de psicopatologia é o estresse, valorizado como um agente desde o período primitivo até a vida adulta, o qual o organismo buscará sempre por uma adaptação.
No momento mais primitivo da vida, no período embrionário, Navarro (1996) destaca que o estresse sobre o embrião é o principal desencadeante da emoção (expressão) do medo (emoção básica), um ‘medo’ celular da morte. Situações como estas são vivenciadas nas circunstâncias onde há uma tentativa de aborto, intoxicação, uso de álcool e/ou drogas e todas as outras formas de tensão aguda ou crônica, onde o embrião responderá com uma reação celular básica de contração, uma defesa, tentando se adaptar. Citando Navarro (1996, p. 17): “É preciso assinalar que cada dano é causa de um mecanismo de defesa para a vida, que se manifesta com diversas patologias.” O mesmo pode ser entendido referente ao período fetal. Neste período a psique ainda é fusional e há também a realidade de uma simbiose biológica, assim como no período embrionário. O período fetal tem sua extensão até o décimo dia de nascido segundo a teoria reichiana.
O parto, momento também crucial para o novo ser, este deverá conduzir ao nascimento. Nascer quer dizer que o bebê será conduzido para uma separação (do útero) que deve ser adequada, sem tensões, ansiedades e estresses, para a vivência dos estímulos do contato externo que facilitará para a construção da subjetividade, portanto, da saúde ou, da patologia no caso de neste momento problemas graves ocorrerem. Uma mãe muito ansiosa, estressada ou estressante neste momento pode comprometer essa passagem.
Como já apontado, Navarro (1996) destacou que Reich considera os dez primeiros dias de nascido como um período intra-uteriano e, portanto, o período neonatal é demarcado do 11º dia de nascido ao 8º-9º mês, quando nesta época ocorre o desenvolvimento ósseo e muscular da mandíbula, o processo da maturação nervosa para os movimentos voluntários da mastigação. Por volta desta idade o recém-nascido dá início à motilidade intencional com base na maior mielinização das fibras nervosas. Quando a função materna é insatisfatória continuamente em relação às necessidades simbióticas deste bebê, há a facilitação para a instalação da psicopatologia do Núcleo Psicótico. Esta psicopatologia traz a angústia ou o sentimento de se desmembrar, desmanchar, que expressa o não receber e por isso se perdem, ou não se encontram, em si mesmo.
Após o 8º-9º mês de nascido, tem início o período pós-natal, marcado pelo inicio do processo de desmame e o desmame propriamente dito, por volta do 18º mês. Este período necessita que a função materna favoreça a segurança necessária para o bebê iniciar a busca além dela. As dificuldades vivenciadas aqui favorecem a instalação dos Estados Limítrofes pela inconstância, incoerência, ansiedade e incertezas, ou seja, a possibilidade da falta/perda. Da mesma forma que a precocidade no desmame, a amamentação prolongada também acarreta dificuldades, pois cria ou mantém uma dependência na simbiose biológica não mais necessária neste momento. O período pós-natal é marcado pela maior atuação neuromuscular que marcará a entrada da criança nas relações mais amplas por seu crescente desenvolvimento, definindo sua forma (caráter) de ser e atuar no mundo, uma realidade intra e inter-psíquica. É também marcado pelo desenvolvimento da linguagem, dependendo dos comprometimentos intensos e graves, poderá se instalar, portanto, os Estados Limítrofes. Ressalta-se neste período o início do desenvolvimento para a fase anal, proposta pela psicanálise freudiana, com a construção do EGO (o eu). A analidade, psiquicamente, representará a realidade da condição do controle de si, de seus desejos e vontades assim como a participação no mundo de forma mais ativa, mais pessoal.
A diferenciação da instalação da psiconeurose na fase pós-natal é a entrada na fase fálica, ou seja, ativar Édipo e vivenciá-lo como um complexo e “solucioná-lo” inadequadamente.
A neurose (Navarro, 1996) se instala por problemas emocionais e existenciais vividas após a puberdade, pois não houve comprometimento graves em fases anteriores. Sendo a marca de ansiedades e medos referentes à vida no seu sentido mais simples, nascida de um ambiente cultural ou social restritivo não tão comprometedor. É possível encontrar uma ansiedade ou angústia ligada à sexualidade quanto à entrega ao prazer, somatizações e estresses circunstanciais; contudo, pode ser minimizado com facilidade, ou seja, é uma questão existencial.
Como apontado por Navarro (Op. Cit.) o estresse é a marca principal para a psicopatologia. Assim, quanto mais cedo o estresse ocorre no processo de desenvolvimento, maior o dano na estrutura de um individuo e, consequentemente, acarreta na diferença marcante na forma de lidar com a angústia. Isto explicita exatamente que há um significado do sinal (sintoma) em relação à situação atual, o curso e a origem da psicopatologia.
É possível relacionar o estresse e as psicopatologias da seguinte forma: a estrutura Psicótica é produto de um estresse intra-uterino e provoca a angústia do medo de se desintegrar ou se perder (morrer). A estrutura dos Estados Limítrofes tem marcado o estresse no período neo-natal que acarreta a angústia do medo de não poder sobreviver por faltar algo, é a angústia da expectativa da perda. A Psiconeurose, marcado pelo estresse pós-natal, vive a angústia do medo de não poder viver, pois há a culpa e, o Neurótico, marcado pelo estresse na vida pós-púbere, vive a angústia do medo de uma circunstância ou um momento em que a vida é insatisfatória, ou seja, de não se realizar.
Nesta visão, com base nos estudos de Navarro (1996) acerca da clínica-social, a classificação psicopatológica está distribuída da seguinte forma: Neurose – 4,9%, Psiconeurose – 20%; Estados Limítrofes – 45% e Estados Psicóticos – 30%. Da mesma forma, Bergeret (apud Bukowski, 2006) destaca que parte da população está distribuída em Neurose – 33 ou 20%, Estados Limítrofes – 33 ou 50% e, Psicótico – 33%. Tais dados são importantes para abordar a realidade da sexualidade. Há que se reconhecer que a sexualidade é uma expressão da saúde pela economia sexual e direciona para a manutenção da mesma. Nos casos de psicopatologia, a sexualidade está comprometida e a estase energética da libido sustenta o sofrimento. É exatamente a boa economia da energia sexual, onde a qualidade da vivência afetiva é eficaz, que a saúde se estabelece. Para tanto, há a necessidade de uma estrutura funcional coerente dos sistemas neuropsíquicos expressos na sexualidade.
A ampliação dos estudos e pesquisas das neurociências na atualidade pode facilitar a compreensão das questões referentes à psicopatologia. A valorização das neurociências para esta articulação destaca a realidade histórica dos trabalhos de Freud, especialmente o “Projeto para uma psicologia científica”, de 1895, onde sua tentativa era de compreender os fenômenos psíquicos aliados a achados histológicos e neurofisiológicos (Bergeret, 2006). Da mesma forma, Gay (1989, p. 89) aponta as ideias de Freud, onde:
A mente está sob o domínio do princípio da estabilidade, que ordena que ela descarregue estímulos desestabilizadores que invadem de dentro ou de fora, “é o principio da inércia neurônica”, para usar a formulação técnica de Freud: “os neurônios tendem a se desfazer da Quantidade”. Isso porque o estado quiescente, de calma, após a tempestade, dá prazer, e a mente procura o prazer ou (o que muitas vezes é a mesma coisa) foge à dor. Mas a “fuga ao estimulo” não consegue explicar, por si só, toda a atividade mental: o principio da estabilidade é rompido sucessivamente em vários pontos. (Gay, 1989, p. 89)
E continua:
... seus pacientes haviam-lhe ensinado que, embora muitos sintomas físicos sejam conversões histéricas, alguns revelam realmente uma natureza orgânica. Uma razão importante da grande atração de Freud pela tese de que as neuroses se originam de um mau funcionamento sexual era a de que, “afinal, a sexualidade não é uma questão puramente mental. Ela também tem um lado somático”. Por isso Freud, como disse a Fliess em 1898, não estava “minimamente disposto a deixar o psicológico solto no ar, sem a base orgânica. (Gay, 1989, p. 126)
Como também destacou Pribram e Gill (1976), a experiência do neurologista Freud deixou claro para ele que o cérebro era o instrumento principal de uma organização da função psicológica onde os processos conscientes e inconscientes se distinguem com base em diferentes organizações do sistema nervoso central. Neste apanhado histórico de questões neurais, se observa o termo prazer, que está vinculado à sexualidade e, histeria, uma psicopatologia.
Esta dinâmica é relevante em função de que na atualidade há recursos que podem auxiliar a compreensão do fenômeno humano por várias leituras. Para uma boa compreensão da psicopatologia, é importante a compreensão do entrelaçamento entre a base corporal –neural– com a base psíquica –subjetivo. Uma função psíquica só ocorre porque há uma base neural, é o corpo respaldando o subjetivo, isso é uma unidade funcional e não uma oposição, por isso Reich entendia o termo “organismo” como a soma de corpo e mente.
Com base nas pesquisas do neurologista Paulo Mac Lean, desde 1952, sobre o cérebro triúnico humano (Navarro, 1996), este destaca que há uma trindade importante que suportará a função psíquica. Sendo assim, o Cérebro Reptiliano, se localiza nos núcleos da base onde residem as funções vitais e instintivas ligada à manifestação afetiva relacionada ao território, caça e, sexo, principalmente. Portanto, é um cérebro instintivo. Ao longo do desenvolvimento filogenético o Cérebro Reptiliano foi recoberto por outro cérebro, o Cérebro Límbico (extremidade, contorno). Este está presente nos animais vertebrados de sangue quente, que são os animais que cuidam da prole. Com esta evolução, o comportamento afetivo em relação ao sentir e experienciar se destaca com a memória afetiva, sentido de autoconservação e da atividade sexual ligada a uma descarga energética de prazer e não apenas de procriação, pois há uma conexão com os núcleos da base, com a hipófise e ao neocórtex. Esses dois cérebro chamados “animais” estão presentes no homem. Nessa trajetória humana de desenvolvimento, citando Navarro (1996, p. 19):
Após cerca de dois milhões de anos, a filogênese deu outro salto evolutivo, com o advento do neocórtex (neopallium), característico do homem e, em medida limitada, de alguns primatas (em particular, o chimpanzé). É o neocortex que permite a visão tridimensional, ligada à postura ereta, a partir da qual o homem é definido como um mamífero óptico (um terço das nossas vias nervosas pertencem aos olhos!).
O neocórtex é o terceiro cérebro proposto por Mac Lean, o Cérebro Cortical, que possibilita a dimensão espaço-temporal, da historicidade, da consciência, linguagem, abstração e a inventividade. A delicada e coerente integração e maturação destes três cérebros é que possibilita a saúde, pois determinam a formação do EU (Navarro, 1996) com uma inscrição no tempo, na cultura e no social. Consequentemente, quando há dificuldades nas etapas de desenvolvimento da fecundação à maturação total dos cérebros, é possível ocorrer psicopatologias diferenciadas. Como já sinalizado, quanto mais precoce ocorrer um problema, mais grave é a patologia.
