Editorial
Cuando terminábamos la preparación de este nuevo número de Integración Académica en Psicología recibimos una invitación para formar parte de un “holding” (así venía referido en la invitación) de publicaciones científicas de psicología. Era una de las tantas propuestas comerciales que, lejos de acercarse a una potenciación de las diversas publicaciones existentes, de las voces que las conforman, tienen en su visor el establecimiento de un emporio, una nueva hegemonía dentro de las ya existentes. En la invitación se insistía en la necesidad de precisar la corriente de pensamiento a la que se adscribe nuestra publicación.
Siendo educados (quizás excesivamente) sugerimos a los invitantes que leyeran nuestros números publicados para que pudieran entender mejor qué es, qué quiere, qué hace Integración Académica en Psicología. Para que tuvieran aún más elementos se les envió la Declaración de Cajamarca (mayo 2011).
Nuestra revista es parte de un proyecto integrador y emancipador sustentando en el proyecto científico, profesional, social, cultural y político de la Asociación Latinoamericana para la formación y la enseñanza de la Psicología (ALFEPSI). Reconocemos que “no hay proyecto emancipador alguno, democratizador de la cultura y ensanchador de la vida, que pueda operar bajo el discurso excluyente de la hegemonía...” (Rufo Caballero). Abre fuego contra ese “colonialismo invisible” al decir de Galeano, que “te convence de que la servidumbre es tu destino y la impotencia tu naturaleza: te convence de que no se puede decir, no se puede hacer, no se puede ser”.
Integración Académica, como la psicología latinoamericana que construimos, se piensa como un extenso océano de diferentes compases teóricos, de ritmos metodológicos variados, de prácticas profesionales inclusivas e intencionales, que tienen como común denominador una plataforma programática tácita, proactiva: profundizar en el desarrollo de una concepción teórica y metodológica autóctona, de comprometida vocación latinoamericanista, contracolonialista, que permita entender la subjetividad de las y los latinoamericanos desde sus determinantes históricos, culturales, desde sus determinaciones internas y de su realidad cosmogónica, cotidiana, económica y política; co-construir prácticas profesionales que impacten directamente sobre los procesos de empoderamiento, autonomía, democratización, mejoramiento de la vida de la sociedad y de sus ciudadanos; avanzar los procesos de construcción de sistemas sociales basados en la justicia social, la diversidad cultural e identitaria, la convivencia armónica en la diversidad, el respeto a los derechos humanos. Una psicología para el bienestar y la felicidad de los y las latinoamericanas en todos los espacios de su realización y existencia.
La vida –escribe Martí– debe ser diaria, movible, útil; y el primer deber de un hombre de estos días, es ser un hombre de su tiempo. No aplicar teorías ajenas, sino descubrir las propias. No estorbar a un país con abstracciones, sino inquirir la manera de hacer prácticas las útiles.
Integración Académica asume el deber de ser una revista de su tiempo, de su región, de los pueblos latinoamericanos. Una revista que multiplica los intentos de descubrir las teorías propias, que reconoce la utilidad de la virtud, y la virtud de la utilidad. Quiere ser vehículo de las voces de los psicólogos y las psicólogas latinoamericanas. Ser una expresión genuina que “ni simula ser neutral,… que no es eco ni suena por sonar”.