Investigando la familia en América latina
El abordaje de estudios de la Familia en América Latina no solo ha sido y es un desafío, sino un imperativo que diversos colegas de la ALFEPSI y ULAPSI nos hemos planteado en los últimos 20 años, aunque dichas investigaciones datan de mucho más tiempo integrándose activamente.
En nuestras sociedades latinoamericanas hablar de familia es casi idéntico a imaginar su estilo tradicional con dos personas heterosexuales casadas y con uno o dos hijos/as (a menudo el varón primero y la niña después), matrimonio que debiera durar para toda la vida, por lo que el desamor y por lo tanto el divorcio es desdibujado de su futuro. Pensar que una persona pueda tener varios matrimonios o peor aún, hijos de diversos matrimonios o uniones consensuales, es un pasaporte a la desdicha y la disfuncionalidad tradicional, refrendada por la ortodoxa Psicología de antaño. Más aún, si observamos el género de dichas personas los apelativos a su construcción familiar van desde lo peyorativo hasta la agresividad francamente expuesta incluso desde la supuesta ciencia. Son asignaciones culturales e históricas de roles preconcebidos y que mucho tienen que ver con poderes y estructuras sociales. En el imaginario social e individual no se da cabida a otras formas de familias que no sea la tradicional biparental de corte patriarcal. Y allí comienza la amenaza de nuestros estudios, precisamente en concebir que puedan existir otras formas de familias diferentes e igualmente válidas y necesarias para la sociedad. Las extendidas, las ensambladas, las reconstituidas, aquellas en la que los hijos están ausentes y por supuesto las monoparentales femeninas o masculinas. Los investigadores nos vemos situados frente a conflictos de familia judicializados e irresueltos, o resueltos con extrema injusticia; es necesario visibilizarlos pues en el terreno intrafamiliar las personas que más tienen para perder son los hijos/as y la sociedad, que depende de la incorporación de nuevos integrantes equilibrados y con ambos padres responsables de la salud psicológica de la descendencia, uno y otro son imprescindibles en la construcción adecuada de la identidad y personalidad de los hijos/as. Que el fin del amor de la pareja sea una realidad, no debe traer consigo el término del compromiso paternal.
De allí la necesidad de investigar, estudiar, revelar y develar dónde reside la verdadera disfuncionalidad. La auténtica familia Latinoamericana desea ese ideal que le ha ofrecido (o vendido) la sociedad occidental y de todas formas se construye a sí misma en el terreno de sus propias inequidades, buscando adecuación y justicia social; clamando por mejores oportunidades de desarrollo individuales y grupales a la vez que aboga por crecimientos equitativos de las inversiones sociales en cualquier rincón de su territorio, sobre todo en aquellos puntos distantes de las grandes capitales y que a menudo resultan olvidados pasados los períodos electorales.
Los estudios de la Familia en América Latina buscan desplegar el conocimiento sobre parentalidad, divorcio, padres ausentes, violencia, desequilibrio de género y de oportunidades, debemos estar allí donde sea necesario correr el velo y ajustar la lupa siendo propositivos y vanguardia del estudio de la nueva familia latinoamericana, tal es el propósito de estos trabajos seleccionados en este nuevo número de la Revista Integración Académica, provenientes de la exposición exitosa en el 2° Congreso ALFEPSI 2013, en Concepción Chile.