A possibilidade de amadurecimento está pautada nas condições oferecidas/possíveis da “função materna” para a facilitação do desenvolvimento que proporcionará a carga energética desde o período fetal. Ou seja, é o campo energético materno (primeiro campo energético simbiótico) que facilitará o campo energético do embrião e do feto para avançar da simbiose biológica para chegar à simbiose psicológica e, depois, atingir a identidade/maturidade. Neste aspecto, ao fazer uma ligação das neurociências com a psicopatologia, destaca-se que:
... O desenvolvimento do Sistema Nervoso Vegetativo permite observar que, se no período embrionário o mecanismo de defesa contra o estresse nocivo é celular, no período fetal a resposta defensiva é mais complexa e mais específica. O feto defende-se do estresse (do medo!) ativando o sistema neurovegetativo do ortossimpático, que responde com uma hiper-secreção de adrenalina, com um mecanismo de contração de todo o organismo, de fechamento para o exterior, não havendo mobilidade ... . (NAVARRO, 1996 p. 19)
Nesta realidade fetal estressada por uma estimulação nociva constante, a resposta será contínua no sentido de sobrevivência apenas, onde será estimulado o cérebro reptiliano para esta função. Os prejuízos neste caso são graves quanto à psicopatologia. Os danos causados pelo estresse no período fetal podem comprometer a formação, alterando o funcionamento, pois neste período ocorre a formação do cérebro e do sistema neurovegetativo (Navarro, 1996). Já no final do período neonatal, com a preparação para a mastigação e o movimento voluntário por desenvolvimento de maior mielinização das fibras nervosas, a criança se preparar para explorar o mundo além de sua mãe e depende de uma maternagem satisfatória, caso contrário, a incerteza do afeto poderá levar ao Estado Limítrofe. Assim, para o entendimento das psicopatologias e a sexualidade, há a necessidade do estudo e reconhecimento da função do sistema neural, pois os fenômenos humanos estão entrelaçados pelos sistemas.
Entre os teóricos, a nosografia proposta por Bergeret (2006) destaca as Estruturas Neurótica, Estados Limítrofes e Estados Psicóticos. Navarro (1996) destaca Neurose, Psiconeurose, Borderline e Psicoses. Freud (1924), em sua clínica, aponta para neurose, psicose e perversão. Reich (1989) aborda principalmente as estruturas de caráter neurótico (o caráter histérico, o caráter fálico-narcisita, o caráter compulsivo e o caráter masoquista) e, na estrutura Psicótica, cita a Cisão Esquizofrênica. Escribano (2010) aponta pela visão psicossocionômica que há também estruturas de base como Neurose (histérico, obsessivo e passivo agressivo); Estados Limítrofes (borderline, narcisista e psicopata) e Estados Psicóticos (paranóia e esquizóide).
Na tentativa de uma relação com o DSM – V (2014) que é um manual da Associação Psiquiátrica Americana e aponta uma classificação categórica de transtornos (onde a palavra transtorno significa dar a volta além de, modificar algo de sua forma inicial/normal), no sentido estatístico e clínico. Como bem apontado pelos organizadores do DSM-V, a característica de transtornos mentais é a forma de distinguir dos transtornos físicos, embora sinalizado o dualismo como um problema na denominação cartesiana. Parece ser de grande importância entender o que aponta o DSM-V sobre a sintomatologia em relação a linguagem de estrutura de personalidade psicológica. A grande diferença, neste amplo campo de atuação médica psiquiátrica e psicológica sobre um mesmo fenômeno do sofrimento humano, é que para a psiquiatria o paciente está com um sintoma e ao ser suprimido este sintoma o paciente está de certa forma curado. Para a psicologia, o paciente é uma estrutura de personalidade que apresenta um sintoma e o fato dele não apresentar um sintoma não significa estar curado. Ou seja, para a psiquiatria o paciente está com um sintoma determinado (um transtorno) e, para a psicologia, o paciente é uma estrutura de personalidade psicodinâmica (uma subjetividade) que manifesta ou não um sintoma.
A proposta da etiologia das psicopatologias em uma visão psicodinâmica, segundo Navarro (1996) e expressa esse é, pode ser associada e entendida da seguinte forma: o resultado do estresse do medo embrionário gera a psicose, onde o sexo é uma resposta do cérebro reptiliano, é instintivo, não havendo uma sexualidade. No caso do estresse do medo fetal, que gera a psicose, há uma falta de identidade biológica do eu e a predominância é reptiliana com uma expressão de uma necessidade de uma fusão biológica. Já o estresse do medo no período neo-natal, que gera os estados limítrofes, a estimulação é córtico-reptiliano, com pseudos contatos, com nuance límbica que não respalda e nem assegura a vivência afetiva e a sexualidade. A psiconeurose, que tem a vivência do estresse do medo no período pós-natal, vive o medo da castração e a culpa, a afetividade e a sexualidade é vivenciada com base nos mecanismos de defesa. A neurose, cujo estresse do medo é circunstancial após a puberdade, pode acarretar na afetividade e sexualidade com dificuldade de assertividade em dado momento com certo comprometido pelo sentimento de alguma ansiedade.
Algumas características podem ser destacadas como:
A – Neurose
Em uma observação preliminar, a psiquiatria e a psicanálise parecem unificar o significado dos termos Neurose e Psiconeurose, contudo, Navarro (1996) destaca a importância da distinção apontada por Freud entre essas psicopatologias.
Destacado por Navarro (1996) a neurose é um estado menos comprometido, pois de um modo geral o contato consigo mesmo, com a realidade, com o outro e com a vivência da sexualidade é relativamente boa, não cria uma culpa imobilizadora. A sexualidade é vivida de forma mais tranquila seja na heterossexualidade ou homossexualidade, ou seja, se insere na normalidade aceitável. Esta estrutura é mais próxima da saúde, do caráter maduro ou caráter genital.
B – Psiconeurose
Uma característica desta psicopatologia é a vivência da angústia de castração e a culpa. Reich (1989) pontua que o “caráter neurótico” é a solução de um conflito sexual infantil. Esta organização está centrada no complexo de Édipo e sua problemática com a realidade. Para o entendimento desta construção, é preciso observar os mecanismos inconscientes presentes, a história da pessoa e a compreensão da dinâmica e da economia psíquica da pessoa em seu contexto. Assim, um modo típico de reagir transforma-se na maior dificuldade de intervir nas situações delicadas. É exatamente este modo típico de reação que as defesas estão “falando” de sua origem e do seu conflito, ou seja, se ancorados nas diferentes fases do desenvolvimento e tendo acionado Édipo como um complexo e dado um solução razoável. Desta forma, há a diferença entre os tipos de neuroses, pois a estruturação se deu em momentos diferentes na fase de desenvolvimento psicossexual/psicoafetivo. Navarro (1996) sinaliza a diferença entre a condição incestuosa (relação entre duas pessoas) e a condição edípica (relação entre três pessoas).
Nesta psicopatologia o ego se enrijecer como forma de defesa ao mundo ameaçador e castrador (ter sido privado de algo importante e fundamental afetivamente) introjetado e, nesse sentido, ocorre uma identificação com a principal pessoa que frustra; depois a criança reveste contra si mesmo as energias agressivas direcionadas contra a pessoa frustrante que gerou angústia e, finalmente, desenvolve formas de agir que irá contra os empenhos sexuais utilizando as próprias energias. Com esta estruturação, as cargas energéticas (que a colocaram em ameaça) que buscavam satisfação, agora, são transformadas em contenção. Ou seja, a energia dos empenhos sexuais (libido) é agora utilizada como uma energia para se defender dos próprios impulsos. Este processo resulta no medo de punição e por isso se endurece, formando uma forma típica de reação. Se o medo de punição é referente à fase anal, a conduta será de controle excessivo; se fálico, a conduta será a exibição narcísica, etc., mas tudo vinculado à principal pessoa frustrante, a que tem o peso da construção do Super-ego. Há uma diferença quantitativa nestes aspectos e é preciso analisar se essa forma de reação é muito rígida ou com alguma flexibilidade. Quanto maior a rigidez, maior o comprometimento. Vale ressaltar Reich (1989, p. 152) “uma personalidade cuja estrutura de caráter impede o estabelecimento de uma regulação de energia econômico-sexual é a condição prévia de uma doença neurótica futura.”
O quê na realidade difere uma psiconeurose de outra? A forma de reação (o caráter, o tipo de psiconeurose) de uma pessoa não depende do choque entre instinto e frustração, mas principalmente como aconteceu e a fase do desenvolvimento psicossexual demarcado. Especificamente, Reich (Op. Cit., p. 153) detalha como:
- a fase na qual o impulso é frustrado;
- a frequência e intensidade das frustrações, os impulsos contra os quais a frustração é principalmente dirigida;
- a correlação entre indulgência e frustração;
- o sexo da pessoa principalmente responsável pela frustração;
- as contradições nas próprias frustrações.
Este conteúdo proporciona uma leitura coerente do desenvolvimento da neurose e possibilita a identificação no momento em que a pessoa se apresenta com sua queixa. Assim o que deixa claro a característica de uma pessoa em sua forma de reagir não é o que ela evita nos impulsos, mas como ela evita.
Esse exemplo pode ser mais bem entendido quanto às formas de “caráter neurótico” circunscritas e descritas tipologicamente por Reich (1989):
B.1 – Histeria – Nesta psicopatologia o tipo de angústia refere-se à interdição sobre o desejo incestuoso. Talvez seja o tipo de neurose que mais expresse sua forma notável e transparente. O que é comum para ambos os sexos desta psicopatologia é a atitude sexual intensa, a agilidade física com sensualidade destilada que mostra uma sexualidade despertada cedo. As mulheres apresentam, de modo geral, um andar e falar sexualizado e provocante. Os homens apresentam uma delicadeza sedutora, tendem a uma cortesia exagerada e tem uma expressão no rosto e um comportamento infantilizado de maneira feminina. A sensualidade e sedução se apresentam com uma ansiedade nos momentos em que o objeto desejado (que aumenta a carga libidinal) e consequentemente aumenta as defesas, onde irá responder com recuo (negando), sendo agressivo ou passivo. Aparece, nas relações, uma excitação ou agitação que não corresponde à satisfação no ato. Tem facilidade para ser sugestionável e instável em suas decisões. Seu apego sexual de natureza infantil faz com que experimente as fantasias como realidade.
No momento do desenvolvimento psicoafetivo infantil, ocorreu uma fixação na fase genital com sentimentos incestuosos (que foram reprimidos) que resultou em uma forte agressão e angústia. Isso acarreta que todas as fases psicossexuais vividas sejam reenergizadas, ou seja, há uma sobrecarga de energia que excita o organismo e o aparelho psíquico como um todo, isto é, uma tensão sexual que não é gasta. Neste aspecto, Reich (1989, p. 193) destaca que:
... a sexualidade genital se coloca a serviço de sua própria defesa. Quanto mais a atitude como um todo é dominada pela angústia, mais urgentes parecem as manifestações sexuais. Em geral, o significado dessa função é o seguinte: o caráter histérico tem impulsos genitais excepcionalmente fortes e não satisfeitos, que estão inibidos pela angústia genital. ...
Além disso, na histeria, a pessoa não se reconhece tendo um comportamento sexualizado, pois a pessoa histérica se defende da sexualidade com a própria sexualidade, em função de sua angústia genital; fato que mostra que todo o investimento sexual é pura defesa (Reich, 1989). Somado à esta defesa pode aparecer variações entre o narcisismo ou comportamento de dominação, impressionabilidade (mecanismo fálico) e depressão (mecanismo oral). Uma outra característica desta psicopatologia é a genitalização intensa dos órgãos sexuais (de diversas formas) e o restante do organismo não participa desta sensação, ou seja, a libido (energia) está mal adaptada no organismo para atingir o seu fim, viver a sexualidade plenamente.
B.2 – Compulsivo – Esta psicopatologia destaca um sentido de ordem pedante em todas as coisas indiscriminadamente. Quando, por algum fato, este padrão é alterado, o sentimento desagradável e ansioso irrompe com base na angústia. É uma pessoa que tende a desenvolver seu trabalho de modo excelente e minucioso na fiscalização, auditoria, crítica etc..., contudo há a ausência de espontaneidade, é artificial e não criativo. Reich (1989, p 196) aponta que “quanto mais patológico e rígido é esse traço, mais a atenção se concentra nas coisas de importância secundária, negligenciando assuntos racionalmente mais importantes.”
O pedantismo, minúcia, indiferença, reserva são formas defensiva que tem sua base na energia do erotismo anal, pois são formações reativas históricas de controle sobre algo vivido como desagradável em relação à educação da higiene por volta dos dois a três anos de idade. O seu oposto também pode ocorrer, manifestações de total desleixo em todos os sentidos. Há uma inclinação para o sentimento de piedade e de culpa, sendo hostil e agressivo em alguns momentos. Externamente, esta psicopatologia revela reserva e autodomínio, contudo, internamente existe o oposto, a indecisão, a dúvida e a desconfiança intensa (esta última, extrema!). Isso o faz ser tanto mal-intencionado quanto inacessível afetivamente. É sereno em suas expressões de “amor” ou ódio sociais, mas é apenas uma manifestação para esconder seu interior – o controle.
Do ponto de vista clínico, observa-se uma fixação na fase anal com sadismo por volta dos dois ou três anos de idade, onde com base na personalidade da mãe e com o inicio do controle esfincteriano pela educação de higiene iniciada cedo demais, esta criança teve que corresponder às expectativas de alguém em que ela necessitava de seu amor. Teve que aprender a controlar algo para se sentir amada. Esta aprendizagem acarreta uma rígida obstinação anal e mobiliza o impulso sádico (raiva potencializada) e se arrasta, no desenvolvimento, até a ativação da fase fálica, onde os empenhos da libido deveriam passar para um estagio mais ativo. De um modo geral, a atitude dos pais é contra a sexualidade (castradora) e, ao ativar a falicidade, logo esse empenho é abandonado para retornar a fase anterior, anal, e aí se fixando.
Com a chegada à puberdade, onde naturalmente a sexualidade é mais carregada de energia pela própria maturação corporal, haverá dificuldade para lidar com esses impulsos em função do controle dos aspectos da analidade. Podem aparecer controles estéticos, éticos ou religiosos acentuados como modo de se justificar. O controle emocional é o que mais precisamente necessita ser escondido, protegido, ou seja, ideias separadas dos afetos.
Pode apresentar na vida sexual uma excitação genital de baixa carga, sem presença de envolvimento da sexualidade, pois os afetos são vividos como angústia, e esta angústia precisa ser evitada, controlada. É claro que o bloqueio afetivo revela uma contração do EGO, já que este não pode se expressar, e faz uso do aparato somático, em especial de toda a região pélvica, ombros e rosto (expressão de controle). Os impulsos contidos são os sádicos de morder, bater, pisar, esmagar, apertar, e uma forma de conter isso é a ritualidade. A ambivalência é uma tônica neste caso, pois há o impulso para amar e odiar a mesma pessoa. Todas as expressões de excitação viva e livre, que mobilize a genitalidade despertam os conflitos antigos não resolvidos resultando em uma angústia em que algo pode acontecer, o incontrolável, e que pode dificultar o restabelecimento do autodomínio (controle). Esta característica faz com que toda espontaneidade para a vivência da sexualidade e da vida seja comprometida.
B.3 – Passivo-feminino – Reich (1989) faz uma breve distinção entre a psicopatologia Neurose Passivo-feminino dentro da Neurose Compulsiva. O passivo-feminino evita a agressão e o confronto, mas de forma em que “a analidade atua na direção original como um empenho da libido de objeto” (p. 200). Ele se defende da agressão com a passividade, a entrega e a submissão passiva, o controle é obtido de forma passiva, servil e subserviente.
B.4 – Fálico-narcisista – O biotipo desta psicopatologia se caracteriza por uma compleição atlética, aspectos masculinos duros e com ar facial feminino. Dificilmente é servil, é arrogante, expressão de desdenho agressivo e um forte ar de exibição em um tipo atlético, com característica sádica relativa ou dissimulada. É comum lidar com as situações de vida de forma em que o ataque está presente em sua ação. O componente de autoconfiança, ou seja, o seu interesse por si mesmo, é bem marcado pela autoridade e exibição fálica (poder), porém com base afetiva infantil. A coragem agressiva cumpre uma função de defesa. Há uma boa potência eretiva, que se opõe à potencia orgástica, que os levam a uma atitude de menosprezo do objeto, embora as pessoas (homens ou mulheres) com esta psicopatologia sejam geralmente muito desejáveis pelas características bem marcada de masculinidade. A sexualidade pode ser expressa por homossexualidade ativa e excitabilidade clitoriana, bem como o prazer na vigorexia. Clinicamente, é importante observar a relação entre o ego como um todo e o falo, ou a fantasia de possuir um ou ser um falo (poder). No caso masculino, o pênis não é vivido como uma parte do corpo para o amor e sim para agredir, destruir e perfurar. Em situações onde esta autoconfiança é gravemente perturbada, a depressão profunda aparece.
A realidade fálica com o forte componente narcísico é um mecanismo defensivo e esconde os receios da possibilidade de retorno à fase anteriormente abandonada (analidade/passividade) ou ainda mais primitiva, a oralidade, onde há a tendência para o uso de drogas e/ou álcool que, de certa forma, minimizará os conflitos fálicos. Segundo Reich (1989) os crimes sexuais tendem a ser cometidos por este tipo de psicopatologia com base nas profundas decepções amorosas desde a infância (com o primeiro objeto de amor) e a estabilização de uma vingança fálico-narcisista sobre o objeto sexual, porém, com mais comprometimentos sobre o julgamento em algum momento.
B.5 – Masoquista – A nosografia e nosologia do caráter masoquista marcou o rompimento de Reich com a teoria freudiana. Ficou demonstrado por Reich na historia da patologia sexual que o traço masoquista é uma angústia de orgasmo onde não há um impulso que busca o sofrimento, mas sim um impulso secundário econômico-sexual como resultado da repressão de mecanismos sexuais naturais. Disse Reich (1989, p. 210) em 1932 “Por ora não é mais possível atribuir o sofrimento humano a uma imutável ‘vontade biológica de sofrer’, isto é, a um ‘instinto de morte’, mas a influências sociais funestas ao aparelho biopsiquico.”
O questionamento da veracidade do relato dos pacientes fez com que Reich pensasse no caminho do entendimento do masoquismo e verificou que o masoquista busca o prazer como qualquer outra pessoa, só que há um mecanismo que perturba e faz o masoquista perceber as sensações prazerosas como desprazer quando atingem certo nível de excitação. Assim como as outras psicopatologias psiconeuróticas, o masoquista é também uma forma de defesa do EGO pelo encouraçamento e, economicamente, a energia sexual elevada (libido) pela paralisação (estase energética) é gasta na forma deste tipo psicopatológico. Um traço típico é o sentimento constante de sofrer e de se queixar de tudo, infligir dor a si mesmo e se humilhar, além de uma grande paixão para atormentar pessoas próximas. Seu comportamento é sem movimento coerente, é desajeitado ou com alguns maneirismos em suas relações pessoais. Talvez seja comum encontrar na história desses pacientes os ataques prolongados de teimosia violenta, gritos e pontapés levando os adultos ao desespero e à raiva. Nesses casos os pais podem ameaçar e a criança cria uma fantasia de que algo muito grave e perigoso pode acontecer. Quando surge uma bronca, um castigou ou uma palmada, o alívio surge com este sofrimento, pois havia a espera de algo pior. Reich (1989, p. 222) aponta que:
a fantasia masoquista de apanhar constituía uma antecipação de castigo mais severo. (...) O masoquista chega à atividade agradável como qualquer outra pessoa, mas o medo de punição interpõe-se. A autopunição masoquista é a realização não do castigo temido, mas de um outro, substituto, mais suave. Assim, representa um tipo especial de defesa contra o castigo e a angústia.
É importante observar neste tipo de traço masoquista que há uma entrega passivo-feminina em relação à pessoa que castiga. Além disso, o masoquista “gosta” de provocar os objetos amados e de seu interesse o qual sofreu desapontamento (amor e frustração). Com um ar infantil, percebe que viver enfurecido não é possível e daí passa a testar o amor do outro. Mas as provocações e as irritações são uma forma de pedir amor, de forma desesperada, na verdade, forçar. Este é um comprometimento grave nas relações, pois de quem se deseja amor é exatamente quem se atormenta e daí vem o desapontamento constante deste traço: quanto mais ama, mais irrita o ser amado. Há uma experiência intensa do medo de ficar só na infância, por isso capta a simpatia pela infelicidade do seu sofrimento. Eroticamente, o masoquista tem uma sensibilidade especial pelo tato, a pele é um contato extremo. Destaca-se o “gostar” de receber beliscões, ser esfregados, chicoteados, amarrados e cera quente, como forma de suportar esta sensação e descarregar certa quantidade de energia, além de poder viver humilhações entre outros. O objetivo inicial não é sentir dor. Explica Reich:
Em termos de fisiologia da angústia, a contração dos vasos periféricos aumenta a angústia (palidez, no caso de susto; sensação de frio, no caso estado de angústia; arrepios provocados pelo medo etc.). Por outro lado, a sensação de pele quente, causada por um fluxo mais forte de sangue através dos vasos periféricos, é um atributo especifico do prazer. Fisiologicamente, a tensão interior é determinada pela restrição do fluxo de sangue. Por outro lado, o forte fluxo sanguíneo pela periferia do corpo alivia a tensão interior e, em conseqüência, a base fisiológica da angústia. Do ponto de vista fisiológico, o efeito liberador da angústia do orgasmo baseia-se essencialmente nesse processo, que representa uma modificação notável na circulação do sangue, com a dilatação dos vasos periféricos e a descarga da tensão no centro (vasos espâncnicos. (REICH, 1989, p.228)
A base erógena do masoquista então é o contato da pele, onde ocorre a vasodilatação da periferia do corpo que alivia a tensão angustiante. Assim, ele irrita a tal ponto até receber uma forma de resposta corporal agressiva para aliviar sua angústia. Inicialmente, seria “aqueça-me”, com a psicopatologização, transformou-se em “bata-me”. Para Reich, a estruturação demarca que
“A introdução à fase genital na infância através do exibicionismo, seguida imediatamente de grave frustração e repressão desse prazer e de completa inibição do desenvolvimento genital posterior, pertence especificamente, de acordo com minha experiência, ao caráter masoquista ... .”(Op. Cit, p. 231).
Frente aos elogios, a pessoa masoquista tende a ter dificuldade para lidar, tendendo a auto-depreciação e a auto-humilhação, pois falta um elemento narcísico. O elogio excita e traz a tona uma provocação das tendências exibicionistas (fálica) que foram fortemente reprimidas e gera angústia. A forma de minimizar essa excitação que cria angústia é auto-humilhação que o leva a sensação/realidade de abandono. Então, vale destacar que o masoquista demonstra e exige (não pede) amor de maneira muito sinuosa, ou seja, por queixa, provocação e infelicidade, isto é, distorce o amor desejado.
Como já destacado, toda psiconeurose tem sua base na dificuldade da satisfação plena da vida genital, pois há o conflito entre o desejo sexual e o medo de punição como fator central, fazendo com que a energia acumulada sustente a psicopatologia. Em sua dinâmica, o masoquista, a tentativa de eliminar a angustia faz com que ele se enterre muito mais no desprazer. Reich (1989) destaca:
O caráter masoquista baseia-se numa atitude espástica muito peculiar, que controla não apenas seu aparelho psíquico mas, primeiramente e a cima de tudo, o aparelho genital. Inibe imediatamente toda forte sensação de prazer e transforma-a em desprazer. Dessa maneira, o sofrimento, que é a base das reações de caráter masoquistas, alimenta-se continuamente e aumenta. (p. 235)
... o treinamento habitual de higiene (demasisado cedo e severo) leva o prazer anal a ter precedência sobre outras formas e a libido a fixar-se nessa fase. A ideia de apanhar, relacionada com a analidade, é definitivamente desprovida de prazer e, no começo, carregada de angústia. Assim, não é o desprazer de apanhar que se torna agradável. Antes, é o medo de apanhar que impede a sensação de prazer. Durante o desenvolvimento, esse medo é transferido para a zona genital. (p. 238)
... todo prazer que aumenta para além de uma certa medida inibe-se e torna-se desprazer. (p.239)
Assim, o que se pode perceber é que a angustia surge entre o instinto e o objeto, o que acarreta em que o prazer desejado seja percebido como perigo antecipado, isto é, em vez de viver o prazer, o desprazer é o resultado final do que foi investido no início. Inicialmente o objetivo é pensado e desejo como agradável, mas todo o investimento é atravessado e impedido pela frustração, pelo medo de punição ou angústia que acaba por modificar todo o objetivo, surgindo ou “restando” parecer desagradável.
As questões de impulso vinculados à analidade tem um intensidade menor que os impulsos genitais e, por isso, o masoquista tende à comportamento passivos de sofrimento do que de exibição, isto é, transformam o prazer em desprazer. Neste dado tão específico, cita Reich (1989):
... do ponto de vista econômico-sexual, a atitude masoquista e a fantasia relativa a ela provêm da percepção desagradável da sensação de prazer e servem para dominar o desprazer através da atitude psiquicamente formulada: ‘sou tão infeliz –ame-me!’ Então a fantasia de apanhar entra em ação, porque a necessidade de amor também contém reivindicações genitais que forçam o paciente a afastar o castigo para a parte de trás do corpo: ‘Bata-me, mas não me castre!’ ... (p. 241)
É observado que bater é menos grave que castrar, ou seja, o problema masoquista é uma perturbação especifica em relação a viver o prazer, pois ele não consegue viver uma grande excitação genital e, para castrar (o grande medo) é preciso tocar (excitar). Disso resulta a entrega passiva (bata-me!), expressando a condição de analidade. Apanhar representa o alivio substituto de algo percebido como mais perigoso, onde se houver um “orgasmo”, não foi por outra coisa senão pelo apanhar, além de que foi o outro quem causou. Especificamente, a necessidade de ser punido tem o propósito de viver um alivio de maneira indireta que pode ser responsabilizada ao outro punidor.
Citando Reich (1989, p. 242):
O significado do mecanismo: Ame-me e eu não terei medo.
O significado da queixa: Você é o responsável – não eu!
A função da fantasia de apanhar: Bata-me para que, sem me sentir culpado, eu possa aliviar-me!.
Assim, é importante entender que há um conteúdo do impulso (instinto), o conteúdo da repressão (representação da angústia e punição) e por onde –de que modo– o individuo tem o alívio (representação da satisfação, ou seja, o alivio é o objetivo do impulso instintivo.
Qualquer que seja a psiconeurose, é a angústia de castração e culpa que precisa ser liberada, sendo de forma coerente e em consonância com o biopsicossistema do paciente, com tempo adequado para elaboração da sua reestruturação.
C – Estados limítrofes
O nome limítrofe demarca uma realidade psicopatológica de limiar entre duas realidades, ou seja, não sendo psicótico e nem sendo neurótico. A nosologia da Neurose foi definida em 1777 e da psicose em 1845 (Bergeret, 2011) e, no caso da estrutura limítrofe, está situada entre estas duas psicopatologias. Há nesta estruturação psicopatológica uma organização de funcionamento psíquico à realidade de estar mais ou menos no limiar, com a vivência marcante da angústia de perda do amor (do objeto) ou a ameaça constante de perda, o que impossibilita a triangulação edípica, ou seja, não há uma representação edipiana, quer dizer, não chega a uma vivência afetiva de édipo, pois o risco afetivo mais forte/grave foi vivido anteriormente na relação de amamentação com a mãe. Esta estrutura é uma patologia do narcisismo, centrada na dependência anaclítica (apoiado sobre o outro, ser dependente do outro), ou seja, medo intenso de abandono. É um estado indeciso do EU, imensa necessidade afetiva, de atenção, compreensão, sendo sedutor, disponível e adaptável, com uma luta sem fim contra à depressão que se coloca em atividade constante. É uma vivência demarcada no período de amamentação, período de desmame e desmame propriamente dita. Os subtipos são:
C.1 – Borderline – características psicológicas na fronteira entre a psicose e a psiconeurose. Navarro (1996) faz uma crítica a esta colocação ao destacar como inadequada, pois os mecanismos psicóticos são diferentes dos mecanismos psiconeuróticos e é possível encontrar as duas realidades na mesma pessoa. E neste caso, é definido por ele como uma cobertura. O borderline é um distímico e, segundo Navarro (1996, p. 46), “distimia significa distúrbio do equilíbrio emocional, que provoca alterações do humor, isto é, da tonalidade afetiva de base, que é temperamental.” Destaca que há neste caso uma lesão narcísica, um sentimento de perda grave que acarreta nas explosões emocionais.
Nesta estrutura, o período neonatal é a base, pois é um período simbiótico (dependência afetiva) marcado pela amamentação inadequada ou deficitária, período de desmame e desmame propriamente vividos inadequadamente. Este momento é fundamental e delicado (sensível) para o recém nascido para deixar a simbiose, onde a separação deve ser gradual, caso contrario a sensação do abandono é feroz. Com esta vivência, o outro é visto e sentido como objeto e não como sujeito. A realidade materna ou a função materna é, neste caso, de extrema importância, pois a mãe foi inconstante. Foi vivido um abandono e para não sofrer, introjeta a mãe como boa e má ao mesmo tempo, onde ele só existe se a mãe está.
As explosões do borderline são reativas às condições de existência da ameaça de perder ou separação afetiva. O borderline é um ser que sente que precisa ser “amamentado” (ser maternado) na vida adulta e expressa uma sintomatologia de abandono, tristeza, ideia de culpa, auto-acusação, indignidade e decadência. Contudo, vive a vida de forma apaixonada e intensa quando não está em crise ou em suas oscilações. Pode apresentar ansiedade, resignação, estupor, agitação, falta de apetite com problemas digestivos, insônia, impotência sexual e alterações menstruais. Pode ir da euforia à fuga de ideias, se tornar agressivo e agitado, porém, com acompanhamento do afeto. As explosões acontecem quando há um refluxo energético para cima, do oral para o ocular, podendo surgir crises epilépticas. O borderline em contato com o bom objeto tende a ser entusiasta e implicado com as atividades, porém, quando em contato com objetos maus, é violento, impulsivo, confuso e pode “delirar”. Seus conflitos são vivenciados de forma no tudo ou nada e sua comunicação é paralela, de duplo fundo.
C.2 – Narcisista – As características que marcam esta estrutura de personalidade, segundo Escribano (2014), é um sujeito que exige constante admiração e atenção, tem sentimentos de ter direito sobre alguma coisa que, embora não tenha feito ou investido para um reconhecimento devido, quando não recebe este reconhecimento, há um comportamento de cólera ou explosão afetiva. Há também a incapacidade de considerar que o sentimento do outro seja diferente do seu. Em geral são pessoas charmosas e se vestem bem, falam bem sobre si mesmo e são entusiastas. Suas fantasias se voltam pela preocupação de seu sucesso, sem limites, o seu amplo poder, a beleza e o amor ideal, oscilando entre o valor próprio e o desvalor do outro. São ambiciosos, exagerados e egocêntricos. Os narcisistas tem em si o bom objeto, sendo ele próprio bom. Seu sofrimento se manifesta quando o mundo não o satisfaz como ele deseja. Como não sabe lidar com a frustração, acusa e pede ao outro como deve agir ou que mude para atendê-lo melhor. Muitas vezes isso ocorre por estratégias. Um Narcisista sofre tal como um Borderline da clivagem do ego, porém, tende a ter em si o bom objeto e, por último, o mau objeto de amor, que se defender da angústia anaclítica. Espera que o outro venha trazer para si a boa satisfação e imagem de si mesmo. Tem dificuldade de viver o “nós”, usando mais o “eu”. Estes sujeitos narcisistas tiveram um registo estrutural de sua subjetividade de uma mãe muito ansiosa em sua construção de personalidade no período total de amamentação.
C.3 – Psicopata – Características gerais de uma pessoa ativa, eficaz, intuitiva e inteligente, onde gosta muito de situações onde tenha desafios e riscos a correr em que buscam oportunidades. São facilmente adaptáveis a situações novas e dificilmente expressam emoções que possam impedir de obter êxito a não ser a de grande sedução, embora superficial. Tem necessidade de excitação. Do ponto de vista patológico de sua personalidade, há certa impulsividade, imaturidade afetiva, procuram constantemente excitações em que possa viver desafios impossíveis e que provoque a raiva dos outros. No fundo, são insociáveis, manipuladores e egocêntricos, pois intentam tirar proveito de todas as situações. São solitários por ter dificuldade de criar laços afetivos, já que o outro é um objeto de satisfação e não um sujeito com desejos diferente ou igual ao seu para uma troca. Neste sentido, o outro como objeto também pode ser um frustrador de satisfação. Não apresentam ter consciência de tais consequências de suas ações. Agem como estrategistas para obter o que ‘necessitam’. Este tipo de personalidade não tem um sistema de valores, pois a lei introjetada é deficiente ou inexistente. Funciona a partir de suas necessidades de satisfação de infância muito tenra. Ele está estruturado com um radar em que busca as oportunidades em que pode tirar proveitos.
Em sua história de construção de personalidade, viveu a experiência afetiva de uma mãe e um pai que foram incoerentes em seu dia a dia e que não lhe conferiram segurança e a sensação de perder foi constante. O mundo, neste ângulo, é perigoso, onde se pode perder sempre, inseguro, não se podendo confiar. Desta forma, irá se adaptar a cada situação isoladamente, sem história afetiva nem realidade passada ou futura, apenas no presente para se satisfazer ou tirar proveito. Expressará uma vivência oportunista ao invés de uma atitude moral. Com tal característica marcada, o tempo esta congelado no “aqui e agora” onde o passado não é importante e nem o futuro, e por isso não faz planos ou projetos de futuro e, portanto, seus atos não importam em relação à consequência (Escribano, 2014). Do ponto de vista psicodinâmico, o psicopata sofre e faz sofrer a sociedade, seja nos subtipos homicida (os que matam diretamente) e o organizacional ou camaleônico (os que matam indiretamente), a psicogênese parece ser a mesma. Esta estrutura apresenta uma tentativa de preencher seu vazio interior por uma forma criativa de coerção, para ter condições de poder, isto é, ‘preencher-se’ usurpando a força/desejo alheio e acaba por absorver/tirar o que é do outro ou produzido pelo outro ou, de posse do outro (Navarro, 1996).
D – Estados das psicoses
É importante marcar a diferença entre psicoses orgânicas e endógenas. As orgânicas são as que tem uma origem evolutiva do cérebro por inflamações, intoxicações e processos degenerativos. As endógenas demarcam uma origem no período embrionário e/ou fetal até o décimo dia de nascido, por restrição de livre fluxo de energia por um útero espástico do ponto de vista afetivo materno que ocasiona um quadro de esquizofrenia. Há também a psicose de origem no período neonatal. O estresse materno é ponto fundamental neste processo (Navarro, 1996). A vivência de ‘frustração’ muito precoce dificulta o entendimento e o nível de elaboração psíquica da vida afetiva futura, onde o conflito está entre a realidade e as necessidades pulsionais. A angústia vivida é a de se despedaçar, quebrar ou desmanchar e sumir. Segundo Bergeret (2011) esta estrutura psicopatológica tem sua organização como uma falha no narcisismo primário desde os primeiros instantes da vida, onde a criança se “sente” como um objeto não separado de sua mãe. Esta construção demarca uma relação complexa onde ocorreu uma relação de uma mãe tóxica do ponto de vista afetivo (Bergeret, Op. Cit.). Há um nível de frustrações e fixações muito precoces que resultam em uma poda da realidade onde o sujeito está fechado em seu mundo interior e sua tentativa de contato com o mundo exterior surge como delírio, um mundo paralelo. Nestes casos, o ego nunca está completo, mas sim fragmentado, podendo ser aparente ou não. A angústia profunda está centrada na fragmentação, na destruição, no estilhaçamento do pouco que lhe resta. O conflito está pela ameaça da realidade, lançando mão de defesas como a projeção, recusa da realidade que levam ao desdobramento da realidade e da personalidade, ou seja, a desrealização (Bergeret, 1998).
D.1 - Esquizofrenia – O termo ‘esquizofrenia’ foi destacado por Bleuler para substituir a ‘demência precoce’ (Navarro, 1996). Entre as estruturas psicóticas, esta se situa em uma posição mais regressiva no sentido libidinal e do desenvolvimento egóico. Essa etiologia tem um marco muito primitivo do desenvolvimento, demarcado como um papel severo com a matriz (mãe) que tem como traços afetivos o autoritarismo, superproteção, muito ansiosa e culpabilizada que comprometem a relação afetiva com o bebê sendo no fim fria e dependente deste filho para que ela possa se sentir existindo, ou seja, manutenção de seu próprio ego (Bergeret, 1998). Como destaca Escribano (2014), definida por M. Hanus e C. le Guillon como uma psicose grave que se caracteriza por uma transformação profunda e progressiva da personalidade com uma paralisação do contato com a realidade e se perde no caos imaginário. Pode ocorrer em uma forma negativa com síndrome dissociativa que envolve ambivalência nas relações de objeto; com bizarrice de ideias e atos; ou também a impenetrabilidade onde vive a impressão de que ninguém tem contato com ele. Já em uma forma positiva com delírios do “eu” ocorre com formas múltiplas, com alucinações onde pouco compreende das ilusões, intuições e interpretações (patologia perceptiva) não sistematizados e sem lógica e expresso em uma linguagem abstrata e simbólica. A esquizofrenia pode surgir com ideias delirantes, manifestações maníaco-depressivas e com forma médico-legais. Clinicamente, as forma da esquizofrenia são:
Esquizofrenia simples – Síndrome de dissociação, porém, atenuada. Presença do abandono gradual da iniciativa e com distanciamento da vida afetiva e da realidade (Navarro, 1996).
Hebefrenia – Síndrome dissociativa mais forte, porém as ideias delirantes são raras. Há comportamento inconsequente, infantil, evasivo e incoerente (Navarro, 1996). A defesa maior é a regressão a estágios mais ‘seguros’ ou fantasiados como seguros afetivamente.
Hebefrenia catatônica – Prevalece grave distanciamento da realidade pela imobilidade severa ou agitação (Navarro, 1996). Associado a problemas psíquicos e motores, sendo estes os maneirismos, os estereótipos, a passividade, a negatividade, o estupor, o furor, a impulsão e a catalepsia. Mediante o conflito angustiante, há a paralização motora como defesa.
Paranóide – Etimologicamente, paranoia de para-nous, se refere ao “espírito voltado contra”, ou seja, indivíduos que não suportam. Assim, são apaixonados, temíveis, apaixonantes ou com um desejo de onipotência. Esta é uma estrutura menos regressiva em relação ao desenvolvimento libidinal, tendo marcado uma fixação pré-genital, mas com alguma preponderância anal, onde se iniciaria um ego primitivo. É a forma mais completa de esquizofrenia, pois agrupa a síndrome de dissociação e delírio paranoide. Utiliza-se do mecanismo de projeção como defesa. A manifestação ocorre de forma linear do pensamento, utilizando de uma única ideia por vez onde se apega a ela com obstinação e firmeza, o que parece revelar a característica da fixação na analidade em seu desenvolvimento. O acaso ou incerto é extremamente ansiogênico, por isso, sendo obstinado e inabalável no que “pensa”, é característico no que pensa ser lógico e ser a lei que, acaba por irritar as pessoas. Como ele tem certa pobreza em fantasiar/fantasmas, necessita do outro para fantasiar em seu lugar, o que faz uso com o mecanismo da projeção, caracterizado pelo sentimento de perseguição e que significa um arranjo médio entre sua solidão e intimidade em relação ao seu objeto de desejo. A megalomania e o ímpeto de confronto são remanejados pelos limites ou fracassos que ‘justificam’ a distância. A defesa se estabelece contra os desejos passivos (anal) relativo à mãe e depois ao pai (Bergeret, 1998).
Heboidofrenia – é a forma psicopática da esquizofrenia, onde estão os sujeitos marcados por roubos, crimes e serial killer (Escribano, 2014). Segundo Dalgalarrondo e Vilela (s/d) a heboidofrenia ou heboide, termo criado por Kahlbaum em 1890, as alterações ocorrem na esfera das relações sociais e de personalidade, com alterações na esfera instintiva, distúrbios da compreensão das regras morais e dos hábitos culturais.
D.2 – Melancólico – K. Abraham foi o primeiro a estudar os mecanismos do luto em relação aos mecanismos da melancolia. Nas duas situações há a perda do objeto, porém, na melancolia a hostilidade vivida em relação ao objeto perdido está voltada agora contra o próprio sujeito. Ou seja, a pessoa perdida era incorporada ao sujeito, isto é, um aspecto emocional oral (incorporar). Esta ocupa um lugar entre a esquizofrênica e a paranóide. Caracterizado por aspectos depressivos autenticamente psicóticos. Expressa uma demanda excessiva de amor e uma tentativa de evitar ser punido; uma ambiguidade. Na melancolia, o sujeito tenta (re)encontrar o caminho do objeto de amor perdido e introjetado. Há neste caso a angústia de fragmentação por perder o objeto amado e odiado e que por isso nega a realidade (Bergeret, 1998). Caracterizada pela sensação de vazio interior, difere da depressão em função de que esta é caracterizada pela sensação de perda. Tem sua base no vazio neonatal que comprometeu a sensação de sobrevivência suficiente, acarretando na ausência de “ser” (Navarro, 1996).
D.3 – Autismo – Para Navarro (1996), o autismo é uma psicopatologia de condição estável, grave e de origem embrionária. Há baixa energia para o contato, sendo esta mais utilizada pelo cérebro reptiliano como manutenção da vida do que no sistema límbico e neocórtex. Há manifestações de inacessibilidade de contato, solidão, falta de relação afetiva, repetição de jogos e movimento que se impedido causa reações de raiva, movimento ritmados, ecolalia, dificuldade na linguagem, além de um apego fusional ao corpo do adulto. Em geral se observa pais frios e mecânicos do ponto de vista afetivo.
Longe de esgotar toda discussão sobre o tema, para finalizar esta reflexão, vale ressaltar sobre um ponto não destacado que se refere ao “tipo perverso”. Para a psicanálise freudiana, há destaques para os tipos psicose, neurose e perversão, porém, a perversão não seria uma estrutura de personalidade e sim um sintoma que pode aparecer em qualquer tipo das estruturas abordadas. Assim, a perversão é uma classificação para a psicanálise e não para a psicopatologia e que impropriamente também é chamada de estrutura pela psiquiatria (Bergeret, 1998).
Considerações finais
A formação do psicólogo deve ter uma sistematização para buscar a semântica da vida e das relações pelo processo de reconstrução pela psicoterapia e/ou a leitura dos fenômenos de vida. Além do estudo acadêmico formal, o longo trainning pessoal deve ser constante com supervisão, psicoterapia pessoal e estudos de grupo. Os estudos e o trabalho psicológico pessoal possibilitarão o entendimento e a valorização do próprio processo desenvolvimental, pois há a necessidade de viver em si a compreensão de seu significado para lidar com o outro. Do ponto de vista da formação, o estudo da psicopatologia precisa de um bom conhecimento de psicologia do desenvolvimento e, do ponto de vista pessoal, todo esse conhecimento precisa fazer sentido em sua história pessoal nos aspectos específicos e cruciais. Assim, a formação de um psicólogo é também o estudo do fenômeno pelo próprio fenômeno vivido, a busca do sentido do teórico em si. O sintoma, como visto nas estruturas de personalidade, expressa a própria história, é o como cada ser expressa sua história subjetiva construída, portanto, sua estrutura de personalidade, é um fenômeno. Do ponto de vista proposto pelo atual DSM V, o sintoma precisa ser retirado ou atenuado e isto torna o sujeito ‘curado’. É um manual que classifica e descreve o transtorno para reconhecimento diagnóstico e intervenção medicamentosa em saúde mental, principalmente. É preciso valorizar a intervenção medicamentosa pelo médico psiquiatra, uma vez que o psicólogo não tem esta habilitação. Da mesma forma que é por meio desta intervenção médica que o sujeito sai de uma crise, seja aguda ou nos casos graves. Contudo, pensar na estrutura é o fator psicodinâmico que busca na história pessoal para a possibilidade de reconstrução individual.
Os teóricos comentados como Freud, Reich, Navarro, Bergeret e Escribano destacam em sua visão uma base psicodinâmica para a compreensão das psicopatologias a partir da estrutura de base de personalidade que são de importância ímpar na formação do psicólogo. Assim, vale ressaltar que a psiquê tem a característica da expressão emocional e, para tanto, o afeto deve ser colocado nesta expressão com conteúdo e coerência para atingir a satisfação. Este afeto só pode ser assim expresso por meio do que foi construído e armazenado ao longo do crescimento e do desenvolvimento na vida. Destacou-se que os problemas vividos e marcados no período de um tempo e com certa intensidade durante o desenvolvimento psíquico dificultam o processo e causam um sofrimento que tem por base a estrutura de personalidade. Um sintoma psicopatológico é uma resposta de uma tentativa adaptativa, é um sinal de uma estrutura. Em uma análise, é preciso refletir que o transtorno focado na psiquiatria demonstra o sujeito que está com determinado sofrimento, enquanto que na psicologia o sujeito é determinada estrutura de personalidade que expressa um sofrimento. O diálogo entre a psiquiatria e a psicologia é de importância singular para se pensar no processo individual de cada ser com problemas. É preciso que o estudante e o profissional em psicologia saibam da linguagem do DSM V e possa fazer o diálogo com a psicopatologia com base nas estruturas de personalidade de base. É preciso dialogar com os pares, com a multidisciplinaridade das ciências para se obter uma interdisciplinaridade. Tal diferença para o formando em psicologia demarca sua conduta diferenciada para intervenção no processo psicoterapêutico.
Estruturas
|
Tipos
|
Instância dominante na organização
|
Natureza do conflito
|
Natureza da angústia
|
Principais defesas
|
Relação de objeto
|
NEURÓTICA
|
Neurose
|
Ego
|
Superego
|
existencial
|
-
|
Genital
|
PSICO
NEURÓTICA
|
Histérico
Fálico narcisista
Compulsivo
Passivo- agressivo
Masoquista
|
Superego
|
Superego
com o id
|
castração
|
Recalcamento
|
Genital
|
ESTADOS LIMÍTROFES
|
Borderline
Narcisista
Psicopata
|
Ideal de ego
|
Ideal de ego com id e realidade
|
perda do objeto
|
Clivagem dos objetos
foraclusão
|
Anaclítica
|
ESTADOS DAS PSICOSES
|
Paranóia
Esquisoidia
Melancolia
Autismo
|
Id
|
Id com a realidade
|
fragmentação
|
Negação da realidade
Desdobra-
mento
|
Fusional
|
Referências
Angerami-Camon, V. A, (org.); Holanda, A. F.; Torres, A. R. R.; Moreno, A. B.; Veríssimo, L. J.; Angerami, P. L.; Castro, T. G. (2013). Psicoterapia e brasilidade. [livro eletrônico] São Paulo: Cortez.
Bergeret, J. et al (2006). Psicopatologia: teoria e clínica. Porto Alegre: Artmed.
_________. (1998). A personalidade normal e patológica. 3ª ed. Porto Alegre: Artmed.
_________. (1996). La personalité normale et pathologique. Paris : Dunod.
Capturado em 08/06/2011. On line - Disponível em :
www.geopsy.com/psychologie/la_personalite_normale_et_pathologique_divers.pdf
Bukowski, H. – Jean Bergeret: la personnalité normale et pathologique. (resumé par Henry Bukowski) Capturado em 11/06/2011. On line – Disponivel em: www.candiulb.be/forum/index.php?act=attach&type=post...
Calderoni, D. (2002). Psicopatologia: vertentes e diálogos. São Paulo: Via Lettera.
Cheniaux, E. (2012). Manual de psicopatologia. 4ª ed. Rio de Janeiro: Guanabara Koogan.
Dalgalarrondo, P.; Vilela, W. A. – Transtorno borderline : história e atualidade. Revista Latinoamericana de Psicopatologia Fundmental. II, 2, 52-71. On line. Disponovel em : http://www.fundamentalpsychopathology.org/uploads/files/revistas/volume02/n2/transtorno_borderline_historia_e_atualidade.pdf (s/d).
DSM-IV-TRTM(2002).Manual diagnóstico e estatístico de transtornos mentais. 4ª ed. rev. Porto Alegre: Artmed.
Escribano, G. (2014). Analyse transactionnelle et psychologie clinique. Paris.
__________. (2010). Apostila de curso de Formação em Psicossocionomia.
FREUD, S. (1924). Neurose e Psicose - Edições Standard Brasileira das Obras Psicológicas Completas de Sigmund Freud. V. XIX. Imago.
Gay, P. (1989). Freud: uma vida para nosso tempo. São Paulo: Cia das Letras.
Les bases de La pshychopathologie – On line : Disponivel em : www.numilog.com/package/extraits_pdf/e27975.pdf Capturado em 08/06/2011.
Navarro, F. (1996). Somatopsicopatologia. São Paulo: Summus.
Mezer, R. R. (1978). Psiquiatria dinâmica: conceitos e métodos psiquiátricos em termos simples. Porto Alegre: Globo.
Marcelli, D.; Braconnier, A. (2007). Adolescência e psicopatologia. Porto Alegre: Artmed.
Moreira, M. D. & Mello Filho, J. (1992). Psicoimunologia hoje. In: Mello Filho, J. (e cols). Psicossomática hoje. Porto Alegre: Artes médicas.
Pribram, K. H. & Gill, M. M. (1976). O projeto de Freud: um exame crítico. São Paulo: Cultrix.
Reich, W. (1989). Análise do caráter. São Paulo: Martins Fontes.
Solomon, P.; Patch, V. D. (1975).Manual de Psiquiatria. São Paulo: Atheneu.
A manera de Editorial 
América Latina vivió junto a Cuba la despedida del Comandante de la esperanza latinoamericana, del hombre que torció la historia de este continente en la segunda mitad del siglo xx.
En lugar de una adiós postrero, el pueblo cubano se hizo definitivamente cargo de su líder. “Yo soy Fidel”, dijeron los cubanos y las cubanas, testimoniando su apropiación definitiva del Comandante en Jefe. Fidel, es el seudónimo del pueblo cubano.
Los rumbos de la psicología latinoamericana de una u otra manera comenzaron sus trazos bajo la influencia de la Revolución comandada por Fidel. La confrontación de la psicología latinoamericana con los hegemonismos imperialistas venidos del norte revuelto y brutal, se alimentaron de la lucha antiimperialista que infatigablemente desplegó Fidel. La definición esencial de hacer una psicología con, desde y para América Latina, que luche contra los modelos políticos de la injusticia, contra la exclusión, la denigración, fue y es estimulada por el ideario de Fidel.
Integración Académica en Psicología, trinchera de esa psicología latinoamericana, se suma a la voz emergente del continente, y repite con profundo agradecimiento: “Hasta la victoria siempre, Comandante!”
Manolo Calviño Presidente ALFEPSI
Un joven argentino, Sebastián Vázquez Ferrero, descendiente de psicólogo, escribió un pequeño texto, que por su significado publicamos aquí.
“Fidel y la parca”
La parca se acercó a la cama, a paso lento. Sin dudas, el flaco viejito que la esperaba, tendido y barbudo, era de las más fieras voluntades con que se había cruzado en los últimos siglos. La primera paliza que le había dado había sido entre montes y selvas. Después, una y otra vez, cada vez que la mandaron a acompañar a alguno de los intentos de asesinato. A la pobre le temblaba el esqueleto de verlo. Casi se le cayó la guadaña un par de veces.
El anciano la miró con lástima, pero la invitó a sentarse. Le habló un poco.
—Tú ya sabes que el imperio ha perdido su batalla. Que como siempre el David organizado de los pueblos le ganó a cualquier Goliat. Ese monigote ignorante y violento que hoy conduce al águila del norte, resumen de las peores cualidades del capitalismo más cruel e inmoral, terminará de señalar no solo la decadencia, sino también el final de la era. ¡Ya está todo bien encaminado!
Bajo sus vestidos, la parca todavía no sabía si relajarse o preparase para la golpiza. Inclusive rodeada de agentes de la CIA. Ese mero mortal había logrado meterle el miedo hasta los huesos, ¿qué podría hacer ella sola?
— Es decir, mi trabajo cuidando y conduciendo ya está hecho. La transición se hizo hace tiempo. Raúl se encargará del resto. Contará con Correa, con Evo, con Cristina, Lula y Dilma. Pepe va a quedarse un tiempo más, también. Sí, hay un contraataque de la derecha ahora. Pero no será duradero. Los pueblos ya están despiertos en Latinoamérica.
El “supuesto dictador”, hombre que dio a todos sus conciudadanos, y no solo a algunos, la mejor educación y la mejor salud del mundo, dobló el Granma al medio y trabajosamente se sentó en la cama. Tomó la mano huesuda de quien estaba sentada junto a él, y dio su última orden.
— Vamos, llévame con Arafat, que quiero charlar sobre qué pasará con esas tierras ahora que el imperio está en su final. Además, me sé un par de chistes para contarle a Hugo.
Y se levantó de la cama con una risotada, dando el primer paso, firme como siempre. La muerte aún dudaba. Fidel le dijo con una sonrisa nostálgica,
— Tú qué opinas, ¿el Che me verá muy viejo?
Sebastián Vázquez Ferrero. San Luis, 26 de noviembre, 2016.
DIVERSIDAD, DISCAPACIDAD, INCLUSIÓN SOCIAL: DISCURSOS DESDE UN ECOSISTEMA SOCIOCULTURAL EN PERSPECTIVA DE PSICOLOGÍA SOCIAL COMUNITARIA 
Aleida Fajardo-Rodríguez
Corporación Universitaria Iberoamericana Bogotá, Colombia
Resumen
Desde un enfoque cualitativo, se presentan los hallazgos preliminares obtenidos en un estudio exploratorio, que tiene por objeto identificar las miradas de diferentes actores sociales, presentes en un ecosistema sociocultural en relación al asunto de la diversidad, la discapacidad y la inclusión. Los análisis documental y del discurso se constituyen en las técnicas privilegiadas: Las categorías emergentes preliminares permiten evidenciar tensiones y consensos respecto a la representación de la discapacidad, a las posibilidades de participación social y a la gestión para la autonomía –entendida como un componente de salud mental–. Estos hallazgos se ponen en diálogo con algunas apuestas de la Psicología Social Comunitaria.
Palabras Clave: discapacidad, diversidad, bienestar subjetivo, ecosistema sociocultural, psicología comunitaria
Abstract
From a qualitative approach, preliminary findings from an exploratory study that aims to identify the looks of different social actors present in a sociocultural ecosystem in relation to the issue of diversity, disability and inclusion are presented. The documentary discourse analysis constitute the privileged techniques: Preliminary evidence emerging categories allow tensions and consensus regarding the representation of disability, to the possibilities of social participation and management autonomy, understood as a mental health component - . These findings are put into dialogue with some bets Community Social Psychology.
Keywords: Disability, Diversity, Subjective Well-Being, Sociocultural Ecosystem, Community Psychology
Introducción
La tensión entre discursos hegemónicos (homogenizantes, normalizantes) y emergentes (reconocimiento de la diferencia, la alteridad) respecto a las categorías diversidad, discapacidad e inclusión social, ha influido en la actualización de consideraciones de corte epistemológico y metodológico que median en la respuesta a preguntas relacionadas con encargos y retos disciplinares transversales a las ciencias sociales y humanas –de tipo investigativo y/o aplicado–. Desde otras posturas más cercanas a las políticas públicas y a los enfoques crítico-sociales, se actualizan preguntas respecto a las vías para la garantía efectiva de los derechos. Dentro de este panorama, el reconocimiento de las dinámicas, las percepciones y las construcciones socioculturales situadas, se han identificado como un recurso que puede aportar de forma significativa.
Dado el reconocimiento de la dinámica de los elementos socioculturales que median en las categorías propuestas, en la presente investigación se ha acudido a la categoría ecosistema sociocultural, la cual tiene su origen en apuestas desde la psicología ecológica y transcultural. Para este caso específico se retoma la apuesta de ecosistema sociocultural propuesta por Díaz-Guerrero (1986), quien destaca las investigaciones de Ralph Catalano (1979) y Urie Bronfenbrenner (1971, 1979) como antecedentes para definir operativamente este constructo y señala el impacto del entorno sociohistórico (lo cultural) en el comportamiento humano. En este sentido, el ecosistema sociocultural es un conjunto, un sistema compuesto por elementos de tipo tangible (por ejemplo la infraestructura) e intangibles (por ejemplo el lenguaje, las prácticas culturales, el lenguaje, las actitudes) que interactúan de forma constante y dinámica. En analogía a la definición de ecosistema desde la biología, esta apuesta reconoce la presencia de elementos de tipo “psíquico” (elementos bióticos de los ecosistemas) y “apsíquicos” (elementos abióticos de los ecosistemas).
Está propuesta reconoce también que los factores culturales, estructurales y económicos inciden en los ecosistemas humanos y que se da una relación “dialéctica cultura-contracultura”: la evolución de los sistemas sociales es producto de la lucha entre fuerzas culturales y contraculturales. Las fuerzas culturales serían “las tradiciones respecto a los valores, creencias, pensamientos, y acciones … y establecen las formas adecuadas y aceptables de enfrentarse a los problemas de la sociedad, los roles y las maneras de ser de los individuos” (Diaz-Guerrero, 1986 p. 15), las fuerzas contraculturales serían los aspectos y prácticas divergentes. Como parte de la construcción de esta relación, las prácticas discursivas y sociales se constituyen en un aspecto relevante tanto para la comprensión de las dinámicas del ecosistema como de las formas de relación de los individuos con su entorno.
La caracterización de las formas de relación e interacción de los individuos con su entorno social ha sido objeto de diferentes formas de aproximación: una que ha privilegiado la estructura social sobre el individuo (enfoques de tipo estructuralistas y funcionalista por ejemplo), otra que se ha interesado en análisis de orden microsocial, privilegiando el rol del sujeto social en la interacción con el entorno social (algunas formas de psicología, antropología y fenomenología por ejemplo), y finalmente, una tercera tendencia que se ha interesado en los procesos de interacción dinámica (individuo-sociedad) en los cuales establecer el predominio de un componente sobre el otro resulta difícil de establecer, así como la definición de los límites de esa mutua influencia (por ejemplo algunas formas de sociología, antropología cultural, constructivismo social, psicología social comunitaria, psicología cultural). Esta tercera vía aporta elementos para la comprensión de los individuos situados en dinámicas cambiantes pero que a la vez son sujetos activos, en tanto cuentan con una historia y unos recursos personales y culturales que les permiten transformar el entorno y ser receptivos a las exigencias del entorno. En esta tercera línea, un encargo para la psicología tiene que ver con “dar cuenta de los procesos de desarrollo humano en diferentes contextos culturales, de las diferencias relevantes entre las distintas prácticas de socialización, y de las claves contextuales de la construcción de la identidad” (Lalueza, 2012, p. 150).
Las anteriores tendencias median también en los discursos emergentes en relación con las nociones de diversidad e inclusión social. Desde la primera, la diversidad es vista como un elemento ocasional que finalmente la estructura social tiende a normalizar. La intervención desde las ciencias sociales tiene que ver con la observación y comprensión de las dinámicas de acomodación del individuo a los encargos macrosociales. Desde la segunda postura, la diversidad da cuenta de las particularidades de los individuos en los contextos y por lo tanto no podría identificarse en estas regularidades en tanto son una experiencia exclusiva de los sujetos, no sería posible el reconocimiento de elementos comunes y el método de aproximación privilegiado sería de corte fenomenológico. Finalmente dentro de la tercera tendencia se reconocen tanto los elementos de corte individual, como aquellos compartidos con otros sujetos sociales: la diversidad sería un rasgo dinámico transversal a los procesos de interacción entre los individuos y entre estos y su contexto.
En relación con lo anterior, dependiendo de la tendencia conceptual que se privilegie, la noción de actor social y el rol que se le asocie, son divergentes también: Puede presentarse entonces una tendencia que va desde el individuo como receptor pasivo de los encargos sociales, sobredeterminado por la estructura social, hasta el individuo como máxima expresión del individualismo, en una postura desligada del contexto social. Una postura intermedia a las anteriores postula la construcción del rol y el encargo social, producto de la interacción recíproca entre la estructura social y los individuos. Esta tendencia, ha sido recogida por diversas propuestas interaccionistas, ecológico culturales, constructivistas y construccionistas.
Discapacidad, diversidad e inclusión
La discapacidad, la diversidad y la inclusión, pueden ser consideradas categorías socioculturales en tanto su significado en gran medida está mediado por concepciones emergentes en las estructuras sociales y visibilizadas a través de prácticas culturales específicas. En este sentido, son categorías que permiten regular, ordenar y comprender ciertas circunstancias sociales: de alguna manera otorgan roles frente al hacer y regulan el sentir.
La categoría discapacidad en su desarrollo conceptual ha tomado diferentes acepciones (que van desde las que privilegian las limitantes de orden físico –modelo biomédico clásico– hasta aquellas asociadas a eventos de tipo relacional y de ejercicio de la autonomía –modelo social– (para una revisión detallada se puede consultar a Agustina Palacios, 2008). Dentro de los discursos más sociales, la discapacidad está asociada a las barreras sociales y a la incapacidad y/o dificultad del entorno social para asumir en igualdad de condiciones a las personas que presentan capacidades diferenciales –sean estas de orden físico, cognitivo, relacional o psicológico–.
Las tensiones señaladas –entre los discursos hegemónicos y los emergentes–, han influido en una mixtura de tendencias que convergen en los escenarios sociales. Lo cual de alguna manera implica la generación de procesos de cuestionamiento, problematización y concientización, entendidos como procesos psicosociales en la línea propuesta por Maritza Montero (2003; 2007; 2010). En este sentido, el surgimiento de políticas públicas específicas, ha mediado gradualmente en la sensibilización respecto a las particularidades y necesidades de las poblaciones con discapacidad. También ha aportado elementos para direccionar los procesos de inclusión y para resignificar prácticas y encargos sociales.
Por otra parte el constructo diversidad, ha sido objeto de múltiples aproximaciones, que han señalado la complejidad para operacionalizar esta categoría. Sin embargo, una de uso más frecuente tiene que ver con la diversidad humana, dentro de esta se encuentran estudios de base biológica como los de Lewontin, (1984) quien centra su interés en la genética de las poblaciones humanas, estudios culturales de corte antropológico, estudios feministas, estudios desde la psicología social comunitaria más interesados en el reconocimiento de las diferencias asociadas a condiciones socioculturales, entre otros. En términos generales estos estudios han permitido evidenciar la pertinencia de reconocer las particularidades asociadas a condiciones étnicas, de género, cognitivas, emotivas y sociales. Los discursos en torno a esta categoría han permeado los análisis en las discusiones de desarrollo, en el reconocimiento de lo normal y anormal: evidenciando que la interacción entre factores epigenéticos y filogenéticos en relación con el entorno sociocultural dan cuenta de un proceso cambiante y que la cuestión de lo normal y de lo diverso, obedece en gran medida a unos discursos socioculturales que se imponen en determinados momentos históricos.
Teniendo en cuenta los anteriores elementos, no siempre se presenta como evidente la relación entre discapacidad y diversidad. Desde el modelo de desarrollo humano, la discapacidad aparece como una característica dentro de tantas que puede tener un ser humano pero que no debería ponerlo en desventaja como sujeto social.
Respecto a la categoría inclusión, esta ha sido visibilizada al revisar procesos de inclusión-exclusión: ha sido nutrida por discursos que dan cuenta de condiciones de marginación y segregación social. La discapacidad en este sentido se convierte en un rasgo que ha sido un pretexto histórico para validar procesos de exclusión social –Foucault (1998) en su texto La Historia de la Locura da cuenta de los cambios en la representación de los sujetos con alguna afectación de tipo psicológico y de las prácticas que desde la cultura terminan validándose. Por otra parte, Aguado (1995), realiza un recorrido detallado por la historia de diversas formas de discapacidad; Schuller (2005) realiza también análisis centrados en el asunto de la inclusión–. La psicología social comunitaria, ha desarrollado gran parte de su quehacer en torno al acompañamiento en la transformación de procesos de inclusión para personas y colectivos que históricamente han sido excluidos debido a condiciones de desventaja social, económica, étnica, de género, entre otras.
Al revisar la relación entre las categorías discapacidad, diversidad e inclusión, se identifica el desarrollo de diferentes modelos que han aportado en la construcción de formas de interpretación y de prácticas socioculturales. Algunos se han centrado en el déficit, y otros en las competencias preservadas y la potencialidad: Dentro de los primeros (en relación a la discapacidad), el modelo (paradigma) biomédico centra su interés en “la deficiencia como el factor que determina la condición de discapacidad, al subrayar las deficiencias, restricciones o pérdidas presentes en la persona” (Alfaro, 2013). En este sentido, “la meta última de este paradigma es la eliminación de la deficiencia, de manera que las personas con discapacidad sean capaces de adaptarse a las demandas del entorno, sin que se contemple como necesaria la modificación del entorno para su inclusión efectiva en la sociedad” (Padilla-Muñoz, 2010 citado por Alfaro, 2013). En este caso la diversidad se asocia a las particularidades físicas y cognitivas que son vistas como fuera de lo normal y la inclusión se relaciona en gran medida con el acceso a servicios de salud.
Dentro de los modelos centrados en las competencias preservadas pueden ubicarse los de corte interaccionista: sistémico, ecológico,1 ecológico-cultural, construccionista, constructivista, social y crítico social, los cuales no obstante sus particularidades epistemológicas y metodológicas, reconocen elementos interactivos entre el sujeto y el entorno social que dan cuenta de las percepciones, de las construcciones sociales (respecto a posibilidades y restricciones) y de las prácticas relacionales en torno a la discapacidad. Desde el modelo crítico social “las desventajas, la segregación y la inaccesibilidad a recursos no están determinadas por la deficiencia orgánica que puede presentar una persona, sino que obedecen a las consecuencias de tener que afrontar un entorno que no está diseñado para la diversidad” (Strauss y Sales, 2010, citado por Alfaro 2013). En este sentido, algunos de estos modelos asumen una postura crítico-propositiva, respecto al asunto de la diversidad, al reconocimiento de la potencialidad y de la construcción social conjunta de significados tanto en torno a la discapacidad como a la diversidad humana.
Desde estas tendencias más contemporáneas, que toman en cuenta los modelos sociales y ecológico culturales de la discapacidad, la diversidad es un elemento constituyente de los entornos sociales. En términos de tendencias recoge por una parte los discursos posmodernos interesados en el reconocimiento de los cuerpos diversos (autores como Martínez, 2004, han realizado una revisión detallada al respecto), que no encajan en el estándar social, dentro de estos, los cuerpos que evidencian la discapacidad de alguna manera son objeto de estas discusiones.
A partir de estos elementos, emerge una pregunta por la percepción de bienestar: las condiciones de vulnerabilidad y exclusión social asociadas a las categorías diversidad y discapacidad, redundan en el bienestar psicológico a nivel tanto individual como comunitario. La OMS (2013) por ejemplo, realiza una asociación directa entre la percepción de bienestar y la salud mental, (señala que “la salud mental se define como un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”). Por otra parte, desde los enfoques sociales de tipo crítico, se evidencia como la percepción de bienestar está mediada por las posibilidades de inclusión, el ejercicio de autonomía, el reconocimiento como sujeto, la garantía efectiva de derechos y la posibilidad de incidencia en las transformaciones sociales. En este sentido el bienestar implica una articulación entre dimensiones individuales y socioculturales. En relación con la apuesta propuesta desde el reconocimiento de los elementos del ecosistema sociocultural, implica también el reconocimiento producto de la interacción de las condiciones estructurales macro sociales y las dinámicas más locales.
Método
Tipo de estudio
Estudio exploratorio, con enfoque cualitativo.
Participantes
Personas adultas que tengan algún tipo de discapacidad o que tengan relación con acciones (como funcionarios de entidades públicas estatales) en torno a la discapacidad, la diversidad o la inclusión social. Para este caso se presentarán los análisis de las entrevistas en profundidad adelantados con una persona con discapacidad visual y un funcionario de una entidad del estado (gestor comunitario) para los temas de discapacidad.
Técnicas
Observación participante
Mediante esta técnica se identificaron elementos relacionados con algunas prácticas comunitarias y formas de organización social. Se utilizó un modelo de registro de observación desarrollado específicamente para este estudio.
Entrevista en profundidad
Mediante esta técnica se abordaron aspectos generales relacionados con percepción y experiencia en relación con la discapacidad, percepción de elementos facilitadores y obstaculizadores de los procesos de inclusión social y experiencias de participación social.
Las entrevistas fueron registradas en audio y a continuación transcritas. Se realizó el control de calidad de la información recogida. Posterior a esta fase se efectuó el análisis de los elementos del discurso presentes en los relatos de los participantes. Siguiendo a Echevarría (2003), se privilegió este tipo de análisis, este autor considera que “lo social como objeto de observación no puede ser separado ontológicamente de los discursos que en la sociedad circulan. Estos discursos, además y a diferencia de las ideas, son observables y, por lo mismo, constituyen una base empírica más certera que la introspección racional. Todo lo anterior permite afirmar que el conocimiento del mundo no radica en las ideas, sino en los enunciados que circulan. Como vemos, este paradigma le reconoce al lenguaje una función no solo referencial (informativa) y epistémica (interpretativa), sino también realizativa (creativa), o, generativa”.
Procedimiento
El estudio cuenta con varias etapas de ejecución: La primera consistió en la aproximación conceptual y metodológica. La segunda se concentró en la aproximación a la población objetivo (diferentes actores que tengan relación directa o indirecta con la discapacidad –personas con discapacidad, cuidadores, funcionarios de entidades que tengas acciones en torno a la discapacidad y la inclusión y comunidad en general). Lo anterior con el fin de lograr una visión lo más integral posible del ecosistema sociocultural y de las practicas relacionales y discursivas presentes en este en relación con la discapacidad.
Durante la segunda etapa, se realizó la gestión de la población con diferentes organizaciones de base comunitaria de la ciudad de Bogotá y se establecieron los acuerdos de tipo ético pertinentes. Dadas los factores de representatividad poblacional y de accesibilidad se priorizó la localidad de Teusaquillo (la cual cuenta con una estratificación social que va desde el nivel 2 hasta el 4). En la tercera fase, se realizó la exploración de los aspectos propuestos en la pregunta de investigación a nivel individual. Posteriormente, se realizó la construcción de las técnicas propuestas y se efectuó el pilotaje de estas, producto del cual, se realizaron ajustes metodológicos. En el presente estudio se presentan los avances de investigación obtenidos a partir de esta tercera fase. Para la cuarta fase se ha previsto el ajuste a las técnicas de la fase individual, recolección de datos complementaria y el desarrollo de la fase exploratoria grupal.
Resultados y discusión
A partir de los relatos identificados, dado el interés de la investigación en explorar los modos de producción social de sentido respecto a las categorías propuestas, se acudió al Análisis Crítico del Discurso (ACD) el cual entiende y define el discurso como una práctica social (Fairclough 1992, 2003, van Dijk 2000, citados por Santander 2011) que permite validar los “análisis discursivos como análisis sociales” (Santander, 2011).
Las categorías conceptuales orientadoras fueron diversidad, discapacidad e inclusión social. Por otra parte, las categorías discursivas, “categorías emergentes preliminares” presentes en los relatos de los actores sociales entrevistados, permitieron identificar algunos elementos en relación a la práctica discursiva y a la práctica social.
A continuación se presentan las “categorías emergentes preliminares” identificadas en los discursos de los participantes –estas tienen que ver con la percepción respecto a las prácticas sociales tomando como referente importante la propia experiencia vital–, después se realiza una relación con algunos elementos propuestos desde la Psicología Social Comunitaria.
En relación a la práctica social, las categorías presentes fueron: “Marginación social”, entendida como estar fuera del orden social, invisibilidad respecto a los encargos sociales y a las potencialidades producto de la relación con la institucionalidad y con otros actores sociales. “Garantía de Derechos”, entendida como el ejercicio de la autonomía y las competencias individuales y sociales como enmarcado en el eje de derechos humanos y sociales. “Corresponsabilidad”, entendida como la relación entre la persona con una condición diversa, la institucionalidad y la comunidad. “Cosmovisión”, entendida como la visión propia respecto a la propia vida y a la relación con el entorno. También explicación causal de las relaciones que se establecen y mantienen entre un individuo y su entorno social y finalmente la categoría “Exclusión” entendida como una forma de marginación de lo diferente y de lo diverso que es validada por gran parte del colectivo social.
Las anteriores categorías permiten ubicar algunos elementos de relación con los discursos referidos a procesos de inclusión-exclusión: la inclusión “es un término que implica integración, pero que va más allá pues introduce la necesidad de adaptar las estructuras sociales a la diversidad existente” (Escarbajal, Izquierdo y López, 2014). En torno a la práctica social, este aspecto se presenta como prioritario y transversal.
Estos aspectos han sido abordados también desde la psicología social comunitaria, la cual ha problematizado ampliamente respecto al asunto de la exclusión social, el impacto de las situaciones de orden macrosocial en las condiciones de bienestar individual y comunitario y a las posibilidades de participación social.
De otro lado, en relación a la práctica discursiva, las categorías presentes fueron: “discapacitado”, entendida como un rasgo inherente a una persona que no puede desempeñar las mismas actividades que otras personas de su entorno social debido a condiciones físicas o psicológicas. Asociado por lo general a una connotación peyorativa; “diferente” esta categoría hace referencia a las particularidades que caracterizan a una persona dentro del grupo social; “invisibilidad”, esta categoría hace referencia a una necesidad de reconocimiento en términos humanos, sociales y culturales. Se presenta como antagónica a los procesos de participación e inclusión social; esta invisibilidad social y los discursos presentes en la cultura inciden en el mantenimiento de formas de segregación social y para concluir se evidencia la categoría “fuerte”, entendida como un calificativo asociado a las condiciones vitales que han tenido que superar las personas con discapacidad.
Las categorías emergentes evidenciadas, se relacionan con algunas apuestas teóricas de la psicología social comunitaria: se plantea el cuestionamiento a la normalización y homogenización y una crítica a los procesos de exclusión y marginación social, en una lectura crítica del bienestar individual y colectivo como mediado por las posibilidades de autonomía, reconocimiento, participación, divergencia y cohesión social. Posibilidad de intervención y transformación sobre la propia realidad. Estas apuestas redundan también en ejercicios de reconocimiento de la alteridad. La ausencia o la falta a este proceso inciden en malestar individual y social, el cual es mantenido y/o interiorizado como una práctica habitual en el entorno social. Se dan en este sentido procesos de habituación (en el sentido propuesto por Montero 2007) respecto a situaciones percibidas como adversas e inmodificables.
Por otra parte, en relación a los elementos señalados desde la apuesta teórica del ecosistema sociocultural, se evidencian relaciones dinámicas entre los elementos psíquicos y apsíquicos que median en la generación de categorías discursivas y de formas de respuesta, en este sentido se hace tangible el supuesto de que “los individuos elaboran formas de respuesta que Díaz-Guerrero (1986) denomina estilos de confrontación, los cuales están determinados por las condiciones históricas, culturales, sociales, económicas y biopsicológicas”.
A partir de esta fase de investigación y en relación con estas categorías, se identificó la necesidad de incluir otros ejes temáticos en la entrevista como, por ejemplo, redes sociales y corresponsabilidad. Otra categoría que requiere ser profundizada tiene que ver con inclusión evidenciada a través de la necesidad de reconocimiento de los recursos personales, sociales e históricos. Lo cual se asocia con un siguiente elemento que es el de autonomía, posibilidad de ser persona y expresarse.
Conclusiones
Teniendo en cuenta los niveles de desarrollo de las discusiones disciplinares, en la investigación propuesta se acogen las tendencias que se interesan en las lógicas comprensivas, recogiendo las interpretaciones de los actores en relación con los encargos sociales y a cómo estos encargos son interiorizados a partir de la relación con otros niveles sociales.
El reconocimiento de las dinámicas, las percepciones y las construcciones socioculturales situadas, se identifica como un recurso que puede aportar tanto en la generación de análisis de tipo histórico crítico-reflexivo como en la comprensión de los procesos de tipo individual, social y cultural. La identificación de la producción de sentido en relación a la discapacidad a partir de los elementos del contexto y de la relación con otros.
En concordancia con las categorías de interés, se identifica que desde la psicología social comunitaria se han visibilizado y problematizado aspectos en relación a las prácticas de exclusión social y el impacto de estas en la percepción de bienestar de los individuos y las comunidades. En este sentido, son indicadores relevantes para la caracterización de bienestar: la autonomía, la participación, el sentido de pertenencia, y la cohesión con el tejido social.
Las “categorías emergentes preliminares” identificadas permiten evidenciar elementos que aportan en la compresión de las dinámicas relacionales y las prácticas presentes en el entorno social de los participantes. En este sentido, se identifica que se ubican algunos de los elementos señalados desde la propuesta de Díaz-Guerreo (1986) en relación con el constructo ecosistema sociocultural. Sin embargo, se hace necesario afinar las técnicas a partir de esta fase de investigación, para poder dar cuenta de la complejidad de los elementos (“psíquicos y apsíquicos”) que inciden en la construcción de discursos y prácticas en torno a las categorías discapacidad, diversidad e inclusión.
Referencias bibliográficas
Aguado, A. (1995). Historia de las Deficiencias. Madrid: A-Z Editores.
Alfaro-Rojas, L. (2013). Psicología y discapacidad: un encuentro desde el paradigma social. Revista Costarricense de Psicología. 32 (1), 63-74.
Bronfrenbrenner, U. (1979). The Ecology of Human Development. Cambridge: University Press.
Bubolz, M.M & Santag, M. S (1993). Human Ecology Theory. En: P.G. Bouss, W, J Doher, R, La Rosa W, Shumn & S.K Stein Metz (Eds.) Sourcebook of Family Theories and Methods: A contextual approach. Nueva York: Plenum Press.
Díaz-Guerrero, R. (1986). El ecosistema Sociocultural y la Calidad de la Vida. México: Trillas.
Escarbajal, A.; Izquierdo, T.; López, O. (2014). Análisis del bienestar psicológico en grupos en riesgo de exclusión social. Anales de Psicología, mayo-agosto, 541-548.
Foucault, M. (1998). Historia de la Locura. Traducción de Juan José Utrilla. México: Fondo de Cultura Económica.
García-Ramírez, M; Balcázar, F; De Freitasa, C. (2014). Community psychology contributions to the study of social inequalities, well-being and social justice. Psychosocial Intervention 23 (2014) 79-81. Version en Castellano disponible en [Spanish version available at]: www.elsevier.es/psi. Doi: http://dx.doi.org/10.1016/j.psi.2014.07.009.
Iñiguez, L. (2003). La psicología social como crítica: Continuismo, estabilidad y efervescencias. Tres décadas después de la "Crisis". Revista Interamericana de Psicología, 37 (2), 221-238.
Lalueza, J. (2012). Modelos psicológicos para la explicación de la diversidad cultural. Cultura y Educación. 24 (2), 149-162.
Lewontin, R. (1984). La diversidad humana. Barcelona: Prensa Científica S.A.
Martínez, A. (2004). La construcción social del cuerpo en las sociedades contemporáneas. Papers. 73, 127-152.
Montero, M. (2003). Teoría y práctica de la psicología comunitaria. La tensión entre comunidad y sociedad. Buenos Aires: Paidós.
__________. (2006). Hacer para transformar. El método en la psicología comunitaria. Buenos Aires: Paidós.
__________. (2007). Fortalecimiento comunitario y formación ciudadana. Un estudio psicosocial comunitario. En E. Saforcada, N. Cervone, J. Castellá, A, Lapalma & M. De Lellis (Comps.), Aportes de la psicología comunitaria a problemáticas de la actualidad latinoamericana (pp. 274-293). Buenos Aires: JVE.
__________. (2010). Crítica, autocrítica y construcción de teoría en la psicología social latinoamericana. Revista Colombiana de Psicología, 19(2), 177-191. Retrieved March 31, 2016, from http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0121-54692010000200003&lng=en&tlng=es.
OMS. (2013). Plan de Acción sobre Salud Mental 2013-2020. Ginebra, Suiza: Ediciones de la OMS.
Palacios, A. (2008). El modelo social de discapacidad: orígenes, caracterización y plasmación en la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Madrid: Grupo Editorial CINCA.
Rodríguez, M; Alvarado, A. y Moreno, M. (2007). Construcción Participativa de un Modelo Socio ecológico de Inclusión Social para Personas en Situación de Discapacidad. Acta Colombiana de Psicología, 10(2), 181-189. Retrieved March 31, 2016, from http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0123-91552007000200017&lng=en&tlng=es
Santander, P. (2011). ¿Por qué y cómo hacer análisis del discurso?. Cinta Moebio, 41, 207-224.
Schuller, N. (2005). Disabled People, Crime and Social Inclusion. Community Journal, 4, 4.
Notas
1. Autores como Bronfrenbrenner (1979), Bubolz y Santag (1993) se han interesado en caracterizar este modelo.
|
Para incluir en este listado los proyectos editoriales de las instituciones pertenecientes a Alfepsi, favor de escribir a info@alfepsi.org
|